#Deportes: Aquellos Alonso-Schumacher y otras carreras míticas de F1 en Imola #F1

El Gran Premio de Emilia Romagna de este fin de semana está a punto de suponer el fin de Imola como sede de un gran premio, al menos por ahora, ya que el clásico trazado situado al sudeste de Bolonia acaba y no hay más espacio en el calendario de 2026 para renovarlo.

El circuito ondulado de 4,909 km puede presumir de una historia tan larga como el nombre oficial de la edición de 2025, apodado desconcertantemente Gran Premio AWS de Fórmula 1 del Made in Italy y dell’Emilia-Romagna.

Obviamente, Imola está indisolublemente ligada a uno de los fines de semana más oscuros de la F1, cuando Roland Ratzenberger y Ayrton Senna murieron en el Gran Premio de San Marino de 1994.

Pero mientras su inminente salida de la F1 es recibida con opiniones encontradas (su trazado estrecho y revirado no favorece los adelantamientos, pero es otro circuito clásico que desaparece del calendario), también hay razones para recordar con cariño la etapa de Imola en la F1.

2005 – Alonso y Schumacher protagonizan un duelo clásico que se repite luego

Fernando Alonso, Renault, y Michael Schumacher, Ferrari, se felicitan mutuamente en Parc Ferme.

La carrera más memorable de la historia reciente de Imola bien podría ser la edición de 2005, que ofreció una batalla titánica entre el siete veces campeón del mundo Michael Schumacher y el joven aspirante Fernando Alonso.

Tras la aplastante hegemonía de Ferrari en 2004, un cambio en la normativa de neumáticos dio un vuelco a la situación y los equipos de Michelin, entre ellos Renault, se impusieron a la escudería italiana con los Bridgestone.

Alonso y su compañero de equipo Giancarlo Fisichella se habían repartido las tres primeras carreras, mientras que Schumacher había tenido problemas con un coche de un año de antigüedad antes de que el F2005 aportara alguna mejora a partir de la tercera carrera.

El fin de semana de Imola se presentaba difícil para el alemán, que se clasificó 14º tras salirse en la sesión clasificatoria del domingo, la segunda de las dos sesiones que contaban para el tiempo global que decidía la parrilla.

Fernando Alonso, Renault R25, adelanta a Michael Schumacher, Ferrari F2005

Después de que el poleman Kimi Raikkonen desapareciera de la cabeza de carrera por culpa de un McLaren F1 averiado, Alonso remontó desde la segunda posición y parecía seguro que iba a conseguir su tercera victoria consecutiva.

Pero el Ferrari se mostró extremadamente competitivo en la carrera -algo relativamente raro en 2005- y después de adelantar a un grupo de coches y quedarse atrapado detrás del Toyota de Jarno Trulli, Schumacher dio rienda suelta al ritmo del F2005 en el último stint. Tras su última parada para repostar, salió de boxes pisándole los talones a Alonso, estableciendo una lucha a cara de perro hasta el final.

El Ferrari era visiblemente más rápido, pero incluso con los coches más pequeños y ligeros de 2005 los adelantamientos resultaron muy difíciles en una carrera en seco, en la que Alonso supo mantener a raya a Schumacher en las zonas de frenado. Finalmente, el español se mantuvo firme y cruzó la meta dos décimas por delante del Ferrari, en lo que pareció un simbólico cambio de ciclo.

No deja de ser irónico, ya que si los adelantamientos hubieran sido más sencillos en el criticado circuito de Imola, Schumacher habría despachado rápidamente al Renault, se habría alejado en la distancia y la carrera no habría sido tan memorable, salvo por la remontada del alemán. Pero ahora es quizás la primera carrera que nos viene a la mente, en gran parte gracias a la clase magistral de Alonso.

1985 – Senna y Prost caen víctimas de los sedientos motores turbo

Ayrton Senna, Lotus 97T Renault, lucha con Alain Prost, McLaren MP4-2B TAG

El GP de San Marino de 1985 también forma parte del folclore de la F1, pero por razones muy distintas.

