La muerte o la renuncia de un papa es un hecho trascendental que
sigue un protocolo estricto en el Vaticano. Tanto un fallecimiento
como una dimisión marcan el inicio de un delicado proceso
organizado que combina tradición, simbolismo y gestión
estratégica. Este protocolo, conocido como Sede
Vacante, garantiza la continuidad en la Iglesia Católica y
la preparación para la selección de un nuevo Pontífice.
El inicio de la Sede
Vacante
Cuando un
Papa fallece o renuncia, comienza el período conocido como
Sede Vacante. Durante este tiempo, no hay líder en
la Iglesia Católica y sus funciones pasan temporalmente al
Cardenal Camarlengo, quien tiene un rol
fundamental en la transición. En el caso de un fallecimiento, él
verifica el deceso llamando al Papa por su nombre de bautismo y,
tradicionalmente, golpeando suavemente su cabeza con un
martillo de plata. Si no hay respuesta, se declara
oficialmente muerto.

En caso de renuncia, el Papa presenta una carta formal en la que
expresa su voluntad de dimitir. Este documento no necesita ser
aprobado por ninguna autoridad, ya que el Pontífice tiene plena
potestad para tomar esta decisión. Un ejemplo reciente es la
histórica renuncia de Benedicto XVI en 2013, que marcó un
precedente moderno para este tipo de transición.
La comunicación oficial
al mundo
Una vez confirmada la muerte o renuncia del Papa, la noticia se
comunica oficialmente a través del Cardenal Vicario de
Roma. Este mensaje, solemne y directo, se anuncia no solo
a los fieles, sino al mundo entero. Se suspenden las audiencias
papales y se sellan los aposentos del Pontífice, simbolizando el
fin de su mandato.

Un elemento icónico en este proceso es la destrucción del
Anillo del Pescador, la insignia papal utilizada
para firmar documentos oficiales. Este símbolo de autoridad es
destruido para evitar cualquier uso indebido, marcando de manera
literal y simbólica el cierre de un pontificado.
Los ritos funerarios
Cuando un Papa fallece, su cuerpo es preparado cuidadosamente
para ser expuesto en la Basilica de San Pedro. Los
fieles tienen la oportunidad de rendir homenaje durante tres días,
un periodo conocido como el Requiescat in Pace.
Posteriormente, se celebran las exequias papales, un evento solemne
que reúne a líderes políticos y religiosos de todo el mundo.
Papa Francisco actualizó en 2024 las normas funerarias, optando
por ceremonias más simples. Por ejemplo, eliminó el uso de la
tradicional triple urna de ciprés, plomo y roble, sustituyéndola
por una única de madera. Su deseo era priorizar la austeridad y el
sentido espiritual de este momento.
Las ceremonias funerarias concluyen con el entierro del Papa,
generalmente en las Grutas Vaticanas, aunque cada
Pontífice puede dejar instrucciones específicas sobre su lugar de
descanso final.
El Conclave y
la elección de un nuevo Papa
Tras el funeral, se convoca un Cónclave para
elegir al próximo Papa. Los electores son los cardenales menores de
80 años y se reúnen bajo estrictas medidas de confidencialidad en
la Capilla Sixtina. Para elegir al nuevo
Pontífice, es necesaria una mayoría de dos tercios.
El resultado de las votaciones se comunica al público mediante
una señal visual desde la chimenea de la Capilla Sixtina:
humo negro indica que no se alcanzó una decisión;
humo blanco confirma que el nuevo Papa ha sido
elegido. Es un momento que une al mundo católico en una ilusión
compartida.
El recién elegido se presenta poco después en el balcón de la
Basílica de San Pedro, donde pronuncia su primer discurso como
líder espiritual de la Iglesia Católica.
¿Qué ocurre si un
Papa renuncia?
La renuncia de un
Papa es poco frecuente, pero está contemplada en el derecho
canónico. El Papa que decide retirarse conserva su título de
Papa Emérito y suele optar por una vida de retiro
y oración, apartándose de los asuntos de gobierno de la Iglesia.
Este acto, aunque inusual, refuerza la autonomía papal como supremo
jefe de la Iglesia.
Desde la renuncia de Benedicto XVI, esta
posibilidad ha sido más visible, y el Papa Francisco incluso ha
mencionado estar dispuesto a considerar esta opción en caso de que
su estado de salud se lo impida continuar con sus labores.


