#Salud: Esta es la razón por la que no deberías ducharte después de hacer ejercicio según un experto

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Después de entrenar, muchas personas sienten el impulso de
ducharse de inmediato. Sin embargo, recientes opiniones médicas
coinciden en que esa costumbre puede perjudicar diferentes aspectos
de la salud. Esta recomendación no es solo una cuestión de
comodidad, sino de proteger procesos fisiológicos y
cutáneos
importantes que ayudan al cuerpo a recuperarse de
forma adecuada. El objetivo es informar y crear conciencia sobre
los motivos científicos detrás de esperar un poco antes de entrar
al baño tras una sesión intensa de
ejercicio.

Lo
que ocurre en el cuerpo tras finalizar el ejercicio

Al detener la
actividad física
, el organismo todavía sigue en un estado de
alta exigencia. La temperatura corporal permanece
elevada, los vasos sanguíneos se encuentran
dilatados y el sudor sigue cubriendo la piel. El sudor no solo es
una respuesta al calor, también ayuda a extraer toxinas y a
mantener en equilibrio la humedad y el pH de la piel.

El proceso de enfriamiento natural es clave. El
corazón reduce gradualmente su ritmo y la sangre retorna lentamente
a los órganos internos. Si se interrumpe abruptamente todo este
proceso, el cuerpo no tiene oportunidad de adaptarse
adecuadamente.

Impacto en
la circulación y el sistema nervioso

El contacto inmediato con agua fría, mientras el cuerpo aún está
caliente, puede provocar una reacción brusca en el sistema
circulatorio. Hay riesgo de mareos, descenso de la presión
arterial
e incluso desmayos leves. En algunos casos, este
choque puede desencadenar tensión muscular o, en circunstancias
extremas, una parálisis facial periférica por la
alteración repentina en los vasos sanguíneos faciales.

La irrigación de la piel cambia bruscamente y el
sistema nervioso
puede mostrar signos de malestar:
escalofríos
, temblores y sensación de debilidad son bastante
frecuentes cuando no se respeta el proceso de enfriamiento
natural.

La función
protectora del sudor sobre la piel

El sudor cumple una función importante más allá de regular la
temperatura. Al evaporarse, forma sobre la piel un manto ácido que
protege frente a bacterias y hongos. También ayuda
a remover residuos que se generan durante el esfuerzo físico, como
el ácido láctico.

Ducharse demasiado pronto elimina de golpe esta capa, sobre todo
si se usan jabones agresivos. Esto puede dejar la
piel más expuesta a agentes infecciosos y facilitar alergias o
irritaciones.

Foto Freepik

Riesgos
para la piel y la salud si se interrumpe la
recuperación

El margen inmediatamente posterior al
ejercicio
es crítico para el equilibrio cutáneo. Si no se
respeta el tiempo mínimo de recuperación, la piel puede sufrir
irritaciones, resequedad, aparición de acné y
otras molestias. La proliferación bacteriana o fúngica aumenta si
el sudor permanece mucho tiempo adherido, sobre todo con ropa
ajustada.

No solo se pone en riesgo el aspecto externo. Una higiene mal
gestionada puede dar lugar a infecciones más profundas en
folículos, pliegues cutáneos y zonas propensas a la humedad.

Aumento de
infecciones cutáneas y mal olor

La mezcla de sudor, humedad y ropa compresora crea el entorno
ideal para que proliferen hongos y bacterias. El pie de
atleta
, la foliculitis o infecciones por
hongos en la ingle son mucho más habituales bajo estas
condiciones.

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El mal olor corporal no suele ser solo resultado del sudor, sino
de la descomposición de compuestos por la acción microbiana en un
entorno cálido y húmedo. Si la ducha llega demasiado tarde o la
higiene es insuficiente, la incomodidad y los riesgos aumentan
notablemente.

¿Qué
recomiendan los expertos tras hacer ejercicio?

La principal sugerencia profesional es esperar al menos
15 a 30 minutos antes de ducharse. Dejar que la
temperatura baje y que la piel termine de eliminar toxinas es
fundamental. Este tiempo permite que el cuerpo estabilice sus
sistemas y disminuye el estrés sobre el corazón y los vasos
sanguíneos.

Durante este tiempo, es recomendable beber agua
o bebidas que aporten electrolitos.
Los estiramientos suaves ayudan a evitar
contracturas y mejoran la circulación, favoreciendo una
recuperación completa.

Mantener una correcta higiene post
entrenamiento
implica cambiarse de ropa, limpiar bien el
sudor con toallas limpias y, cuando sea posible, elegir una ducha
con agua templada en vez de fría o demasiado
caliente. Los especialistas recalcan la importancia de usar jabones
suaves para mantener el equilibrio natural del pH cutáneo.

También es clave poner énfasis en la limpieza del
entorno
. Usar ropa limpia y toallas secas evita la
recontaminación de la piel y previene brotes infecciosos.

Cuidados
alternativos cuando no puedes ducharte enseguida

No siempre hay oportunidad de ducharse ni bien termina el
entrenamiento. En esos casos, resulta esencial ponerse una
mudanza de ropa seca y limpia cuanto antes. Los
desodorantes, aerosoles antibacterianos y talcos
pueden ser aliados temporales para reducir olor y el exceso de
humedad.

Algunas personas usan toallitas húmedas
especiales para deporte, que ayudan a mantenerse fresco hasta
llegar a casa. Este tipo de prácticas forman parte de un enfoque
preventivo eficaz para los momentos en los que la ducha inmediata
no es posible, manteniendo a raya la proliferación bacteriana y los
riesgos para la piel.

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