En aquella época, la F1 utilizaba motores turboalimentados de 1,5 litros de gran potencia y muy “sedientos”, lo que hacía que el límite máximo de combustible de 220 litros fuera difícil de gestionar en determinados circuitos. Por cierto, los coches de F1 actuales sólo consumen 100 kg de combustible en una carrera, lo que demuestra la eficiencia térmica de las unidades de potencia moderna.

Imola había sido un punto especialmente doloroso, cuando tres coches se quedaron sin combustible en 1984. Pero eso no fue nada comparado con la siguiente edición, un año después, que se hizo famosa por contar con tres líderes diferentes en las últimas cinco vueltas, ninguno de los cuales llegó a ganar la carrera.

La carrera era para Ayrton Senna, que lideraba ampliamente con su Lotus por delante de Stefan Johansson, de Ferrari. Pero cuatro vueltas antes del final, el brasileño tuvo que aparcar su coche, que no tenía combustible, y cedió el liderato al sueco. Pero la alegría de los tifosi duró poco, ya que él también abandonó una vuelta más tarde debido a un problema electrónico que dio una lectura falsa del nivel de combustible.

Alain Prost, de McLaren, no podía creer su suerte tras ver retirarse a los dos coches de cabeza. El Profesor seguramente había hecho los cálculos correctos de combustible, cambiando visiblemente de marchas y reduciendo marchas para hacer valer cada gota de oro negro líquido.

Prost vio la bandera a cuadros como ganador, pero el drama no acabó ahí, ya que se detuvo a mitad de la vuelta de regreso al pitlane. La falta de combustible hizo que el McLaren-Porsche de Prost pesara 2 kg menos de lo permitido, por lo que tras un largo tira y afloja entre el jefe de McLaren, Ron Dennis, y los comisarios, el francés fue descalificado.

En el espacio de cuatro vueltas, el compañero de equipo de Senna, Elio de Angelis, fue catapultado desde fuera de la lucha por el podio a una sorprendente victoria, que acabaría siendo la última.

Lee a continuación el resumen completo de ese día lleno de acontecimientos, donde también se vio a pilotos empujando sus coches faltos de combustible sobre la línea de meta.

2021 – Verstappen y Hamilton se enfrentan en un espectáculo sobre mojado

Lewis Hamilton, Mercedes W12, Max Verstappen, Red Bull Racing RB16B, Sergio Pérez, Red Bull Racing RB16B, y el resto de la parrilla en la salida.

En la era moderna, Imola rara vez ha dejado carreras míticas, pero la edición de 2021 lo intentó. No hay nada como la lluvia en un circuito muy técnico para animar la acción.

Lewis Hamilton salió desde la pole con neumáticos intermedios, pero la excelente arrancada de Max Verstappen desde la tercera posición le permitió pasar por el interior y ponerse en cabeza en la curva 1, obligando a Hamilton a pasar por encima de los pianos. Fue tal vez el inicio de la batalla por un título más tensa de la era actual.

Los accidentes de Nicholas Latifi y Mick Schumacher al inicio marcaron el tono de una tarde caótica, pero la reanudación también trajo emocionantes batallas rueda a rueda en toda la parrilla, con Hamilton teniendo otro intento con Verstappen mientras Lando Norris, Pierre Gasly y Carlos Sainz luchaban por los seis primeros puestos.

En el ecuador de la carrera se produjo un nuevo giro cuando Hamilton sufrió una costosa salida de pista en Tosa, mientras que su compañero de equipo Valtteri Bottas se enredó con George Russell, de Williams, en un aterrador accidente en la recta delantera.

Sir Lewis Hamilton, Mercedes, envuelto en una manta de neumáticos

La reanudación con bandera roja provocó una carrera más frenética, y dio a Hamilton la oportunidad de pasar de la octava posición a la segunda, aunque muy por detrás del escapado Verstappen. Fue una carrera que tuvo un poco de todo, y demostró que algo de lluvia puede transformar Imola en un verdadero espectáculo.

En estos momentos no se prevén precipitaciones para este fin de semana, que bien podría ser el canto del cisne de Imola en la F1 en un futuro próximo. Pero en un intento por animar la carrera, Pirelli estrena su compuesto C6 más blando. ¿Será suficiente para dar al Gran Premio de Emilia Romagna una despedida digna?