El Helicobacter pylori es una bacteria en forma de espiral que
se encuentra principalmente en los seres humanos. Esta bacteria
prospera en ambientes ácidos y se desarrolla exclusivamente
en el estómago, específicamente en el píloro y su antro.
Pero, ¿es contagioso el Helicobacter pylori?

¿Helicobacter
pylori es contagioso?
Como cualquier microorganismo, el Helicobacter pylori
puede transmitirse de una persona a otra, lo que
lo convierte en una infección contagiosa. Sin
embargo, en la mayoría de los casos, la
infección es benigna, especialmente durante los primeros años
después de la contaminación. Dado que la bacteria vive en la parte
superior del sistema
digestivo, la transmisión ocurre principalmente por vía oral, a
través del contacto con la saliva o los vómitos. Por lo tanto, se
requiere cierta cercanía con la persona infectada para que la
bacteria se establezca en un nuevo huésped.
Menos frecuentemente, la contaminación puede ocurrir por
vía fecal-oral, a través del contacto con heces
que contienen la bacteria. Esta situación es más común en países en
vías de desarrollo o en condiciones de higiene deficiente, como
manos poco lavadas o consumo de agua contaminada por desechos.
¿Se
puede prevenir la infección por H. pylori?
Aproximadamente la mitad de la población mundial es portadora de
la bacteria Helicobacter pylori, a menudo sin saberlo. La mayoría
de las veces, durante los primeros años, la infección pasa
desapercibida, y esto se debe a que la bacteria solo causa
síntomas cuando se ha multiplicado lo suficiente y porque estos
síntomas pueden atribuirse fácilmente a otras causas como virus,
alimentación inadecuada, estrés, entre otros.
A menudo, la bacteria se contrae durante la
infancia, especialmente dentro del núcleo familiar. A
menos que se acuda a un médico con síntomas muy reveladores, rara
vez se realizan pruebas específicas para detectarla. Por lo tanto,
el
Helicobacter pylori encuentra condiciones favorables para pasar
de una persona a otra. Sería ilusorio e irrelevante desde un punto
de vista social intentar evitar la contaminación por H. pylori,
especialmente porque la infección se puede tratar fácilmente. Sin
embargo, es muy importante no ignorar los signos
de alerta que podrían revelar la presencia de la bacteria en el
estómago.
¿Es grave la
contaminación por H. pylori?
La proliferación del Helicobacter pylori en el estómago provoca
una inflamación de la mucosa gástrica llamada
gastritis, lo que puede generar diferentes
manifestaciones similares a las que se sienten después de comer en
exceso, alimentos grasos o picantes, como ardor de estómago,
sensación de pesadez, dificultad digestiva, acidez estomacal,
eructos y
distensión abdominal. En esta etapa, no hay nada grave, pero es
necesario tomar medidas para evitar que la
situación empeore.
Sin tratamiento, la gastritis puede llevar a complicaciones
dolorosas y perjudiciales para la salud. La más común es la
úlcera gástrica o duodenal, donde las lesiones
afectan una o varias áreas de la mucosa gástrica, formando heridas
cada vez más extensas que pueden llegar a perforar el estómago o el
duodeno.
En caso de úlcera gástrica o duodenal, el dolor
generalmente es más agudo y crónico. Dependiendo de la
ubicación de las lesiones, comer puede aliviar o empeorar el dolor.
Si hay vómitos, es posible que estén teñidos de sangre. En ese
caso, es imperativo consultar a un médico lo antes posible.
En aproximadamente el 1% de los casos, la infección por H.
pylori también puede convertirse en un adenocarcinoma gástrico
(cáncer de estómago).
¿Cómo se
combate la Helicobacter pylori?
El tratamiento de la infección por Helicobacter pylori es
sencillo: 10 días de antibióticos combinados con
un medicamento antiácido y ¡listo! Por lo tanto, no hay ninguna
razón para no recibir tratamiento si sospechas que la bacteria está
relacionada con tus problemas gástricos. Antes de comenzar el
tratamiento, tu médico te realizará uno o varios exámenes para
confirmar la presencia de la bacteria en tu estómago. Estos
exámenes pueden incluir una gastroscopia con biopsia, una
prueba de aliento con urea marcada, análisis de sangre o búsqueda
de antígenos en las heces.


