¿Te gustaría vivir más tiempo? Según un estudio reciente
publicado en la revista Nature Food,
realizar simples cambios en tu alimentación puede tener un
impacto significativo en tu
esperanza de vida, incluso si los adoptas en una etapa tardía
de la vida.

Los
beneficios de una alimentación saludable
Si bien no es una sorpresa que una alimentación saludable sea
buena para nuestra salud, los investigadores
noruegos han logrado determinar cuántos años de vida se
pueden “ganar” al llevar una
dieta equilibrada. Para llegar a esta conclusión, analizaron
los datos de 467,354 participantes británicos
recopilados por la UK Biobank.
Los investigadores identificaron cuatro tipos de
dietas: poco saludable, mediana, equilibrada (basada en
las recomendaciones del programa gubernamental inglés Eatwell) y la
dieta de longevidad. También clasificaron los alimentos según su
impacto en la mortalidad. Los resultados revelaron que algunos
alimentos, incluidos los
cereales integrales, las nueces y el pescado, se asociaron con
una mayor esperanza de vida.
Alimentos que
aumentan la esperanza de vida
De acuerdo con la investigación, el “régimen de
longevidad” se caracteriza por un consumo moderado de
cereales integrales, frutas, pescado y carne blanca. También
incluye una ingesta alta de productos lácteos, verduras, nueces y
legumbres, y una ingesta relativamente baja de huevos, carne roja y
bebidas azucaradas. Además, se recomienda evitar las harinas
refinadas y la carne procesada.

Los científicos encontraron que los alimentos con la asociación
más fuerte a la mortalidad fueron las bebidas
azucaradas y la carne procesada. Por otro lado, los alimentos con
asociaciones inversas más fuertes fueron los cereales
integrales y las nueces, lo que significa que consumir
esos alimentos puede tener un impacto positivo en la esperanza de
vida.
Un aumento
de 10 años para mujeres de 40 años
Además de revelar los alimentos que pueden aumentar la esperanza
de vida, la investigación también arrojó datos interesantes sobre
la edad en relación con la dieta. Por ejemplo, a
los 40 años, una mujer que sigue una dieta moderadamente saludable
puede esperar vivir aproximadamente 44.7 años, mientras que un
hombre puede esperar vivir alrededor de 41.5 años.
Sin embargo, al seguir el régimen de longevidad, tanto hombres
como mujeres pueden aumentar su esperanza de vida
en tres años. Incluso más sorprendente, algunos participantes
pudieron ganar hasta 10 años de vida al seguir este régimen
alimentario.
Beneficios del
estilo de vida mediterráneo
Un régimen alimentario que ha demostrado tener
beneficios para la salud y la longevidad es el
estilo de
vida mediterráneo. Este régimen se basa en alimentos como
frutas frescas, verduras, legumbres, pescado y carnes blancas.
Además, se recomienda el consumo de aceite de oliva, nueces y
aceites vegetales como el de colza.

Asimismo, promueve la limitación de alimentos grasos,
azucarados, salados y procesados. Además, se fomenta la
elección de alimentos frescos y de temporada, así
como la preparación casera de comidas.
Beneficios
para la salud del estilo de vida mediterráneo
Este estilo de vida tiene múltiples beneficios
para la salud debido a su riqueza en vitaminas, antioxidantes
y fibra. La fibra desempeña un papel fundamental
en el equilibrio del tránsito intestinal y los
antioxidantes ayudan a prevenir
enfermedades cardiovasculares y a mantener una buena salud
mental.
Además, al limitar los alimentos procesados, se puede controlar
el exceso de peso, lo cual reduce el riesgo de
enfermedades cardiovasculares. En resumen, el estilo de vida
mediterráneo es el camino a seguir para garantizar una buena
salud.
Ejemplos
de comidas siguiendo el estilo de vida mediterráneo
A continuación, te presentamos tres ideas de comidas que siguen
el estilo de vida mediterráneo:
- Desayuno: pan integral, aceite de
oliva, tomates y ajo, una fruta y una bebida caliente. - Almuerzo: cereales integrales,
pescado graso o carne blanca, lentejas y verduras frescas
(preferiblemente crudas), frutas frescas como postre. - Cena: pescado o huevos (o una
fuente de proteínas vegetales como legumbres), acompañados de una
ensalada o verduras crudas (pimientos, calabacines, lechuga,
tomate) y una fruta de postre.


