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Cuando hablamos de cenas navideñas, pensamos en pavo, jamón
glaseado o platos caseros tradicionales. Sin embargo, en Japón, una
caja de pollo frito de KFC es el centro de
muchas celebraciones. Esto no es sólo una curiosidad
moderna; hay una historia fascinante que explica cómo esta
costumbre se convirtió en una parte esencial de la Navidad
japonesa.
Todo comenzó en la década de 1970, cuando KFC lanzó una campaña
llamada “Kentucky for Christmas”. Por aquel
entonces, las tradiciones navideñas no eran comunes en Japón, y
esta campaña aprovechó la oportunidad para ofrecer algo único. La
idea era sencilla: dar a las familias japonesas una experiencia
similar a las cenas navideñas occidentales, pero con pollo en lugar
de pavo, ya que en Japón el pavo era raro y caro.
La campaña fue un éxito rotundo. Las familias, especialmente
aquellas con niños, adoptaron rápidamente la idea. Con el paso de
los años, la tradición ganó peso cultural. Hoy en día, pedir
KFC para Navidad es tan común que los pedidos se realizan con
días de antelación para evitar largas filas y garantizar
disponibilidad.
Aunque pueda parecer extraño a quienes no son de Japón, esta
tradición refleja cómo las costumbres pueden adaptarse e integrarse
en diferentes culturas de formas inesperadas. Al final, se trata de
disfrutar de la comida y pasar tiempo con seres queridos, dos cosas
que nunca pasan de moda.
¿Cómo comenzó
esta curiosa tradición?
En 1970, KFC llegó a Japón, introduciendo su
famosa receta de pollo en un mercado completamente diferente al
occidental. Cuatro años después, en 1974, la compañía lanzó una
campaña navideña bajo el lema «Kurisumasu ni wa
Kentakkii» (Kentucky para Navidad). Esta idea surgió de la
necesidad de adaptar sus productos a las festividades, ya que la
Navidad como tal no era una tradición fuerte en Japón.
La inspiración detrás de este concepto fue simple al no tener
costumbre de consumir pavo como en Occidente y buscando algo
especial para celebrar, el pollo frito resultó perfecto. El
marketing fue tan exitoso que no solo atrajo a un público curioso,
sino que terminó estableciéndose como una nueva tradición
navideña.
Pollo frito en lugar
de pavo navideño
A diferencia de países donde el pavo ocupa el lugar principal en
la mesa, en Japón el pollo frito de KFC se ha
convertido en un símbolo de celebración. Familias enteras hacen
filas afuera de los restaurantes para comprar sus «party buckets».
Estos paquetes suelen incluir piezas de pollo, ensalada de col y
algún postre especial, todo presentado en un barril decorado con
temática navideña.
Este plato no solo es conveniente, sino que encaja con la idea
de una comida familiar y festiva. Además, para
muchos japoneses, la comida occidental tiene un atractivo especial,
porque representa algo diferente y cosmopolita.
El peso de la cultura
y el marketing
La llegada de KFC a Japón coincidió con un
momento en el que el país buscaba adoptar ciertas tradiciones y
costumbres extranjeras. Aunque Japón no celebra la Navidad como una
festividad religiosa (menos del 1% de la población es cristiana),
el aspecto comercial y cultural de la fecha es muy popular.
Gracias a campañas publicitarias bien dirigidas y al uso de
íconos como Santa Claus, KFC logró asociar su menú
con un sentido de festividad y exclusividad. Cada
año, durante la temporada navideña, los restaurantes KFC decoran
sus espacios y preparan promociones que despiertan un sentimiento
nostálgico entre sus clientes. Incluso, es común que muchos hagan
reservas para asegurarse su caja de pollo frito.
No es solo comida, es
una experiencia
Para los japoneses, consumir KFC en Navidad no se trata
únicamente de comer pollo. Es una experiencia que incluye
reuniones familiares, risas y el espíritu de
celebración. Muchas familias disfrutan sentarse juntas
mientras comparten este menú especial, algo que une
generaciones.
Además, el hecho de tener que hacer reservas o esperar largas
filas para obtener un pedido también le da al evento un aire
especial. Todo esto transforma lo que podría ser una simple comida
rápida en un momento significativo.
Impacto global y
curiosidad cultural
La tradición de
KFC en Navidad ha sido objeto de curiosidad en todo el mundo.
Para muchos, es un ejemplo de cómo una estrategia de
marketing bien ejecutada puede trascender las barreras
culturales y convertirse en parte de las costumbres locales.
Aunque pueda parecer extraño desde una perspectiva occidental,
este fenómeno ilustra la capacidad de las marcas de
adaptarse y encontrar su lugar en mercados tan
distintos como el japonés. Además, saca a relucir cómo las
festividades pueden adquirir significados completamente diferentes
dependiendo del contexto cultural.
todo)
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