estas son las seis grandes medidas que tomará ahora en su regreso al despacho oval de la Casa Blanca

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“Vamos a sanar nuestro país, vamos a arreglar las fronteras… ¡vamos a arreglar la política!, ha dicho el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ante sus simpatizantes, congregados para celebrar la victoria en las elecciones presidenciales. Desde el centro de convenciones de West Palm Beach (Florida), Trump ha prometido volver a llevar a su país a una “era dorada”.

“EE UU nos ha dado un mandato sin precedentes y muy poderoso, hemos recuperado el control del Senado”, ha dicho Trump. “Vamos a hacer que este país sea lo mejor, vamos a tener que cerrar las fronteras porque queremos que los que están fuera vuelvan, pero de forma legal”, ha asegurado en su primer discurso tras la victoria en las urnas.

No ha concretado mucho más; después de todo se trataba de celebrar su contundente victoria. Pero la larga campaña electoral nos ha dado suficientes claves para imaginar qué va hacer Trump en su vuelta al poder.

1. Inmigración y control de fronteras

Por si había dudas, Trump lo ha dejado claro desde el primer minuto. Lo más importante (bandera fundamental de su campaña) es la inmigración y la frontera: “Vamos a tener que cerrar las fronteras”. En 2016 ya prometió deportar a todos los inmigrantes que viven ilegalmente en el país. Pero no lo hizo.

Ahora, en 2024, lo vuelve a prometer. El candidato republicano quiere hacer deportaciones masivas, pero no ha especificado cómo. En la web de su campaña se lee: “En los estados cooperativos, Trump destinará a la Guardia Nacional y a las fuerzas de seguridad locales para que ayuden a expulsar rápidamente a los pandilleros y delincuentes extranjeros ilegales”.

En abril, declaró que no descartaba construir campos de deportación masiva y el uso del ejército. Trump propone construir más kilómetros de muro en la frontera con México; suspender el programa de reasentamiento de refugiados; y revocar los visados de estudiante de extranjeros radicales antiamericanos y antisemitas.

Trump, en una visita a la frontera entre EEUU y México, en febrero de 2024.
Trump, en una visita a la frontera entre EEUU y México, en febrero de 2024.
Eric Gay / LA PRESSE

Durante su presidencia anterior, Trump construyó alrededor de 725 kilómetros de muro a lo largo de la frontera sur. Pero buena parte sustituía a antigua barreras en mal estado. Levantar más muro no es fácil: buena parte de la frontera está en terrenos de propiedad privada o protegidos por el gobierno federal.

2. Venta de armas

Es casi seguro que Trump haya recibido el voto de todos los miembros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) que han votado. De hecho, el empresario metido a político ha presumido de ser su “mayor fan” y de no haber “hecho nada” para restringir el acceso a las armas de fuego durante su presidencia (2016-2020).

Por lo tanto, nada de nuevos controles: Trump aboga por hacer cumplir los existentes. Los republicanos son partidarios de proteger los derechos constitucionales (la Segunda Enmienda) mientras se promueve la posesión segura de armas, pero no dicen cómo.

“La Segunda Enmienda está bajo asedio, pero conmigo no lo van a conseguir. Necesitamos esa Segunda Enmienda, para nuestra seguridad, para cazar y para todas esas cosas. Porque los malos no van a dejar las armas”, aseguró Trump en mayo pasado.

3, Aborto y sanidad pública

Aborto

Apoyó en su día el derecho al aborto, pero eso cambió con su candidatura a la Casa Blanca en 2016. De hecho, se atribuye el mérito de haber anulado el caso Roe contra Wade tras nombrar a tres jueces conservadores que votaron con la mayoría. Como presidente, defendió una prohibición federal de 20 semanas y que cada estado adopte su propio procedimiento. Se opone a que los contribuyentes financien los abortos.

Sanidad pública

Luchó por eliminar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (ACA), incluidas sus regulaciones sobre las aseguradoras y sus subsidios de cobertura. Consiguió eliminar la penalización del mandato individual por no tener seguro; flexibilizar algunas regulaciones de esa ley; y respaldó litigios para acabar con la ley. Más recientemente, ha suavizado su postura y ha dicho que simplemente quiere mejorar la ACA, no eliminarla.

