La policía de Nueva York ha enviado este viernes a un laboratorio una botella de agua que podría estar vinculada al sospechoso de tirotear al CEO de la aseguradora UnitedHealthcare, Brian Thompson, en busca de su ADN, según el New York Times, que cita a dos agentes. En concreto, las autoridades han encontrado una huella dactilar en un envase que el tirador pudo haber comprado en un Starbucks cercano al lugar del crimen.
La policía, que ha enviado esta muestra a la Oficina del Médico Forense Jefe de Nueva York (OCME), también ha encontrado un teléfono móvil desechable que pudo haber pertenecido al asesino. Según los nuevos detalles que van trascendiendo sobre la investigación, las autoridades creen que el sospechoso pudo haber llegado a la ciudad el 24 de noviembre, diez días antes del tiroteo, en un autobús que inició su viaje en Atlanta (Georgia).
Una vez en la Gran Manzana, el hombre se registró con un carné de conducir falso de Nueva Jersey en un hostal del barrio del Upper West Side, en el que compartía habitación con varios hombres. Durante su estancia solía estar enmascarado, pero en un momento dado mostró su rostro para flirtear con una de las recepcionistas y fue captado por una cámara en lo que supone “la pista más significativa en el caso”, según trasladó John Miller, analista jefe de Inteligencia y Contraterrorismo de la policía, a CBS News.
“Estaban teniendo un momento de coqueteo y él se bajó la mascara y le dedicó una gran sonrisa“, apuntó Miller. Además, las autoridades han descartado que la compra de un arma en Connecticut parecida a la que usó el tiroteador esté relacionada con el caso.
Thompson fue asesinado a tiros este miércoles a las puertas del hotel Hilton en Midtown (Manhattan) mientras caminaba hacia este edificio para celebrar la conferencia anual de inversores de su compañía. El pistolero se acercó al ejecutivo por detrás y le disparó dos veces; fue trasladado al hospital Mount Sinai West en estado crítico y allí se certificó su muerte.
Las balas con las que el CEO fue tiroteado rezaban “delay” (retrasar), “defend” (defender) y “depose” (destituir) en los propios casquillos, reveló la policía. Se especula con que son una referencia a la estrategia común utilizada por las aseguradoras para rechazar reclamaciones.
El asesinato del ejecutivo de una de las mayores aseguradoras del mundo ha avivado el debate sobre el poder de las compañías de seguros en EEUU y su mal funcionamiento, y ha llevado a algunos altos ejecutivos a temer por su seguridad. Los directivos de la empresa de seguridad privada Allied Universal afirmaron al New York Times que el miércoles sus teléfonos “no paraban de sonar” con potenciales clientes.