Después de más de 15 meses de guerra entre Israel y Hamás, un alto el fuego en Gaza podría estar a punto de producirse. Las negociaciones que llevan a cabo ambas partes en Doha, Catar, habrían logrado consensuar los detalles finales de una tregua de varias semanas que incluiría un intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos y que llegaría justo a las puertas del relevo presidencial en la Casa Blanca.
El visto bueno de Hamás parece ser lo único que falta para que se haga realidad el acuerdo, según ha revelado el secretario de estado de EE UU, Anthony Blinken, aunque la organización islamista ha mostrado en las últimas horas públicamente satisfacción y optimismo.
El Gobierno palestino ha reconocido que el acuerdo está “en sus etapas finales”. Tanto es así que ya mantiene contactos con otras facciones palestinas para comunicarles los “progresos”, según dice la prensa local.
En el otro lado de la mesa de la negociación, Israel también ha reconocido que “estamos en un momento crucial para cerrar el acuerdo sobre Gaza con Hamás”, dijo un oficial israelí que accedió a hablar bajo condición de anonimato. “Ha habido progresos notables en todos los puntos del acuerdo en los últimos días”, confirmó.
El Gobierno de Catar, que es el país que alberga las conversaciones de alto el fuego, destacó por su parte que el pacto está “lo más cerca que ha estado en los últimos meses”. Según EE UU, que ejerce de mediador, si Hamás acepta, el acuerdo estará listo para poder implementarse. La diplomacia estadounidense agregó: “El domingo, Estados Unidos, Catar y Egipto presentamos una propuesta final. La pelota está ahora en el tejado de Hamás. Si Hamás acepta el acuerdo, está listo para ser implementado”.
Según lo que ha trascendido, esta tregua se prolongaría 60 días y debe culminar en la liberación de 33 rehenes -con prioridad de niños, mujeres, ancianos, enfermos y heridos-. Israel aceptaría a cambio excarcelar a un millar de presos palestinos entre los que no estarían “terroristas acusados por asesinato”. En medio del alto el fuego seguirían las conversaciones para la finalización del conflicto.
Descrito como “muy detallado y complejo”, el pacto contempla también aspectos como una zona de amortiguación y seguridad, apoyo logístico humanitario, o el retorno de gazatíes al norte.
Sobre la liberación de rehenes, Hamás liberaría a tres el primer día del acuerdo, tras lo cual Israel empezaría a retirar las tropas de las zonas pobladas. Siete días después, Hamás liberaría a otros cuatro rehenes, e Israel permitiría a los desplazados del sur regresar al norte, pero sólo a pie por la carretera de la costa.
Miles de muertos
El primero en adelantar que el alto el fuego era viable fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuyos mediadores le informaron el lunes de que se estaba “a punto” de lograr un acuerdo entre Israel y Hamás. “En la guerra entre Israel y Hamás estamos a punto de (lograr) que la propuesta que planteé hace meses finalmente dé su fruto”, argumentó. Horas después era Donald Trump quien decía que estaba “muy cerca”.
La guerra entre Israel y Hamás comenzó en octubre de 2023, tras el ataque islamista que dejaba unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. Las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, han denunciado hasta la fecha más de 46.600 muertos en Gaza, 80 en los últimos dos días, a los que se suman más de 800 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o en ataques por parte de colonos.