En la actualidad, la calidad del aire es un tema que preocupa
cada vez más a gobiernos y ciudadanos, especialmente en Europa,
donde las disparidades entre los países son notables. La calidad
del aire afecta directamente la salud de millones de personas y
depende de diversos factores, como la actividad industrial, el
tráfico vehicular y las políticas medioambientales. Pero ¿qué
países europeos destacan por tener aire limpio y cuáles enfrentan
los mayores problemas de contaminación?
Países europeos con el
mejor aire
Entre las naciones que sobresalen por su
aire limpio, Estonia e Islandia se posicionan
como líderes. Estos países cumplen con las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere mantener una
concentración de partículas PM2.5 por debajo de 5 µg/m³.

En el caso de Estonia, su promedio anual de
PM2.5 es uno de los más bajos del continente. Esto puede atribuirse
a su baja densidad de población, amplias áreas de bosques y un
enfoque sostenible en la producción de energía. Por otro lado,
Islandia, con sus condiciones geográficas únicas y
menor actividad industrial, también presenta un aire de calidad
destacable.
Se deben mencionar también a otros países como
Finlandia y algunas regiones del Reino
Unido, donde las ciudades más pequeñas suelen cumplir con
estas directrices. Es significativo notar que solo el 8 % de las
ciudades europeas alcanzan estos estándares, lo que subraya lo
excepcional de estas tasas.
Zonas de aire
moderado: el caso de España
España ha logrado avances en la reducción de la
contaminación en los últimos años. Según un informe reciente, el
promedio nacional de PM2.5 en 2024 fue de 8.7 µg/m³, lo que
representa una mejora en comparación con años anteriores. Aunque
esta cifra está por debajo del promedio de otros países de Europa,
sigue siendo casi el doble del límite recomendado por la
OMS.
Ciudades como Alicante y
Castellón destacan por sus bajos niveles de
contaminación, alcanzando en algunos casos concentraciones cercanas
a 3 µg/m³, niveles propios de los países menos contaminados de
Europa. Madrid, en comparación, se sitúa en una
posición moderada dentro del ranking de capitales europeas,
superando a Berlín, Roma y
París, pero siendo menos favorable que
Londres y Lisboa.
La mejora en España obedece principalmente a medidas como la
restricción del tráfico en las grandes capitales, el incremento de
espacios verdes y el incentivo al uso de transportes más
sostenibles.

Países con el peor aire
de Europa
En el lado opuesto del espectro, países de los
Balcanes y Europa del Este enfrentan grandes
dificultades para mejorar la calidad de su aire. Bosnia y
Herzegovina ocupa el puesto más desfavorable, con una
media anual de PM2.5 de 25.3 µg/m³, superando
ampliamente las directrices de seguridad establecidas por la
OMS.
Le siguen Macedonia del Norte,
Serbia, Montenegro y
Rumanía, cuyas concentraciones de partículas finas
superan los 15 µg/m³. Estas cifras pueden atribuirse a la
dependencia de combustibles fósiles, el uso extendido de carbón en
la generación de energía y niveles más altos de tráfico vehicular
con regulaciones menos estrictas en comparación con Europa
Occidental.
Dentro de las ciudades europeas más contaminadas, se encuentra
Novi Pazar, en Serbia, con 38.8
µg/m³ de PM2.5. Otras ciudades destacadas por sus altos
niveles de contaminación están ubicadas en Bosnia y Herzegovina,
Montenegro y Macedonia del Norte.
¿Qué
contribuye a la diferencia en calidad del aire?
Las grandes diferencias en la calidad del aire entre los países
europeos tienen múltiples causas. En las naciones con mejor
calidad, como Islandia y Estonia, los factores incluyen:
Por otro lado, en los países con peores índices, influyen
factores como:
- Dependencia del carbón para producir energía.
- Menos inversión en transporte público eficiente.
- Altas tasas de urbanización sin suficiente infraestructura
verde.
Además, las condiciones geográficas y climáticas también
desempeñan un rol importante, dado que las zonas montañosas o de
baja ventilación tienden a retener más contaminantes en el
aire.
Invertir en tecnologías más limpias, modificar patrones de
consumo y reforzar las regulaciones son propuestas esenciales para
reducir la contaminación. Dar prioridad a estas iniciativas no solo
asegura un mejor futuro para el medio ambiente, sino que también
mejora la salud y calidad de vida de todos los europeos.


