Santo Domingo. – El abogado y escritor Carlos Salcedos es el nuevo miembro de la Academia Dominicana de la Lengua, y en su discurso de ingreso destacó la relación que existe entre la literatura y el derecho, que a su juicio son aliados indispensables en la búsqueda de justicia y equidad.
Para el jurista y columnista del periódico El Día, mientras el “derecho organiza la convivencia, la literatura humaniza y complementa este esfuerzo, revelando las fallas del sistema y ofreciendo nuevas formas de pensar y actuar”.
Asimismo, sostiene que la literatura es una herramienta transformadora que, al imaginar más allá de la realidad, ayuda a construir un mundo donde los derechos no solo sean proclamados, sino también respetados y vividos.
“La literatura no sólo sensibiliza a los operadores jurídicos, sino que también educa a la ciudadanía, fortaleciendo la opinión pública como un motor de cambio democrático”, expresó el también académico al aceptar la elección como nuevo miembro de número del organismo afiliado a la Real Academia de la Lengua Española.
Salcedo, quien desde ya ocupa el asiento dejado por el laureado poeta y escritor Lupo Hernández Rueda, resaltó, además, la capacidad que tiene la literatura para formar a los juristas, proporcionándoles herramientas interpretativas y argumentativas esenciales para enfrentar dilemas éticos y legales.
Citando a la filósofa Martha Nussbaum, el abogado afirmó que la narrativa literaria complementa la racionalidad jurídica al iluminar las emociones y necesidades humanas que las leyes a menudo pasan por alto.
Salcedo también subrayó el papel fundamental que ha tenido la literatura a lo largo de la historia en la crítica y transformación de los sistemas jurídicos. Conforme al letrado, desde los relatos de Kafka y Dostoievski hasta obras contemporáneas como una novela criminal de Jorge Volpi, la literatura ha cuestionado la estructura de los sistemas judiciales, denunciando sus injusticias y la opresión que a menudo ejercen sobre los individuos.
Asimismo, agregó que autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz y Miguel Ángel Asturias, aunque fueron formados en derecho, utilizaron sus obras para abordar conflictos éticos y jurídicos, creando una corriente interdisciplinaria conocida como «derecho y literatura».
De igual manera, hizo énfasis en la influencia de la literatura latinoamericana en la reflexión jurídica, señalando obras como La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa, que expone la arbitrariedad de la dictadura de Rafael Trujillo, y una novela criminal de Jorge Volpi, que denuncia la corrupción y las fallas del sistema judicial mexicano.
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