“Creo que, en este momento, también puedo ganar el Mundial de Constructores yo solo”. Son palabras que Max Verstappen pronunció entre risas durante el encuentro con los medios neerlandeses en el Gran Premio de Gran Bretaña 2023. Fue en tono de humor, aunque había una pizca de verdad, en dos sentidos. En primer lugar, la ventaja de Red Bull en ese momento era tan grande que el campeón en realidad acumuló más puntos por su cuenta (575) que el segundo de los constructores (Mercedes, con 409). En segundo lugar, esas palabras también dijeron mucho sobre los problemas con el segundo asiento del equipo.
Casi dos años después, el panorama en términos de competición ha cambiado por completo. Red Bull ha sido alcanzado e incluso superado, pero el otro aspecto no ha cambiado. El asiento junto a Verstappen sigue siendo un quebradero de cabeza desde la marcha de Daniel Ricciardo. El australiano también tuvo más problemas contra su compañero durante su último año, y después de eso, cada sucesor ha sufrido: Pierre Gasly, Alexander Albon, Sergio Pérez y Liam Lawson. Con el mexicano, los de Milton Keynes fueron muy pacientes debido al apoyo financiero de México, pero no con el neozelandés, por lo que este fin de semana le toca a Yuki Tsunoda ser el quinto compañero de Verstappen en Red Bull.
Un vistazo a los números
Los datos pintan un cuadro revelador. Cuando se trata tanto de ritmo de carrera como de ritmo de clasificación, los compañeros de Verstappen siempre se han quedado cortos. Ricciardo fue 0.049 segundos más rápido durante las sesiones de clasificación de 2016, pero Verstappen tomó el relevo la temporada siguiente y la brecha se amplió con cada año: 0.202 en 2017 y 0.279 en 2018.
Desde entonces, los déficits no han hecho más que crecer, con Lawson sufriendo las mayores diferencias hasta la fecha. Quedó por detrás de Verstappen por un segundo en la Q1 en Australia, fue 0,813 segundos más lento durante la SQ1 en China, y 0.750 en la Q1 de la qualy principal. Si comparamos las vueltas de Verstappen en la Q3 con los mejores tiempos de Lawson, el contraste es aún más marcado.
Esto confirma que el asiento junto a Verstappen es una de las posiciones más complicadas de la Fórmula 1 actual, por dos razones: en primer lugar, el neerlandés es difícil de igualar en términos de velocidad pura con el mismo coche, como muestran las cifras anteriores. El año pasado, la diferencia media entre él y Pérez fue mayor que para cualquier otro compañero de equipo en la Fórmula 1: 0,66 segundos por vuelta de clasificación y 0,56 segundos por giro en carrera. Para los compañeros de equipo, la cosa a menudo iba de mal en peor, ya que buscaban mejorar en otras cosas (Pérez, según Helmut Marko, en reglajes extremos) y sólo empeoraban la situación.
¿Se adapta mejor el coche de Red Bull al estilo de pilotaje de Verstappen?
El segundo punto es muy debatido y tiene que ver con las características extremas del coche de Red Bull, que Verstappen puede manejar, pero otros no. Albon lo describió acertadamente como un ratón de ordenador ajustado al 100% de sensibilidad. Hace que el coche sea extremadamente sensible, pero también con una parte delantera afilada y una parte trasera muy suelta. El tetracampeón se las arregla con ello, pero son características que no dan a los pilotos con un estilo de conducción diferente la confianza que necesitan.
Una pregunta que siempre surge es que, si bien Verstappen es conocido por odiar el subviraje, también dice que un coche subvirador también es esencialmente más lento. Así que la respuesta habitual de los mandamases de Red Bull es que el equipo simplemente está construyendo el coche más rápido posible, aunque Christian Horner añadió algunas declaraciones interesantes en China.

