Jehane, una joven madre activa y popular en redes sociales,
comenzó a documentar sus problemas de salud, centrándose en los
intensos dolores de cabeza que padecía. Inicialmente, sus síntomas
fueron diagnosticados como migrañas debidas al estrés. Más tarde se
descubrió que sufría de neuritis óptica, una peligrosa inflamación
del nervio óptico que puede causar fuerte dolor y problemas de
visión, y en casos graves, pone en riesgo la vida del paciente.
Semanas antes de su muerte, Jehane compartió las dificultades
que enfrentaba, como la incapacidad para caminar o
incluso levantar la cabeza sin sentirse extremadamente mal. Aunque
estaba en espera de ser operada, su estado empeoró rápidamente,
llevándola a un desenlace trágico que dejó una profunda tristeza en
su comunidad online y en su familia.
¿Qué
es una migraña y por qué puede ser peligrosa?
La migraña no es simplemente un dolor de cabeza fuerte, sino una
condición neurológica compleja que suele ir acompañada de síntomas
adicionales como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al
sonido. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las
migrañas son la octava enfermedad más
incapacitante en el mundo, considerando los años vividos
con discapacidad.
Aunque la mayoría de los episodios no resultan peligrosos,
existen complicaciones graves asociadas con las migrañas, como los
derrames cerebrales. Algunos estudios señalan que
las mujeres que sufren migrañas con aura (trastornos visuales o
sensoriales que preceden al dolor) tienen un mayor riesgo de
eventos cerebrovasculares. Esa conexión, aunque rara, subraya la
importancia de tomar este trastorno con seriedad.
¿Cuáles
son las causas principales de las migrañas?
Las migrañas tienen múltiples disparadores, y
no siempre es fácil identificar una causa única. Los factores
comunes incluyen:
- Genética: si alguien en tu familia sufre
migrañas, es más probable que tú también las experimentes. - Estrés: muchas personas encuentran que las
tensiones diarias agravan sus síntomas. - Hábitos de sueño: sormir poco o demasiado, o
tener horarios irregulares, puede ser un factor
desencadenante. - Cambios hormonales: especialmente en mujeres,
las variaciones en los niveles de estrógeno antes del ciclo
menstrual son una causa conocida. - Estímulos externos: luces brillantes, ruidos
fuertes o incluso ciertos olores pueden detonar un episodio. - Hábitos alimenticios: alimentos como el
chocolate, los quesos añejos o el alcohol, así como la
deshidratación, son factores comunes.
No todos los factores afectan a las personas de la misma forma.
Por ello, identificar los propios desencadenantes puede ser clave
para controlar la enfermedad.
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Síntomas que no
se deben ignorar
No todos los dolores de cabeza son iguales, y algunas señales
pueden apuntar a problemas más serios:
- Dolor repentino e intenso: especialmente si
aparece de forma abrupta y diferente a los dolores habituales. - Confusión o dificultad para hablar: podría
tratarse de un síntoma neurológico subyacente. - Fiebre persistente: un síntoma poco común pero
que puede indicar una infección o inflamación grave. - Problemas para ver: alteraciones visuales
persistentes pueden estar relacionadas con condiciones como la
neuritis óptica.
Si alguna vez experimentas estos síntomas, acude a urgencias. El
tiempo es crucial para evitar complicaciones potenciales.
¿Cómo
se diagnostican y tratan las migrañas?
El diagnóstico de la migraña suele basarse en el historial
médico y la frecuencia de los síntomas. Los médicos también
descartan otras condiciones mediante pruebas adicionales si es
necesario.
Los tratamientos se dividen en dos categorías principales:
- Tratamientos agudos: se administran durante un
episodio para aliviar el dolor y otros síntomas. Estos incluyen
analgésicos, antieméticos (para controlar las náuseas) y
triptanes. - Tratamientos preventivos: indicados para
quienes sufren migrañas frecuentes o debilitantes. Pueden incluir
betabloqueadores, antidepresivos, neuromoduladores e incluso
cambios en el estilo de vida, como mejorar la dieta y establecer
una rutina de sueño.
Recordemos la historia de Jehane como una lección sobre la
importancia de escuchar a nuestro cuerpo, buscar ayuda adecuada y
no descartar problemas de salud que podrían parecer inofensivos a
simple vista. La prevención y la acción temprana pueden
marcar la diferencia.
