Kaiden Francis, un prometedor jugador de baloncesto de la Universidad de Mobile en Alabama, falleció tras desplomarse en el gimnasio, generando conmoción y duelo en la comunidad universitaria.
El estudiante de primer año acababa de completar un entrenamiento de habilidades cuando colapsó y, a pesar de los “rápidos y heroicos esfuerzos” de estudiantes y profesionales médicos, no logró recuperarse, confirmó Charles Smith, presidente de la universidad, en un comunicado dirigido a los estudiantes.
Francis, originario de Fort Lauderdale, Florida, había pasado recientemente por varias evaluaciones de salud, incluyendo chequeos de corazón y pulmones, que no identificaron ningún problema.
Sin embargo, hasta el momento no se ha revelado la causa de su muerte. En una feria educacional reciente, Smith recordó emocionadamente haber presenciado el talento del joven en la cancha la semana pasada, calificándolo de “profundamente dotado” y querido por sus compañeros de equipo.
El ambiente en la universidad, que cuenta con casi dos mil estudiantes, se vio gravemente afectado por la inesperada pérdida.
Darnell Archey, entrenador del equipo de baloncesto, expresó en redes sociales su dolor por el fallecimiento de Francis: “Francis estaba apenas comenzando a mostrar su potencial en la cancha, pero su sonrisa y energía positiva se sintieron desde el primer día”, declaró Archey en una publicación de Facebook, haciendo hincapié en que el joven estaba haciendo “lo que amaba” en el momento de su muerte.
Ante esta trágica situación, la universidad decidió cancelar las clases del miércoles para permitir a los estudiantes y al personal un momento de duelo y reflexión colectiva.
En un comunicado reflejado por Fox News, el presidente Smith también urgió a la comunidad a buscar consuelo y esperanza en su fe durante estos momentos de tristeza, haciendo referencia a una pregunta discutida en la primera capilla del semestre sobre la naturaleza de Dios y cómo este tipo de tragedias pueden ser vistas como parte de un plan mayor: “Esto no responde a todas nuestras preguntas, ni devuelve a nuestro amigo, pero señala nuestra necesidad más profunda: la fe”, escribió.
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