Hoy en día,
dormir con el smartphone al alcance de la mano se ha vuelto un
hábito común. Sin embargo, pocos conocen los
riesgos potenciales que esto puede traer consigo. Más allá de la
dependencia tecnológica, investigaciones sugieren que este hábito
podría influir negativamente en la salud, afectar el sueño y,
sorprendentemente, incluso contribuir al
aumento de peso.
La luz azul y
el sueño: un enemigo silencioso
¿Alguna vez te has quedado scrolleando en la cama hasta tarde?
Es algo común, pero no inofensivo. Los dispositivos
electrónicos emiten luz azul, una longitud de onda que
puede alterar el ciclo natural del sueño. Esta luz inhibe la
producción de melatonina, la hormona responsable
de preparar el cuerpo para descansar.
El resultado es un sueño de menor calidad. Las
personas que duermen con su smartphone cerca suelen despertarse
sintiéndose cansadas o menos alertas al día siguiente. A largo
plazo, un descanso inadecuado puede tener consecuencias graves para
la salud general, incluida la predisposición al estrés y a
la fatiga crónica.
Una
conexión inesperada: smartphones y aumento de peso
Tal vez sorprenda, pero dormir con el smartphone puede tener
efectos indirectos en el peso corporal. Según
varios estudios, las malas noches de sueño están relacionadas con
el desequilibrio hormonal, lo cual afecta el apetito.
Durante el
insomnio o las interrupciones del sueño, aumenta la
producción de grelina, conocida como la «hormona del
hambre», y se reduce la leptina, que controla la sensación de
saciedad. Esto lleva a un mayor consumo de calorías durante el día.
Además, el cansancio limita la energía para la
actividad física, lo que favorece un estilo de vida más
sedentario y, por ende, el
aumento de peso.
¿Qué
tienen que ver las alarmas y las notificaciones?
Los smartphones no solo afectan el cuerpo por la luz que emiten,
también impactan sonoramente. Muchas personas dejan activadas las
notificaciones o usan el teléfono como despertador, lo cual
provoca microdespertares durante la noche.
Si el cerebro recibe alertas constantes, el sueño nunca alcanza
niveles profundos y reparadores. Cada interrupción incrementa el
estrés y perpetúa el cansancio. Además, algunas aplicaciones, como
las redes sociales o los juegos, pueden generar
una especie de adicción que prolonga su uso hasta altas horas de la
noche.
¿Qué
pasa con las luces de las apps y los wearables?
El problema no termina con los smartphones. Muchos dispositivos
como relojes inteligentes o pulseras de actividad también emiten
pequeñas luces LED durante la noche. Si bien su brillo es mínimo,
puede influir en la calidad del sueño, especialmente en personas
sensibles. Estos dispositivos, al monitorizar el sueño o la salud,
tienen sensores que pueden distraer al usuario incluso en
plena madrugada.
Consejos
prácticos para desconectar antes de dormir
Romper el hábito de dormir con el smartphone cerca no es tan
difícil como parece. Aquí algunos consejos para promover un
descanso reparador:
Deja la tecnología fuera de la habitación: usa
un despertador tradicional en lugar del móvil.
Activa el «modo nocturno»: si necesitas el
teléfono, reduce la luz azul utilizando filtros conocidos como
«modo noche».
Apaga las notificaciones: silenciar tu teléfono
o usar el modo «no molestar» elimina interrupciones
innecesarias.
Establece una rutina relajante: dedica al menos
30 minutos antes de acostarte a actividades libres de pantallas,
como leer o meditar.
Investiga sobre fundas anti-radiación: aunque
la evidencia no es concluyente, reducen la exposición a ondas
electromagnéticas mientras duermes.
La
importancia de cuidar el entorno de sueño
Un dormitorio debe ser un refugio de tranquilidad.
Mantenerlo libre de distracciones tecnológicas promueve una
mejor calidad de descanso. Además, crear un ambiente
oscuro, fresco y silencioso ayuda a que el cuerpo entre fácilmente
en «modo reposo».
Dormir con el teléfono cercano no solo inflige un impacto
físico, también afecta la
estabilidad emocional. Nos volvemos más dependientes de
nuestras notificaciones, revisiones de mensajes, lo cual incrementa
la ansiedad.
Puede parecer inofensivo llevar el smartphone a la cama, pero
sus efectos negativos en el sueño son una realidad. Desde la
alteración del ciclo natural del descanso hasta la influencia en el
peso corporal, esta práctica debe tomarse en serio. Por lo tanto,
pequeños cambios en los
hábitos nocturnos pueden tener grandes beneficios para la salud
y
bienestar general. ¿Por qué no probar a desconectar
para reconectar con el buen descanso?
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