El 2024 será recordado como un año de tragedias que dejaron profundas cicatrices en la sociedad dominicana. A lo largo de los meses, eventos desgarradores sacudieron al país, arrancando vidas, destruyendo familias y dejando un vacío irreparable en las comunidades.
Muertes horrendas muertes ocurridas por premeditación o por accidentes de tránsito, fuegos artificiales, uso de químicos y otras índoles produjeron muertes masivas e individuales.
Enero: fumigación letal en Piantini
El 21 de enero, Adelle Ruiz León y su bebé de dos meses fallecieron en su apartamento de Piantini tras una fumigación con fosfina, un químico utilizado para exterminar plagas. Su esposo y su otro hijo lucharon por sobrevivir en estado crítico. El francés Georges Antoine Thevenet, responsable del procedimiento, enfrenta medidas judiciales, pero la pérdida de la familia quedó como un recordatorio del peligro de la negligencia.
Febrero: Masacre en la cárcel de La Victoria
En septiembre, la Penitenciaría Nacional La Victoria fue escenario de un violento enfrentamiento entre internos que dejó 11 muertos y 15 heridos. En una cárcel plagada de hacinamiento y corrupción, las familias de las víctimas lloraron mientras las autoridades prometían investigaciones, sin soluciones reales a la vista.
Marzo: el carnaval de Salcedo bajo las llamas
El 10 de marzo, durante las celebraciones del carnaval en Salcedo, Hermanas Mirabal, un incendio arrasó con la vida de diez niños, dejando a 11 personas gravemente heridas. Entre las víctimas, cuyas edades oscilaban entre los 5 y los 16 años, estaban Carlos Jesús Blanco Ovalles y Andriel Leonardo Abreu. La tragedia transformó un día de alegría en un duelo nacional.
Agosto: el mes más sombrío
A principios de agosto, en las costas de Río San Juan, fueron encontrados los restos de 14 personas a bordo de una embarcación. Los fallecidos, provenientes de Senegal y Mauritania, buscaban un futuro mejor, pero encontraron la muerte en el mar.
En la primera semana de agosto, Génesis Daniela Lugo, de 25 años, se lanzó desde un edificio de cuatro pisos en Santo Domingo Norte, llevando consigo a su hija de cinco años. Ambas murieron, dejando al país conmocionado por este acto desesperado.
Días después, en Santo Domingo Este, Ana Josefa García Cuello, médico militar, decapitó a su hija de cinco años frente a su hijo menor. Alegó que alguien había irrumpido en su hogar, pero las pruebas apuntaron a un espeluznante crimen.
Tragedia en las patronales de Azua
El 31 de agosto, en Magueyal, Azua, un camión cargado de aguacates arrolló a los asistentes de las fiestas patronales, dejando siete muertos y 41 heridos. Entre las víctimas estaban Yocari Beltré y Génesis Arias. El conductor, Ángel Encarnación Bautista, enfrenta cargos mientras las comunidades lidian con el dolor.
Diciembre: violencia despiadada en Pedro Brand
Cerrando el año, Ana Karina Ramos Corniel fue víctima de un brutal ataque en Pedro Brand. Eduardo Guerra, un vigilante privado, la drogó, violó y torturó, dejándola abandonada en una cañada creyéndola muerta. La joven sobrevivió y su relato destapó la brutalidad del crimen. Guerra enfrenta cargos por intento de homicidio, mientras Ana Karina lucha por reconstruir su vida.
El 2024 será recordado como un año de tragedias que aterrorizaron al país. Las historias de quienes perdieron la vida y de quienes sobrevivieron al horror dejan una lección urgente para la sociedad: la necesidad de un cambio estructural que permita enfrentar el dolor con justicia y prevenir que hechos similares se repitan.
