La osteoporosis es una enfermedad que debilita los huesos,
haciéndolos más frágiles y propensos a fracturas. Es común en
mujeres después de la
menopausia, pero también puede afectar a hombres mayores.
Aunque existen medicamentos, hacer ajustes en la dieta es una de
las formas más naturales y accesibles para fortalecer los huesos.
El cassis, un fruto poco
mencionado, ha despertado interés por sus posibles
beneficios en la salud ósea. Entender cómo este y otros alimentos
ayudan a combatir esta condición puede marcar una gran diferencia
en el bienestar diario.
¿Por
qué el cassis podría marcar la diferencia?
El cassis, conocido también como grosella negra, se ha
identificado como un potencial aliado para combatir la pérdida
ósea. Este fruto es rico en antocianinas,
compuestos antioxidantes
y antiinflamatorios que podrían reducir procesos responsables de la
pérdida de densidad ósea. Un estudio reciente encontró que
los suplementos de cassis ayudaron a mejorar
significativamente la densidad ósea en mujeres postmenopáusicas, un
grupo particularmente vulnerable a la
osteoporosis.

Los resultados indican que el cassis no solo funciona como
antioxidante, sino que también puede influir en el equilibrio de
proteínas como la interleucina-1 beta, que está
relacionada con la descomposición ósea. Gracias a estas
propiedades, incorporar cassis en la dieta, ya sea en su forma
fresca o en extracto, puede ser un enfoque prometedor.
¿Qué
otros nutrientes benefician los huesos?
No todo depende de un solo alimento. Los huesos necesitan una
combinación de nutrientes. El calcio y la vitamina
D son esenciales. El cuerpo no produce calcio por sí
mismo, por lo que es crucial consumirlo a través de la dieta. La
vitamina
D, por su parte, ayuda al cuerpo a absorber este mineral. Sin
suficiente vitamina D, el calcio que consumimos puede no ser
aprovechado completamente.

Otro compuesto importante es la vitamina K, que se encuentra en
verduras de hoja verde como la espinaca o el brócoli. Esta vitamina
ayuda a mejorar la densidad ósea. Incorporar frutas como
naranjas, que aportan vitamina C, también apoya la
producción de colágeno, una proteína clave para la estructura
ósea.
Si bien los lácteos son la primera opción que viene a la mente
cuando se habla de salud ósea, existen alternativas:
almendras, higos secos y tofu son excelentes
fuentes de calcio. Estos alimentos también aportan magnesio, que
colabora en la formación de huesos fuertes.
¿Cómo
influye el microbiota intestinal en la salud ósea?
Lo que comemos no solo alimenta a nuestro cuerpo, también nutre
a las bacterias que habitan en nuestro intestino. Estas bacterias,
conocidas colectivamente como microbiota intestinal, están
profundamente conectadas con varios aspectos de la
salud, incluida la ósea. Estudios han demostrado que un
microbiota saludable puede influir en la absorción de minerales
como el calcio y el fósforo.
El cassis, además de sus antioxidantes, podría promover el
crecimiento de bacterias benéficas como Ruminococcus
2, relacionadas con la salud ósea. No se trata solo de
consumir el nutriente adecuado, sino también de asegurarse de que
el cuerpo lo procese eficientemente, y aquí la microbiota juega un
papel crucial.
Lucha
contra la osteoporosis con una dieta equilibrada
Combatir
la osteoporosis no requiere cambios radicales, sino pequeños
ajustes consistentes. Incluir alimentos ricos en calcio, magnesio y
vitamina D es el primer paso. Puede ser tan simple como
añadir un puñado de almendras, una ensalada con espinacas
o preparar un batido con frutas ricas en vitamina C como naranja o
mango.
El cassis es una gran adición, pero otros alimentos como las
ciruelas secas también han mostrado ser efectivos en la
preservación de la masa ósea. Estas frutas ayudan a reducir la
degradación ósea debido a su contenido único de compuestos
bioactivos.
Además, reducir el consumo de sal, refrescos y alimentos
ultraprocesados puede prevenir la pérdida de calcio del
cuerpo. Por otro lado, hay que mantener el consumo de
cafeína y alcohol bajo control, ya que pueden interferir con la
absorción de nutrientes clave.
Cambios
en el estilo de vida para unos huesos más fuertes
La alimentación es solo una parte de la ecuación. Incorporar
ejercicio físico regular, especialmente actividades de impacto y
ejercicios de resistencia, puede fortalecer los huesos y
frenar su deterioro. Caminar, bailar
o levantar pesas no solo benefician a los huesos, sino también a la
salud general.
Dejar de fumar y gestionar el estrés adecuadamente también son
factores clave. Fumar debilita los huesos y acelera su pérdida,
mientras que altos niveles de estrés pueden alterar el equilibrio
hormonal que afecta el metabolismo del calcio.