4. Energía y cambio climático

Cambio climático

El republicano sacó a EE UU del acuerdo climático de París; Biden consiguió que el país volviera a entrar; y Trump, ahora que ha ganado, podría volver a retirarse del que es el principal tratado internacional sobre el clima. Y no sólo eso: quiere recortar más las normativas aprobadas por la administración demócrata, esas que llama “políticas del Nuevo Trato Verde de la izquierda radical que están diseñadas para cerrar el desarrollo de los abundantes recursos energéticos de Estados Unidos”.

Donald Trump.
Donald Trump.
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Combustibles fósiles

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Trump favorece estos combustibles frente a las energías renovables. Su eslogan es Drill, baby, drill (“Perfora, nena, perfora”), en referencia a los pozos petrolíferos, que espera multiplicar si vuelve al despacho oval. También se propone “eliminar toda la burocracia” en torno a los proyectos de petróleo y gas natural.

Coche eléctrico

Los esfuerzos de la administración Biden-Harris en esta materia son vistos por Trump como una amenaza para la industria automovilística y para toda la economía estadounidense. En campaña, prometió derogar las normas y leyes que dan forma a los esfuerzos de los demócratas por promover el coche eléctrico. Dice que no está en contra de ellos, pero le parecen menos fiables que los de gasolina.

5. Política exterior, alianzas y guerras

“Yo no voy a iniciar ninguna guerra, las voy a parar”, ha afirmado Donald Trump en su primer discurso tras ganar las elecciones. Los analistas coinciden en que la geopolítica internacional y el papel en ella de EEUU no será la misma con Trump.

La guerra de Ucrania

Trump ha llegado a afirmar que pondrá fin a la guerra en Ucrania. Aseguró en su día que con él la guerra entre Ucrania y Rusia duraría 24 horas. Pero no ha dicho cómo. En septiembre, dijo que no quería revelar su plan con el fin de preservar sus “fichas de negociación”.

A principios de este año, abrazó la idea de dar ayuda adicional a Ucrania en forma de “préstamo”en lugar de “regalo”. Y a todo esto, Trump no ha ocultado su estrecha relación con Vladimir Putin.

La guerra de Israel en Gaza

Los palestinos más optimistas podían pensar que su suerte cambiaría si ganaba Harris; pero no, ha ganado Trump. El republicano ha insistido, aquí también, en que el ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre nunca hubiera ocurrido con él en la presidencia.

Donald Trump y Benjamin Netanyahu.
Donald Trump y Benjamin Netanyahu.
Oficina del primer ministro de Israel/MK.

El republicano habla de acabar rápidamente con la guerra, pero no ha verbalizado cómo sería su plan de paz para esta guerra y para toda la región. Una pista: Trump no ha mostrado ningún tipo de apoyo al pueblo palestino y sus críticas a Israel se han limitado a sus problemas de relaciones públicas.

Después de todo, el lobby judío, que siempre ha tenido un papel importante en la administración norteamericana, ha financiado a Trump. El nuevo presidente apoyará todavía más a Netanyahu y se desentenderá, aún más, del aspecto humanitario de la guerra.

La relación con China

Es probable que Trump incremente los aranceles a los productos chinos y que imponga restricciones a la exportación a China de tecnología avanzada o relacionada con la seguridad, a la vez que limitará la importación de bienes chinos de esas características.

En una entrevista en febrero, dijo que si era elegido impondría aranceles de al menos el 60% a los productos chinos. Aseguró Trump que si volvía a gobernar prohibiría a China hacerse con la propiedad de lo que él llama “infraestructuras críticas”.

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De defender a Taiwán con medidas militares no ha dicho nada. Antes, al contrario, Trump ha dado a entender que el destino de la isla que reclama China como suya no es del interés de EEUU.

6. Impuestos y economía

En materia fiscal, Trump se decanta por recortes generalizados de impuestos que incluyen una rebaja de la tributación de Sociedades al 15% y por eximir de tributación las propinas, las horas extraordinarias y las prestaciones de la Seguridad Social. Su objetivo es, además, mantener las rebajas que aprobó en 2017 y que expiran el año que viene.



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