Conocida como tuna, higuera o nopal, la Opuntia ficus-indica es una fruta originaria de México que se ha usado desde la antigüedad por su valor nutricional y sus beneficios para la salud, al punto que su consumo ha tomado un nuevo auge.
Dentro de los aspectos básicos de la nutrición, el consumo de frutas es vital para la salud, ya que aportan fibras, nutrientes, minerales, vitaminas y contienen biocompuestos que mejoran el funcionamiento del cuerpo.
Cuando se toma conciencia de la importancia del consumo de frutas es entonces cuando comenzamos a revisar cuáles son las que puede aportar más beneficios de acuerdo a las necesidades personales y el perfil nutricional del alimento, en esta entrega revisaremos los beneficios de la tuna.
5 beneficios de la tuna
Una revisión científica publicada por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) comprobó que el consumo de la tuna de forma regular reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Esto se debe a que la Tuna es rica en una combinación de compuestos fenólicos y ácidos orgánicos que genera una interacción favorable para la salud.
De la tuna se aprovecha todo flores, cladodios y frutos, ya que contiene nutrientes en todas sus formas, además que se puede comer crudo o en productos procesados.
Fuente de antioxidantes
Esta fruta es rica en una variedad importante de antioxidantes como compuestos fenólicos, flavonoides, como la quercetina y el kaempferol y betalaínas que ayudan a combatir los efectos de los radicales libres que daña las células.
Muchos de estos antioxidantes son los que le dan a coloración rojiza-morada y amarilla-anaranjada a la fruta. El antioxidante juegan un papel vital en la disminución de los procesos antiinflamatorios y la prevención no solo del envejecimiento prematuro dio de enfermedades crónicas.
Fortalece el sistema inmunitario
Como ya mencionamos, el consumo regular de tuna trae grandes beneficios para la salud por su nivel nutricional, ya que aporta vitaminas C y A, y otros micronutrientes que fortalecen el sistema inmunitario, especialmente las llamadas células T y B y las células blancas del organismo, indica Tua Saude.
Contribuye a mejorar los niveles de azúcar
Uno de los componentes claves de la tuna, que tiene un efecto regulador de los niveles de azúcar en sangre, es la betalaína, un poderoso antioxidantes, combinado con el aporte de fibra de la fruta que ayuda a una la absorción más lenta de los carbohidratos a nivel intestinal.
Favorecer la pérdida de peso
El consumo de tuna ayuda a la pérdida de peso por los efectos que surten los niveles de fibras, que generan sensación de saciedad y disminución del hambre. También tiene un aporte calórico bajo.
Combatir el estreñimiento
Por sus altos niveles de fibra, consumida regularmente sin caer en los excesos, la tuna mejora la salud intestinal, favoreciendo la salida de las heces, mejorando la formación de las mismas y el volumen.
¿Quiénes no pueden consumir tuna?
Los expertos y naturópatas recomiendan el consumo de frutas, en especial de la tuna de manera moderadas, acompañado de hábitos saludables como alimentación balanceada, práctica de ejercicios, hidratación y bajar los niveles de estrés.
Sin embargo, en el caso de la tuna, en caso de comerlo en exceso, puede generar efectos contraproducentes como dolor de estómago, estreñimiento, dolor de cabeza y problemas en los riñones.
Entre los síntomas que se pueden presentar al comer esta fruta destacan: dolor de cabeza, de estómago, vómito, inflamación y salpullido.
Según el sitio especializado Scribd, no se recomienda el consumo de esta fruta a personas con problemas renales, con la condición de colon irritable, menores de 5 años y mujeres embarazadas o que estén amamantando.
Delicia dulce de tuna
El sitio especializado en nutrición, Tua Saude, comparte una receta saludable y muy fácil de preparar que detallamos a continuación:
Para esta receta se necesitan:
3 tunas
1 cucharada de miel
Amaranto asado al gusto
Modo de preparación:
Lo primero que debemos hacer es lavar las tunas y desinfectarlas, se le quita la cáscara , se cortan en trozos y se bañan en miel, asegurándonos que no quede un lugar sin la miel. Luego se pasan por amaranto hasta que queden empanizadas y quedarán listas para comer.
Sigue leyendo: