La cantante mexicana Ana Gabriel, reunió a miles de fanáticos en el Estadio Olímpico, Félix Sánchez, para disfrutar de su voz inconfundible y el carisma que enamoró a más de uno.
El cantante dominicano, Badir fue el encargado de acompañar a la super estrella mexicana y le preparó el escenario para su esperada entrada. Destacar el cantautor abrió dos de los conciertos de Ana Gabriel el año pasado en el país.
La espera cargada de expectativas, en la que la los dominicanos deseaban ver a la “Diva de América”. Para celebrar sus 50 años de carrera y cerrar con ella su gira “Un deseo más”.
Precisamente, eso era lo que pedían los dominicanos “Un deseo más”, para verla nuevamente, tras el éxito abrumador de sus presentaciones el año pasado.
Ese deseo se cumplió, y las inclemencias del clima tropical que se apodera de Santo Domingo, donde la lluvia no impidió que sus “esposos y esposas”, se reencontraran con ella.
Algunos de los asistentes tenían impermeables por si la lluvia regresaba, misma que se diluyó cuando, minutos antes de las 9:40 de la noche, las luces del recinto comenzaron a atenuarse y la multitud estalló en aplausos y vítores.
Una diva sobre el escenario
Fue así como Ana Gabriel, vestida con un esmoquin de lentejuelas, y un sombrero negro que la hacían resaltar en el imponente escenario.
Desde “Esta noche”, pasando por “Soy como quise ser”, hasta “Cosas del amor”, donde los que estaban ahí “entregaron todo”. Estos éxitos con los que la mexicana calentaba a los fanáticos que no dejaban de corear ni una sola de sus canciones.
Una de las voces más queridas de la música latina, se presentó ante un público que abarcaba generaciones.
Entre el público se podía ver a muchos jóvenes que crecieron con sus canciones que se contrastaban con los adultos que la siguen desde sus inicios en los años 80.
La velada continuó con “Ay Amor”, “Mar y amor”, la ya muy conocida “Quien como tú”, “Mi talismán”, entre otros más que la inmortalizaron en el salón de la fama de la música en nuestro continente.
Ana Gabriel, casada con República Dominicana.
María Guadalupe Araujo, nombre real de la cantante, que siempre ha reiterado su “amor eterno” con República Dominicana, el país que la ha convertido en un verdadero símbolo que navega entre la ilusión y el desamor.
Como ya es costumbre, Ana Gabriel le rindió homenaje a sus raíces, al interpretar algunos de sus éxitos acompañada por el mariachi mexicano: “Como olvidar”, “Ahora”, “Huelo a soledad”, entre otras.
La multitud pedía a una sola voz los clásicos “El cigarrillo” y “Luna”, la cantante al percatarse de la insistencia de sus esposos y esposas, los complació interpretando ambos temas que hicieron que el estadio se uniera en un momento mágico para todos.
Uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando la intérprete, visiblemente emocionada, recordó sus inicios y agradeció al público dominicano por el apoyo constante a lo largo de su carrera.
“Gracias, República Dominicana, por darme siempre su cariño”, expresó antes de interpretar “Simplemente Amigos”, un himno de desamor que llevó a muchos a cantar con los ojos cerrados y el corazón en la mano.
Ana Gabriel, la luna que brilló enamoró a un país que nuevamente se rindió a sus pies y cerró con ella, una gira que quedará para la historia.
