La salud pública de los estadounidenses va a estar en manos de un crítico con las vacunas. Eso será a partir de 2025, porque Donald Trump ha designado este jueves a Robert F. Kennedy Jr. como su próximo secretario al frente del Departamento de Salud y Servicios Humanos. El presidente electo ha escogido a la oveja negra del clan Kennedy pese a que se ha hecho eco de muchas teorías de la conspiración.
Kennedy es sobrino de John Fitzgerald Kennedy, el presidente de EEUU asesinado en Dallas, e hijo del senador Robert Kennedy, que también fue asesinado. Si le hemos visto en los últimos meses es porque se presentó como candidato presidencial independiente a las elecciones de 2024. Pocos meses antes de las votaciones canceló su campaña y dio su apoyo a Trump, que ahora se lo paga con un “ministerio”.
Inicialmente Kennedy Jr. se había presentado a las primarias demócratas, pero su historial de conspiraciones y polémicas terminó por desligarlo de su familia, que sí apoyó desde el primer momento la candidatura demócrata, en aquel momento encabezada por Joe Biden. El todavía presidente recibió el respaldo de más de una docena de miembros de la familia Kennedy, todavía con cierto peso dentro del Partido Demócrata. Pero Robert cruzó de acera.
Más de 40 años de abogado ambientalista
Con fama de rebelde, en su juventud tuvo problemas con la justicia y durante años consumió cocaína y heroína. A los 29 años fue detenido por posesión de heroína. Pero aquello de las drogas era poco, casi un clásico entre los chicos de buena familia de aquel tiempo.
Salió de aquello y tuvo una larga carrera (más de 40 años) como abogado ambientalista, litigando en defensa de los derechos medioambientales de particulares y colectivos frente a grandes compañías. En 1999 fundó la Waterkeeper Alliance, una red mundial de organizaciones ecologistas que trabaja en la protección de masas de agua en todo el mundo.
A través de su firma de abogados, Kennedy & Madonna LLP, asumió casos importantes de contaminación ambiental. Y era bueno. Logró sacarle a DuPont 396 millones de dólares por contaminación en Virginia Occidental. Eso le valió estar nominado a Abogado del año en 2007. Diez años más tarde consiguió que Monsanto pagara una indemnización de 670 millones porque una planta de esta multinacional alimentaria dañó la salud de ciudadanos de Ohio y Virginia Occidental.
Las vacunas y el disgusto del clan Kennedy
Pero la separación del hijo de Robert F. del resto de la familia Kennedy llegó en 2020 en la pandemia, cuando empezó a propagar conspiraciones sobre la covid y las vacunaciones. Ya en 2007 había fundado la organización Children’s Health Defense, una entidad dedicada a denunciar lo que considera prácticas dañinas de la industria farmacéutica en la producción de vacunas. Cuenta la BBC, que esa ONG es considerada por parte de la comunidad científica como una peligrosa fuente de desinformación sobre las vacunas.
Kennedy ha publicado varios libros, describiendo supuestos efectos negativos de las vacunas y conflictos de intereses en el sistema de salud estadounidense. Una de las frases que ha repetido durante años es que hay una conexión entre el autismo y las vacunas. Una afirmación que no tiene base científica.
Tres miembros de su familia, su hermana Kathleen Kennedy Townsend, su hermano Joseph P. Kennedy II y su sobrina Maeve Kennedy McKean, denunciaron enérgicamente sus puntos de vista contra las vacunas en un artículo de opinión de la revista Politico, argumentando que él era “parte de una campaña de desinformación que está teniendo consecuencias desgarradoras y mortales”.
En 2022, Kennedy Jr. invocó a la Alemania nazi en un discurso contra las vacunas en el Monumento a Lincoln en Washington. “Existe un argumento que dice que (la covid-19) está dirigido a etnias. La covid-19 ataca a ciertas razas de forma desproporcionada (…) está dirigida para atacar a los caucásicos y a los negros. Los más inmunes son los judíos askenazis y los chinos“, llegó a decir el abogado. El año anterior, Instagram eliminó su cuenta “por compartir repetidamente afirmaciones desacreditadas sobre el coronavirus”.
Un extravagante candidato presidencial
El abogado antivacunas había causado el desencanto de la familia. Pero aquello se acabó transformando en indignación un día en que estaban viendo un partido de fútbol americano en la tele. Apareció un anuncio televisivo de la candidatura presidencial de Robert F. Kennedy Jr. copiado de la campaña presidencial de su tío en 1960.
No lo puede esconder, viene de una de las sagas políticas más históricas de EEUU, pero en las alocuciones de su campaña por la nominación intentó separarse. Ya estaban enfrentados y, además, le interesaba mostrar otra imagen para ganarse el voto. Y así decía que luchaba por los intereses de la clase media.
Pero siempre a su manera. Durante la campaña contó varias extravagantes historias. Como aquella de que en 2014 arrojó un cachorro de oso muerto atropellado por un automóvil en pleno Central Park de Nueva York.
Los Kennedy siguen en política
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Tal vez ya murió el mito, pero sigue habiendo una larga lista de miembros de la familia Kennedy en política. Su hermana Kathleen fue vicegobernadora de Maryland de 1995 a 2003. Su hermano Joseph fue congresista de Massachusetts de 1987 a 1999. Y más recientemente su hermano Chris Kennedy fue un candidato fallido a gobernador de Illinois en 2018. El último Kennedy en ocupar un cargo electo fue su sobrino, Joe Kennedy III, quien perdió las primarias demócratas para el Senado en 2020. Caroline Kennedy, hija del expresidente Kennedy, es actualmente la embajadora de EEUU en Australia.
Ministro de Sanidad
Al anunciar a su próximo secretario de Salud, Trump prometió que Robert F. Kennedy Jr. defenderá los intereses de los ciudadanos frente al “complejo industrial de alimentos y las compañías farmacéuticas que han incurrido en engaños y desinformación”. Aseguró que su meta será “poner fin a la epidemia de enfermedades crónicas y hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y saludable”.
Kennedy Jr. agradeció el nombramiento con un mensaje en la red social X en el que prometió “limpiar la corrupción y terminar con las puertas giratorias entre la industria y el gobierno”, con el objetivo de “volver a hacer a los estadounidenses la gente más sana del mundo”. Esta por ver si una de sus propuestas cuando era candidato, reducir el gasto en sanidad, se mantiene cuando tome posesión de su cargo.
¿Y las vacunas? Pese a todo lo dicho, Kennedy ha negado estar en contra de las vacunas. La semana pasada dijo que, si Trump lo designaba como responsable de salud pública, no iba a “quitarle las vacunas a nadie”.