Max Verstappen, Red Bull Racing
“Max es muy específico en lo que quiere de un coche para hacerlo rápido, y eso es generalmente un tren delantero muy afilado al girar”, confesó durante una entrevista con Sky Sports F1. “Como resultado, por supuesto, la parte trasera del coche es bastante floja. Tener una parte trasera suelta al entrar en las curvas puede dañar enormemente la confianza de un piloto, pero eso es precisamente en lo que Max destaca y donde marca la diferencia. Sabe conducir en el filo de la navaja. Exige constantemente más y más de la parte delantera y, por supuesto, sigues al piloto más rápido en el desarrollo del coche”.
En Shanghái, fuentes del equipo añadieron que, en esencia, esto no es nada nuevo. Los pilotos experimentados a menudo pueden hacer frente a características atípicas, y se citó a Michael Schumacher como ejemplo. El mensaje fue el siguiente: cuanto más avanza un equipo hacia el piloto más rápido, más difícil le resulta a un segundo piloto, que tiene un estilo de pilotaje diferente y que necesita características menos extremas.
Esto también se nota en Red Bull, según reconoció Horner con pesar: “A principios de 2022, teníamos un coche estable con bastante subviraje, que Max, como sabemos, odia. En España, añadimos una mejora que hizo más afilado el tren delantero, y entonces Max dio un gran paso. Estamos haciendo el coche más rápido posible, guiados por los datos que tenemos. No desarrollamos el monoplaza específicamente para un piloto, sino que nos guiamos por los datos disponibles y la información para conseguir el mejor coche posible. Con 122 victorias, eso ha funcionado bastante bien hasta ahora”.
Las palabras de Horner, bajo la lupa
Las últimas palabras de Horner son interesantes. Por ejemplo, indica que Red Bull se basa en “los datos disponibles y la retroalimentación” y que los resultados mandan. Verstappen los consigue en gran parte por su cuenta, y por eso tiene sentido que Red Bull siga esa dirección. Es un poco la historia del huevo y la gallina y tiene sentido por encima de todo, ya que el #1 es actualmente la única oportunidad de la escudería para competir en la parte delantera. Como resultado, el coche tiene que ser lo más rápido posible en sus manos. Esto no significa automáticamente que haya sido desarrollado para el holandés, pero sí que, en teoría, debería ser la máquina más rápida posible en sus manos.
En 2025, con la competencia habiendo superado a Red Bull, este aspecto es aún más apremiante. Mientras que los de Milton Keynes tenían mucho subviraje a principios de 2022 -por lo que no es casualidad que Pérez estuviera más cerca de él en ese momento, como se puede ver en las cifras a continuación-, seguía siendo suficiente para comandar el Mundial en ese momento. Ahora, la situación es diferente.
Verstappen ha revelado en varias ocasiones que el equilibrio no se siente tan mal, pero que el RB21 es simplemente demasiado lento. Si ambas cosas son simultáneamente inalcanzables -como puede verse en McLaren, donde los pilotos hablan de un coche rápido pero complicado-, la cuestión es si Red Bull quiere ir un poco más allá para exprimir al máximo su potencial. Si la respuesta es “sí”, eso podría volver a complicar las cosas a los pilotos y, por tanto, a quien se siente al lado de Verstappen.
Todo esto cierra el círculo, y significa que los resultados hacen que Red Bull realmente no tenga elección: siendo Verstappen la única oportunidad del equipo de competir en cabeza, hay que hacer todo lo posible para maximizar esa oportunidad. Tiene sentido si RB quiere acaparar los honores, pero -además de las preguntas sobre el segundo asiento- también plantea la cuestión de lo dependiente que es Red Bull actualmente del multicampeón, y especialmente, ¿qué pasa si deja Red Bull algún día? En cierto modo, muestra paralelismos con Honda en MotoGP: Marc Márquez consiguió disimular muchos problemas durante mucho tiempo, pero éstos eran evidentes para sus compañeros de equipo.
