¿Te has preguntado alguna vez qué comerías si fuera tu
última comida? Para muchos, esto podría ser una decisión
cargada de nostalgia, pero para el preso Gary Carl Simmons
Jr., esta elección dejó a todos perplejos e intrigados.
Antes de ser ejecutado en 2012 en Mississippi, Simmons dejó su
huella con un último banquete que superó las 29,000 calorías. Vamos
a descubrir qué había en su plato y por qué esta historia sigue
capturando la imaginación de tantos.

Un pedido
monumental y sin precedentes
Cuando se habla de
últimas comidas en el corredor de la muerte, algunos optan por
platos sencillos, mientras que otros aprovechan la oportunidad para
pedir algo extraordinario. Gary Carl Simmons Jr., conocido como “El
Carnicero” debido a sus crímenes espeluznantes, rompió récords con
su extravagante pedido. Su banquete incluyó:
- Una pizza mediana Super Supreme Deep Dish de Pizza
Hut con doble porción y toppings como champiñones,
cebolla, jalapeños y pepperoni. - Otra pizza estándar con queso,
aceitunas, pimientos, tomate, ajo y salchicha italiana. - Diez sobres de queso parmesano de 8 onzas
cada uno y diez sobres de aderezo
ranch con el mismo peso. - Una bolsa familiar de Doritos sabor
nacho con queso derretido de jalapeños. - Una porción adicional de jalapeños en
rodajas de 4 onzas.
Pero eso no fue todo. Agregó aún más carbohidratos y azúcar con
una orden grande de papas fritas de McDonald’s
(con extra de kétchup y mayonesa), dos pintas de helado de fresa,
dos milkshakes de fresa y dos Coca-Colas sabor cereza. Difícil de
imaginar cómo alguien podría terminar este festín. Simmons
terminó aproximadamente la mitad de esta montaña de comida antes de
su ejecución.

¿Por qué
las últimas comidas fascinan tanto?
El interés por las últimas comidas de condenados a muerte
refleja nuestra curiosidad por entender la psicología humana en sus
momentos finales. Es un vistazo único a las elecciones personales
cuando la libertad apenas existe. Elegir un último plato
puede ser simbólico, nostálgico o simplemente un deseo
indulgente. En el caso de Simmons, su pedido fue tan
extremo que dejó a muchos preguntándose qué lo motivó.
Si bien las últimas comidas son comunes en algunos estados de
Estados Unidos, existen reglas y limitaciones. Muchos sistemas
penitenciarios restringen los ingredientes y el costo, mientras que
otros simplemente no permiten comidas especiales por cuestiones
logísticas o éticas.
Los crímenes de
Simmons
Gary Carl Simmons Jr. fue condenado a muerte por un crimen
profundamente perturbador. En 1996, secuestró, violó y asesinó
brutalmente a Jeffrey Wolfe en medio de un
conflicto relacionado con drogas. No solo eso, sino que también
participó en la desmembración del cuerpo de Wolfe para deshacerse
de él en un pantano cercano. Este acto horrendo lo llevó a ser
apodado «El Carnicero». Su cómplice, Timothy Milano, recibió cadena
perpetua, mientras que Simmons fue sentenciado al castigo
máximo.
Antes de su ejecución, Simmons expresó cierto remordimiento y
aseguró haber hecho las paces con Dios. Esta declaración, combinada
con su extravagante banquete, plantea interrogantes sobre cómo
procesó sus momentos finales.
Entre la
indulgencia y las regulaciones
El concepto de la última comida genera tanto debate como
fascinación. Aunque Simmons pidió 29,000 calorías, la mayoría de
los presos no son tan extravagantes. Algunos prefieren un simple
sándwich, mientras que otros optan por nostalgia culinaria, como la
comida favorita de su infancia.
En algunos estados, los pedidos han sido restringidos o
eliminados por completo. En Texas, por ejemplo, se
abolieron las últimas comidas especiales en 2011 después
de que un preso pidiera un enorme banquete y luego se negara a
comerlo. Esta acción impulsó cambios significativos en cómo se
manejan dichas solicitudes a nivel estatal. El caso de Simmons es
un recordatorio de cómo estas tradiciones pueden variar ampliamente
dependiendo de la ubicación y las circunstancias.
Este tipo de relatos desafían nuestra perspectiva sobre el
sistema de justicia, la pena capital y los rituales que la rodean.
Tal vez la atracción por estas historias reside en la mezcla entre
lo humano y lo macabro, entre los pequeños placeres y los delitos
más oscuros. ¿Qué pedirías tú si estuvieras en su lugar?
(ver todo)


