Angel Lata Landi, la primera de las tres víctimas mortales acuchilladas en pocas horas y adjudicadas a un mismo sospechoso, era un trabajador ecuatoriano de la construcción que estaba a punto de casarse y había criado a su sobrino en Nueva York.
Landi, de 36 años planeaba casarse en dos semanas, pero el lunes fue apuñalado varias veces afuera de su lugar de trabajo en W. 19th St. cerca de 10th Ave. en Chelsea alrededor de las 8:20 a.m. Según NYPD, fue la primera víctima del sospechoso Ramón Rivera (51), un hombre sin hogar que poco después causó dos muertes más al azar con un cuchillo al otro lado de Manhattan: Chang Wang (67), quien estaba pescando en el East River; y Wilma Augustin (36), cerca de la ONU en 1st Av.
Rivera tenía 8 arrestos previos y un historial de enfermedades mentales tanto dentro como fuera de Nueva York. Ahora los miembros de la familia Landi exigen saber por qué estaba suelto en la calle. La dramática racha provocó reacciones del alcalde Eric Adams y la gobernadora Kathy Hochul, procurando cambios en las leyes para prevenir nuevas tragedias.
“Él tenía una prometida. Estaban a punto de casarse”, dijo ayer a Daily News el activista comunitario Walther Sinche, añadiendo que Landi había conocido a su novia en un viaje a Ecuador hace unos años. Luego ella emigró a Boston y finalmente decidieron unirse en Nueva York.
Landi emigró de Cuenca hace 20 años. Tenía un sobrino de 16 años al que había estado criando como a un hijo desde muy joven, cuando su hermana, madre del menor, murió de cáncer.
“Siempre fue una figura paterna para mí”, dijo el sobrino no identificado a CBS News en la corte. “Miles de personas en Manhattan y ¿por qué? De todos, lo eligió”. Gabriela Landi, otra hermana de la víctima, habló en español: “No puedo creer que no esté aquí”. Detallaron que se realizará un funeral en Nueva York y que luego Landi será trasladado a Ecuador para su entierro.
Tras los ataques mortales el alcalde Adams dijo que sus planes de sacar de las calles a las personas con enfermedades mentales graves son la solución y que las cosas deben cambiar a nivel legislativo.
“Tenemos que sacar de nuestras calles a quienes no pueden cuidar de sí mismos y brindarles la atención humana que merecen”, dijo Adams, y agregó: “Es una llamada de atención para nuestro sistema de justicia penal y nuestro sistema psiquiátrico. Todos dijeron que yo era inhumano, que sólo queremos internar a las personas. Bueno, esto es el resultado de eso”.
El alcalde se refería al rechazo y las demandas contra la política de expulsión involuntaria de la ciudad lanzada en 2022, en la que equipos con capacitación clínica buscaban transportar a la fuerza a los hospitales a personas que experimentan problemas graves de salud mental. Pero la medida fue rechazada por activistas y algunos políticos.
El alcalde dijo que sus planes de sacar de las calles a las personas con enfermedades mentales graves de manera involuntaria son la solución y que las cosas deben cambiar a nivel legislativo.
“Tenemos que sacar de nuestras calles a quienes no pueden cuidar de sí mismos y brindarles la atención humana que merecen”, dijo Adams, y agregó: “Es una llamada de atención para nuestro sistema de justicia penal y nuestro sistema psiquiátrico. Todos dijeron que yo era inhumano, que solo queremos internar a las personas. Bueno, esto es el resultado de eso”.
El alcalde se refería al rechazo y las demandas contra la política de expulsión involuntaria de la ciudad lanzada en 2022, en la que equipos con capacitación clínica transportan a la fuerza a los hospitales a personas que experimentan problemas graves de salud mental.
La gobernadora Hochul también se pronunció el martes: “Estoy de acuerdo con el alcalde en que el sistema aquí en la ciudad falló y estaré feliz de aportar mis recursos estatales para analizar qué fue lo que realmente falló”. Agregó que más de 700 neoyorquinos sin hogar, muchos de ellos con problemas de salud mental, han hecho la transición a viviendas de apoyo bajo su liderazgo.
Los ataques con armas blancas continuaron en las calles de Nueva York el mismo lunes y también ayer. En general en la ciudad de Nueva York son comunes los apuñalamientos y cortes. La tendencia actual pareciera ser menos personas baleadas, pero más acuchilladas.
Hasta finales de septiembre más de 65 personas murieron por arma blanca en 2024, por encima de 54 en ese mismo momento el año pasado. Eso deja un promedio de que cada semana un neoyorquino ha perdido la vida por armas blancas.
Hubo 4,493 casos de apuñalamientos en 2023 hasta principios de diciembre, un aumento de 6% frente al mismo período de 2022. En paralelo los arrestos por delitos de arma blanca aumentaron casi 30%. Un reporte previo de NYPD alertó en agosto del año pasado que los apuñalamientos mortales habían subido 29% ese año en la ciudad en comparación con antes de la pandemia (2019). Los ataques con armas blancas se han vuelto más frecuentes en diversos escenarios: calles, edificios, hogares, buses, Metro, fiestas, escuelas y hasta establecimientos comerciales y zonas de cajeros automáticos ATM.
El viernes Alfred Soto (46) murió apuñalado mientras protegía a la hija adolescente de una amiga cuando un grupo de hombres irrumpió en su edificio de apartamentos en el Upper West Side de Manhattan (NYC). En ese mismo vecindario ayer a un turista europeo de 55 años le cortaron la cara.