En el ritmo de vida moderno, el sueño a menudo
queda relegado a un segundo plano. Sin embargo, la calidad
y la cantidad de sueño son cruciales para nuestra salud y
bienestar. Aunque se recomienda
dormir ocho horas por noche, muchos de nosotros dormimos
regularmente solo seis horas, lo que resulta en un cansancio
constante. ¿Qué hay detrás de este fenómeno? A continuación,
estudiaremos las diez razones más comunes por las que puede que no
logres alcanzar las ocho horas de sueño reparador y descubriremos
cómo transformar estos hábitos para asegurar un
descanso nocturno más tranquilo, profundo y restaurador.
Lectura
emocionalmente exigente antes de acostarse
Leer antes de acostarse se considera una actividad relajante,
pero involucrarse en literatura emocionalmente exigente puede tener
un impacto negativo en tu sueño. Opta por tareas más livianas que
no perturben tu mente justo antes de descansar.
Uso de
dentífricos fuertes antes de acostarse
Puede parecer algo insignificante, pero el tipo de dentífrico
que uses antes de irte a la cama puede afectar tus posibilidades de
tener una buena noche de sueño. Los dentífricos con un fuerte sabor
a menta pueden estimular el cerebro e interferir con la transición
al sueño.
Dormir del lado
equivocado del cuerpo
Dormir del lado derecho puede aumentar el riesgo de reflujo
ácido, lo que puede perturbar tu sueño. Intenta dormir del lado
izquierdo para reducir las posibilidades de interrupciones
nocturnas.
La habitación es
demasiado silenciosa
Un silencio total en la habitación puede en realidad impedir un
sueño profundo, ya que incluso los ruidos más pequeños pueden
perturbar tu descanso. Prefiere utilizar ruido blanco o sonidos de
la naturaleza, que crearán un fondo agradable para dormir.
Demasiada intimidad
antes de acostarse
Si bien la intimidad es un elemento importante de una
relación, demasiada actividad antes de acostarse puede aumentar
la temperatura de tu cuerpo y hacer que conciliar el sueño sea más
difícil. Mantén la habitación fresca y evita cualquier
actividad física excesiva justo antes de irte a la cama.
Beber té demasiado
tarde
Aunque el té puede ayudarte a relajarte, es importante beberlo
algunas horas antes de acostarte para reducir los efectos de la
cafeína, especialmente si bebes té negro o verde, que pueden
contener más cafeína.
Usar dispositivos
de monitoreo del sueño
Si bien pueden ser útiles para mejorar la calidad del sueño,
concentrarse demasiado en los datos proporcionados por estos
dispositivos puede conducir a la obsesión e incluso a la
insomnio.
Televisor en modo de
espera
La más mínima luz o parpadeo puede perturbar tu sueño. Apaga por
completo todos los dispositivos de la habitación para garantizar un
entorno oscuro y tranquilo.
Escuchar
historias antes de acostarse o ver películas intensas
Para algunas personas, las historias antes de acostarse pueden
ser contraproducentes, ya que podrías temer quedarte despierto
hasta el final de la historia, lo que puede interferir con la
transición al sueño.
Miedo a la oscuridad
El miedo a apagar las luces es más común de lo que se piensa.
Reducir la iluminación gradualmente antes de acostarte puede
ayudarte a superar este miedo y facilitar la transición a un sueño
reparador.
Estrés y ansiedad
El estrés y la ansiedad son enemigos del sueño reparador.
Actividades como la meditación, el yoga o la relajación antes de
acostarse pueden ayudarte a reducir la actividad mental y facilitar
la transición al sueño.
Horarios irregulares
Mantener un horario de sueño irregular puede perturbar el reloj
biológico interno, lo que dificulta conciliar y mantener un sueño
de calidad. Intenta establecer una rutina de sueño constante,
incluso los fines de semana.
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