¿Qué ocurriría si Trump muriera antes de tomar posesión? Esto es lo que dice la Constitución de EEUU

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La holgada victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones de EEUU celebradas este martes supondrán la vuelta del magnate al Despacho Oval el próximo 20 de enero, cuando comenzará su segundo mandato al frente de la Casa Blanca. Los votantes le han dado una segunda oportunidad y le han elegido frente a su contrincante demócrata, Kamala Harris, después de sufrir tres intentos de asesinato durante la campaña. Sin embargo, estos no son los únicos intentos de acabar con su vida, fue objeto de otros cuatro intentos entre 2016 y 2018.

En el hipotético y raro caso —nunca ha ocurrido— de que un presidente electo muera o resulte incapacitado tras las elecciones estadounidenses, que siempre se celebran el primer martes después del primer lunes de noviembre, y antes del 20 de enero, fecha en la que tradicionalmente tiene lugar la investidura de los nuevos presidentes estadounidenses, la Constitución de Estados Unidos, el texto a la cabeza en la jerarquía jurídica -como en España-, contempla que asumiría el cargo el vicepresidente electo, que en este caso sería James David Vance.

Esta situación no tiene precedentes en la historia democrática del país y nunca ha sucedido, pero la XX Enmienda de la Carta Magna de EE UU la recoge así en su sección tercera y cuarta: “Si en la fecha fijada para el inicio del mandato del presidente, el presidente electo hubiera fallecido, el vicepresidente electo pasará a ser presidente”. 

El texto continúa: “Si un presidente no hubiera sido elegido antes del tiempo fijado para el inicio de su mandato, o si el presidente electo no hubiera sido aprobado, entonces el vicepresidente electo actuaría como presidente hasta que un presidente fuera validado“. La ley también otorga al Congreso la potestad por ley de “decidir en este caso que ni el presidente electo ni el vicepresidente electo sean validados, declarando quién actuará entonces como presidente, o la manera en que se seleccionaría al quien habría de actuar como tal”. 

Vance, de crítico con Trump a vicepresidente

Así pues, si de diera la fatídica circunstancia en la que EEUU perdiera a su actual presidente electo, Donald Trump, antes del próximo 20 de enero, sería J.D. Vance, su vicepresidente, quien asumiría la presidencia del país. Nacido en Ohio en 1984, el republicado que ahora es la mano derecha de Trump fue también un crítico del líder republicano. “No puedo soportar a Trump. Temo que esté llevando a la clase trabajadora blanca a un lugar muy oscuro”, aseguró Vance en una entrevista con la radio pública NPR en 2016.

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Un giro político le llevó en 2022 a ser elegido senador republicano por Ohio. Una vez en el cargo, pidió disculpas públicas a Trump por sus declaraciones en el pasado. “Oscilo entre pensar que Trump es un estúpido cínico como Nixon, que no sería tan malo (e incluso podría resultar útil), o que es el Hitler de Estados Unidos”, le dijo a su amigo Josh McLaurin en 2016 según un pantallazo de la conversación compartido en 2022 por este último. Ya como senador de Ohio, Vance calificó estas palabras de “un error”.

Trump le designó como su nominado a vicepresidente para la contienda por la Casa Blanca el pasado mes de julio y el líder republicano lo definió como un “joven Abraham Lincoln” a quien hasta “la barba le queda bien”. Trump definió a Vance como “una joven estrella, un gran senador y un verdadero luchador” del que no le molesta ni su tupida barba.

Padre de tres niños y casado con una mujer de orígenes indígenas apalaches, Vance se crió con su abuela tras el divorcio de sus padres. Su padre les abandonó y su madre luchó contra las adicciones. Su humilde infancia en la ‘basura blanca’ -modo despectivo usado en el país para referirse a familias de clase baja y desestructuradas- quedaron recogidos en sus propias memorias bajo el título Hillbilly Elegy (Hillbilly, una elegía rural, en español), libro que vio la luz en 2016 se convirtió en un best-seller.

Medios como The New York Times o la CNN, donde colaboró como comentarista político, consagraron las bondades de una obra con tanto impacto que se coló en la batalla presidencial entre el mismo Trump y la demócrata Hillary Clinton, y en 2020 llegaría como película a Netflix.

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