Los pies secos, craquelados y dolorosos pueden
revelar signos sobre el estado de salud de una
persona y no deben ser pasados por alto. En algunos casos, estos
síntomas pueden ser un indicio de un problema de salud más grave,
como la diabetes.
La
diabetes es una enfermedad crónica que afecta
a millones de personas en todo el mundo y puede causar cambios en
la calidad de la piel de los pies, haciéndola extremadamente seca,
con descamación y fisuras. Además, puede provocar
callosidades que, si no se tratan adecuadamente,
pueden dar lugar a úlceras o heridas abiertas que aumentan el
riesgo de infecciones.

El diabetes y sus efectos en los pies
Las personas que sufren de diabetes tienen niveles
elevados de azúcar en la sangre, lo que puede dañar los
nervios del cuerpo. Esta lesión nerviosa, conocida como
neuropatía, puede afectar la capacidad de sentir
dolor y otras sensaciones en los pies. También puede causar
sequedad en los pies debido a la incapacidad del cuerpo para
controlar la humedad y la producción de
aceite en esta área. Además, la diabetes también puede
dañar los vasos sanguíneos, lo que resulta en una
disminución del flujo sanguíneo hacia los pies, dificultando la
cicatrización de las heridas y aumenta el riesgo de
infecciones.
Cuidado adecuado de los pies para personas con
diabetes
Para las personas que padecen diabetes, el cuidado adecuado de
los pies es crucial para prevenir complicaciones y mantener una
buena salud. Aquí hay algunas medidas que se pueden tomar:
Higiene y humectación: mantener los pies
limpios y secos es fundamental. Lávalos con agua tibia y un jabón
suave, asegurándote de secarlos completamente después. Aplica una
crema hidratante específica para pies para mantener la piel suave y
prevenir la sequedad.
Inspección diaria: debes revisar tus pies todos
los días en busca de cualquier herida, ampolla o cambio en la piel.
Si encuentras algo inusual, consulta a tu médico de inmediato.
Corte de uñas adecuado: corta tus uñas de los
pies de manera recta y evita recortarlas demasiado cerca de la piel
para prevenir el riesgo de infecciones.
Calzado adecuado: utiliza zapatos cómodos y
adecuados para tus pies. Asegúrate de que no te queden demasiado
ajustados ni demasiado sueltos. Evita los zapatos puntiagudos o de
tacón alto que pueden causar presión y fricción en los pies.
Prevención de callosidades: evita caminar
descalzo y usa plantillas acolchadas o almohadillas para
reducir la presión en los pies.
Control del nivel de azúcar en la sangre:
mantén tu nivel de azúcar en la sangre bajo control siguiendo las
recomendaciones de tu médico y llevando una
dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.
Tratamiento de los pies secos y
callosidades
Si ya tienes los pies secos o callosidades, es importante buscar
tratamiento adecuado para prevenir complicaciones. Aquí hay algunas
opciones de tratamiento que se pueden considerar:
Cremas kératolíticas: las cremas que contienen
urea o ácido salicílico pueden ayudar a suavizar la piel seca y
reducir las callosidades. Estas cremas deben aplicarse según las
indicaciones del médico o del fabricante.
Vaselina: la vaselina es un producto económico
y efectivo para hidratar y suavizar los pies secos. Aplica una capa
generosa de vaselina en los pies antes de acostarte y ponte
calcetines de algodón para ayudar a que la humedad se mantenga en
la piel durante la noche.
Consulta a un podólogo: si las callosidades son
persistentes o dolorosas, es recomendable consultar a un podólogo.
El podólogo puede utilizar técnicas especializadas, como el uso de
bisturís o fresas rotativas, para eliminar las callosidades de
manera segura y reducir el riesgo de infecciones.
Recuerda que el
cuidado de los pies es esencial para las personas con diabetes.
Presta atención a cualquier cambio en la piel de tus pies y
consulta a un médico si notas algo inusual. No ignores los
síntomas de sequedad, callosidades o fisuras en los pies,
ya que pueden ser un signo de un problema de salud más grave. Con
el cuidado adecuado, puedes mantener tus pies sanos y prevenir
complicaciones.


