Título: En el siglo XIX, un millonario de EEUU se lanzó a invadir países por su cuenta: fundó dos repúblicas de las que fue presidente

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Rubén Andrés
En la actualidad, los millonarios dirigen su atención hacia la exploración espacial, con la intención de “salvar a la humanidad” de sus propios errores. Sin embargo, durante el siglo XIX, los magnates de la época centraban su ambición en la conquista de territorios ajenos de manera independiente, utilizando ejércitos privados y gobernando sus colonias como antiguos señores feudales.
Uno de los personajes más emblemáticos de esta era fue William Walker, apodado el “último gran filibustero“. Walker se destacó como un mercenario independiente que conquistó territorios en México y Nicaragua. Su historia refleja la ambición y el poder, además de contribuir a la formación de la identidad latinoamericana. Nacido en Tennessee en 1824, Walker provenía de una familia de empresarios influyentes en la política local y recibió formación en medicina, periodismo y derecho.
A pesar de su sólida educación, optó por abandonar estas profesiones para dedicarse a su carrera como filibustero, un tipo de mercenario privado que promovía revoluciones no autorizadas por ningún país, con el objetivo de apoderarse de territorios y recursos. Para comprender el contexto de estas invasiones privadas, es fundamental conocer la Doctrina del Destino Manifiesto, uno de los pilares fundamentales de los Estados Unidos.
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