El juicio contra el futbolista brasileño Dani Alves dio inicio este lunes en la Audiencia de Barcelona, con los primeros testimonios de los hechos que pasaron la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona.
La prima de la víctima de la presunta agresión sexual por parte de Dani Alves, que junto a una amiga estuvo con ella la noche de la violación en la discoteca, relató que se sintió incómoda: “Nos bailaban muy cerca. Me puso la mano y me tocó mi zona íntima”.
Y añadió: “Sé que a la denunciante le puso la mano en la zona íntima también. Yo me separé porque lo había intentado con una y con otra, y vino mi prima y me dijo que él le insistía mucho en que se fueran a algún sitio y ella no quería irse”.
Además relató que vio a Alves dirigirse a una puerta, que pensaba que era una salida al exterior y que estuvo esperando a la víctima, y que ella misma le dijo que se fuera a hablar con él.
La testigo también ha dicho que se quedó a solas con un amigo de Alves y que estuvieron conversando y se dieron el Instagram y, al cabo de unos minutos, vio que se abría la puerta y salió el futbolista, pero su prima tardó unos minutos y vio que “tenía muy mala cara”.
“Le pregunté si estaba bien y si quería que nos fuéramos, y ella me dijo que necesitaba irse. Nos fuimos de allí y yo escribí a mi amiga diciéndole que (la víctima) necesitaba irse. Sólo me dijo que le había hecho mucho daño, que se había corrido dentro”, sostuvo.
Y manifestó que el amigo de Alves le escribió por Instagram a las 5 horas y le dijo que estaba contento de conocerla y que “si necesitaba cualquier cosa, allí estaría”, y ella quiso ser simpática y le contestó con un mensaje de ‘feliz año’, aunque acabó dejándole de seguir.
La víctima lloraba “desconsolada”
La joven que acusa de violación a Dani Alves salió del baño de la discoteca Sutton llorando “desconsolada” y contando a sus amigas que el futbolista le había hecho “mucho daño”, pero inicialmente se resistía a denunciarlo mientras repetía: “Solo quiero irme a casa, no me van a creer”.
Así lo ha relatado este lunes en la Audiencia de Barcelona, entre lágrimas, una de las dos amigas que acompañaban a la víctima en la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 de diciembre de 2022, quien ha añadido que Alves tuvo una actitud “babosa”.
Según ha contado la testigo, cuando la víctima, de 23 años, salió del baño del reservado al que había entrado con Alves, no paraba de llorar “desconsolada” y “muy nerviosa”, por lo que pidió a sus amigas salir de la discoteca mientras insistía en que el futbolista le había hecho “mucho daño”.
La testigo ha añadido que la denunciante solo quería marcharse a su casa y que a ella y a su amiga les costó “horrores” convencerla de que denunciara: “Solo repetía no me van a creer, no me van a creer”.
Los días posteriores a los hechos, ha agregado, la joven permanecía en shock, todavía sin querer denunciar, y actualmente sigue sufriendo ansiedad, apenas sale de casa, se siente observada y ha perdido la “alegría” que la caracterizaba, ya que se vuelve obsesiva “con todo”.
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