Este es el orden correcto a la hora de hacer tu skincare por la mañana y por la noche

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El cuidado de la piel no es un lujo, es una necesidad. Cada
mañana y noche, la piel enfrenta diferentes retos y exigencias.
Seguir el orden adecuado en tu rutina puede marcar la diferencia
entre una piel saludable y una que lucha por cumplir con sus
funciones básicas. Hoy te contamos cómo estructurar tu rutina de
cuidado facial para aprovechar al máximo los beneficios de cada
producto.

¿Por qué es
importante seguir un orden?

Imagina construir una casa; antes de instalar el techo,
necesitas una base sólida. Lo mismo ocurre con tu piel. Aplicar los
productos en el orden correcto permite que cada uno cumpla su
función de manera óptima. Además, ayuda a evitar combinaciones que
podrían irritar o saturar la piel.

Rutina de la
mañana: preparación para el día

Por la mañana, tu objetivo principal es
preparar la piel
para enfrentarse a factores
externos como la contaminación, los rayos UV y el estrés ambiental.
Siguiendo una rutina bien estructurada, lograrás proteger y
mantener la salud de tu piel.

Primero, limpia tu rostro: aunque te hayas
lavado por la noche, durante el sueño la piel produce sudor y
grasa. Un limpiador suave elimina estas impurezas sin resecar.

Segundo, aplica el tónico: este paso ayuda a
restaurar el equilibrio del pH de la piel y a eliminar posibles
restos de suciedad que el limpiador no logró quitar. Además,
prepara el rostro para los siguientes productos.

Tercero, el sérum es clave: los sérums
contienen ingredientes altamente concentrados que penetran
profundamente en la piel. Por la mañana, opta por un sérum
antioxidante, como uno a base de vitamina C, que combata los
radicales libres y ayude a iluminar la piel.

Cuarto, no olvides el contorno de ojos: la piel
alrededor de los ojos es más fina y tiende a mostrar antes signos
de fatiga y envejecimiento. Usa un producto diseñado
específicamente para esta área y aplícalo con pequeños toques para
evitar irritación.

Quinto, hidrata adecuadamente:
independientemente de tu tipo de piel, necesitas un hidratante que
ayude a retener la humedad. Si tu piel es grasa, elige uno ligero;
si es seca, busca opciones más ricas.

Sexto, la protección solar es imprescindible:
la crema solar no solo previene quemaduras, sino que también
protege contra el envejecimiento prematuro y las manchas solares.
Asegúrate de usar un producto con un SPF de al menos 30.

Foto Freepik

Rutina de la
noche: reparación y regeneración

Durante la noche, la piel trabaja para reparar los daños
sufridos a lo largo del día. Aprovecha este momento para darle lo
que necesita y potenciar su regeneración.

Empieza con un buen desmaquillante: si usaste
maquillaje o protector solar, necesitas un desmaquillante efectivo.
Puedes optar por aceites, aguas micelares o bálsamos según tu
preferencia.

Después, limpia profundamente: el limpiador
elimina los restos de maquillaje, sudor y contaminación. Este paso
es vital para que los siguientes productos puedan actuar
correctamente.

Te podría interesar:

Aplica el tónico: igual que por la mañana, el
tónico equilibra y prepara tu piel. Algunos tónicos nocturnos
contienen ingredientes calmantes que relajan la piel antes de
dormir.

Utiliza un sérum reparador: por la noche, los
sérums con retinol, ácido glicólico o niacinamida son ideales para
regenerar la piel y reducir líneas finas o manchas. Estos
ingredientes trabajan mejor cuando no están expuestos a la luz
solar.

Cuida tu contorno de ojos: elige una crema de
ojos más hidratante por la noche, ya que la piel tiene más tiempo
para absorberla.

Hidratación intensiva: una crema nocturna rica
en nutrientes ayuda a reparar la barrera cutánea mientras duermes.
Busca una fórmula específica para la noche, que sea más espesa y
nutritiva que la de día.

La opción de usar aceites: si tu piel es
especialmente seca, un aceite facial después de la crema puede
sellar la hidratación y nutrir profundamente.

Consejos
adicionales para optimizar tu rutina

Escucha a tu piel: las necesidades de la piel
pueden cambiar según el clima, tus hábitos o incluso tus hormonas.
Ajusta tu rutina cuando sientas que algo no está funcionando.

Menos es más si tienes dudas: no necesitas
demasiados productos para lograr buenos resultados. Enfócate en lo
básico y añade productos específicos según tus necesidades.

Sé constante: una rutina funciona mejor con el
tiempo. La constancia es clave para ver resultados visibles.

Seguir el orden correcto en tu rutina de
cuidado facial
por la mañana y por la noche no es solo una
cuestión de estética, sino también de salud. Aplica cada producto
en el momento adecuado para aprovechar al máximo sus beneficios y
proteger tu piel de los factores que la afectan diariamente. Con
una piel equilibrada y bien cuidada, no solo lucirás mejor, sino
que también te sentirás más cómodo contigo mismo. Una buena rutina
es el primer paso hacia una piel radiante y saludable.

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Dany Levito
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