Las consecuencias podrían ser de gran alcance en varios niveles
Teniendo en cuenta las cifras anteriores, Red Bull también ha estado compitiendo sobre todo en la parte delantera en los últimos años con -y gracias a- Verstappen. La configuración actual funcionará mientras él esté ahí: el equipo trata de escuchar, tras lo cual sabe que él cumplirá en la pista. Sin embargo, si Max deja el equipo o incluso la Fórmula 1 algún día, esa base se desmoronará. Significará que Red Bull tendrá que reinventarse virtualmente: no solo en términos de liderazgo sobre el asfalto, sino mucho más allá.
Karla Álvarez: “Pueden ser 5 mil, pero si son mías, son las que tienen que estar”
Elección del Papa: quiénes son los favoritos y cómo se vota en el Vaticano
Canciller Roberto Álvarez alerta ante la ONU que bandas haitianas se acercan a la frontera de RD
Faride Raful concluye Semana Santa con mensaje contundente: “Rueden”
Dan alta médica a menor que cayó de tercer piso tras descarga eléctrica
Como demuestran los compañeros de Verstappen, no todo el mundo puede con los extremos. Significa que, por lo tanto, es necesario un replanteamiento a la hora de diseñar los coches de Red Bull: ya no desarrollar un monoplaza que teóricamente sea el más rápido y con el que el piloto referencia pueda manejarse a duras penas, sino hacer concesiones para un coche con el que todos se sientan más cómodos. Actualmente, esto último ni siquiera es posible, debido a que no hay dos vías de desarrollo diferentes que seguir. Cabe volver a las palabras de Horner: un equipo tiene que tomar decisiones, al fin y al cabo, y entonces tiene sentido dónde está puesto el foco, ya que Verstappen ha sido el único capaz de cumplir en los últimos años.
Eso hace que Red Bull tenga que sacudirse considerablemente en varias áreas si el cuatro veces campeón del mundo se va un día. Entonces, el equipo no solo perderá a su talismán en la pista, sino también a su punto de anclaje en el desarrollo y entre bastidores. A la inversa, por supuesto, cabe resaltar que el entorno que Verstappen encuentra actualmente en Red Bull, donde él es el referente, no se encuentra inmediatamente en cualquier otro lugar. Algo así suele llevar tiempo.
Los pilotos fuera de serie suelen adaptarse muy bien -lo que, por cierto, puede verse de nuevo con Márquez y Ducati-, y el propio Verstappen siempre hace hincapié en ello. Preguntado por su estilo de conducción, el de Limburgo dice que, en realidad, no lo tiene, y que se adapta a lo que el coche le exige. “No creo que el coche esté hecho necesariamente para mi estilo de conducción. Como piloto tienes que adaptarte a lo que te dan, eso es lo que hice cuando me uní a Red Bull. El coche siempre fue así. Tiene una parte delantera afilada, pero nunca en mi vida he visto un coche rápido con subviraje. La gente siempre me pregunta, ‘¿cuál es tu estilo de pilotaje?’, pero realmente no puedo responder a esa pregunta porque intento adaptarme lo mejor que puedo.”
Al menos para Red Bull, el escenario de “qué pasaría si” es más importante para pensar internamente que para Verstappen: la base del equipo ahora descansa en gran medida en un solo hombre. Actualmente, el equipo es muy dependiente de Max para sus resultados, pero el punto es que, con la situación actual, realmente no puede hacer otra cosa.
Después de todo, esta forma de trabajar ha demostrado ser una buena ruta hacia el éxito en los últimos años, al menos mientras Verstappen esté allí. Explica por qué Red Bull está particularmente interesado en mantenerle a largo plazo y por qué Marko insiste: “Tenemos que ofrecer a Max un coche ganador”. También en ese sentido, la presión es grande estos meses: no sólo para el segundo piloto, sino también para el colectivo. De hecho, si no se puede ofrecer ese coche ganador, las implicaciones para todo el equipo podrían ser de largo alcance.

En este artículo
Ronald Vording
Fórmula 1
Max Verstappen
Red Bull Racing
Sé el primero en enterarte y suscríbete para recibir actualizaciones por email de noticias en tiempo real sobre estos temas.