#Salud: Cirujana plástica revela los 3 tratamientos estéticos que nunca se haría

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¿Cuántas veces una especialista en cirugía plástica se atreve a
confesar los tratamientos que jamás se realizaría en su propio
cuerpo? Una reconocida cirujana
plástica
comparte con honestidad un tema pocas veces tratado:
la ética y la seguridad deben ser el centro de cualquier decisión
en medicina estética. Su experiencia, junto a casos reales, la
lleva a rechazar ciertas prácticas, incluso ante la creciente
presión social, los estándares irreales y la moda de procedimientos
rápidos. Esta postura marca el camino hacia una belleza responsable
y pone sobre la mesa una guía clara para pacientes y
profesionales.


Los tratamientos que una cirujana plástica evita: razones y
argumentos

En un entorno donde los procedimientos estéticos se ofrecen a
diario y la demanda sube, la voz de una cirujana que prioriza la
salud gana fuerza. Ella evita tres tratamientos muy populares por
motivos sustentados en evidencia clínica y su propia experiencia.
No se trata de una moda, sino de la convicción de que la belleza no
debe costar la tranquilidad ni la salud.

Rellenos de
biopolímeros: riesgos a largo plazo

Los biopolímeros han sido utilizados como
material de relleno facial y corporal, pese a que su uso está
prohibido en muchos países. Estos compuestos sintéticos pueden
producir alteraciones graves años después de su aplicación.
Migraciones, infecciones, granulomas y rechazo por parte del cuerpo
son consecuencias documentadas que afectan la calidad de vida de
quienes los recibieron. Lo más alarmante es su naturaleza
irreparable: una vez colocados, retirarlos por completo es casi
imposible. Por eso, expertos y sociedades médicas desaconsejan esta
práctica, que solo ha generado complicaciones mayores,
tanto físicas como emocionales.

Liposucción
extrema y procedimientos no regulados

La búsqueda de una silueta “perfecta” ha llevado a que algunas
personas caigan en la trampa de la liposucción
extrema
y tratamientos estéticos fuera de clínicas
certificadas. Estos procedimientos prometen resultados inmediatos,
pero ponen en severo riesgo la salud por la cantidad de grasa
extraída, el desbalance electrolítico y la falta de controles
clínicos apropiados. La obsesión con eliminar centímetros
rápidamente deja cicatrices, deformidades o incluso situaciones
críticas que sólo pueden manejarse en hospitales con equipos
preparados. Con frecuencia, quienes los realizan no cuentan
con la formación ni la acreditación necesarias
,
multiplicando los casos de negligencia y daños irreversibles.

Foto Freepik

Implantes
faciales permanentes con materiales no reabsorbibles

Los implantes faciales permanentes se presentan
como la solución definitiva para cambiar el contorno del mentón o
los pómulos. Sin embargo, los materiales no reabsorbibles pueden
provocar infecciones, desplazamientos y rechazo. Los resultados
suelen lucir poco naturales y, en caso de complicaciones, extraer
estos implantes implica una cirugía compleja y costosa. Las
alternativas actuales, como los rellenos temporales y técnicas
mínimamente invasivas, permiten resultados armónicos,
reversibles y con menos riesgos para el paciente.

Ética,
seguridad y realismo en la búsqueda de la belleza
estética

La medicina estética debe fundamentarse en valores como el
respeto, la honestidad y la protección del paciente. Perseguir un
ideal irreal impuesto por la moda puede terminar en insatisfacción
y problemas de salud. Ante ese panorama, se vuelve urgente escuchar
a los especialistas acreditados, analizar bien las
opciones y rechazar lo que no ofrece garantías ni respaldo
científico. Apostar por la seguridad no es una limitación; es una
muestra de autocuidado y responsabilidad.

Te podría interesar:

La
influencia de las redes sociales y la cultura digital

La cultura digital y el uso de filtros han multiplicado la
exposición a imágenes “perfectas”, haciendo que ciertos
procedimientos se vuelvan virales. Influencers y celebridades
marcan tendencias, pero rara vez advierten sobre los riesgos
verdaderos, las complicaciones o el precio emocional de
buscar apariencias inalcanzables. El acceso rápido
a información superficial puede distorsionar la percepción del
propio cuerpo y empujar a decisiones peligrosas, muchas veces
motivadas solo por la presión social y no por un deseo personal o
saludable.

El
papel del especialista y la importancia de la
regulación

Escoger un tratamiento no se reduce a buscar la oferta más
económica ni al profesional más famoso en redes. La verdadera
seguridad se garantiza cuando se recurre a clínicas
certificadas
y profesionales reconocidos
por entidades médicas oficiales. Los buenos especialistas informan
sobre riesgos, resultados esperados y alternativas más seguras,
dejando claro que la decisión siempre debe basarse en conocimiento
verificado y no en impulsos. La regulación, las credenciales
visibles y la transparencia en los procedimientos son señales de
confianza que evitan daños mayores.

La reflexión sobre
estética y salud
va mucho más allá de lo que dicta la moda.
Elegir con información seria y ética es la mayor muestra de respeto
hacia uno mismo. Consultar fuentes confiables y rodearse de
profesionales con bases sólidas es el primer paso para una
experiencia estética satisfactoria y segura.

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