una prueba y cinco indicios podrían cerrar el caso

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El caso sigue abierto. Tras más de 50 años de investigación, nuevas revelaciones podrían aclarar la identidad de uno de los asesinos en serie más inteligentes de la historia. Netflix sigue explotando el true crime y tras el doble éxito de la serie Monstruos y el documental de Los hermanos Menéndez, ahora la plataforma estrena Soy Zodiac, una docu-serie que cuenta con los testimonios inéditos de una familia que pudo haber conocido de cerca al criminal.

“Las pruebas de ADN se han compartido con la policía de Napa, Vallejo y Riverside. El equipo de producción está esperando los resultados”. Así se señala, en uno de los capítulos, la posibilidad de que las nuevas pesquisas consigan, al fin, resolver uno de los mayores rompecabezas criminales de todos los tiempos. Tras medio siglo, serán las innovadoras técnicas de ADN las que puedan cerrar el círculo.

El asesino del Zodiaco operó en California desde finales de los 60 hasta mediados de los 70. Se hizo famoso por enviar, entre crimen y crimen, varias cartas a los medios de comunicación y a la policía. Le gustaba jugar. En ellas avisaba de futuros asesinatos y adjuntaba criptogramas para que fuesen descifrados. En estos aportaba indicaciones acerca de las víctimas o pistas sobre su propia identidad.

Era un asesino ávido de fama, en constante búsqueda del titular y la portada, reflejo de un narcisismo psicópata

Se desconoce el número exacto de víctimas. La policía le relaciona oficialmente con 7 asesinatos, pero se estima que podría haber matado a más inocentes. En su última carta, enviada en 1974, Zodiac se jactaba de haber asesinado a 36 personas. Aunque, la verdad, no se descarta la posibilidad de que fuese un mero delirio de grandeza. A fin de cuentas, era un asesino ávido de fama, en constante búsqueda del titular y la portada, reflejo de un narcisismo psicópata.

Mucho se ha especulado sobre su identidad. Recientemente se apuntó a Gary Francis Poste, un veterano del ejército estadounidense, pero el principal sospechoso siempre fue uno: Arthur Leigh Allen. Un profesor al que ahora apuntan, a través de la docu-serie, quienes fueron entonces sus amigos y alumnos.

Un secreto familiar podría estar detrás de la identidad del asesino del Zodiaco

Todas las familias guardan secretos. En los años 60 Arthur se hizo muy amigo de los Seawater. Una familia compuesta por la madre, Phyllis, y sus tres hijos, Connie, Dan y David. Arthur era su profesor, pero pronto se convertiría en su figura paterna. Soy Zodiac recorre los recuerdos de los tres hermanos y muestra numerosas coincidencias que relacionarían al profesor con los asesinatos. Según los hijos, su madre siempre lo supo, y un secreto familiar podría estar detrás de la identidad del asesino del Zodiaco.

Una nueva prueba y 5 indicios contra Arthur Leigh Allen

1. La caja secreta. Los hermanos Seawater descubrieron que Arthur le había entregado a su madre una caja que solo podría abrir una vez que muriera. Arthur falleció en 1992 y, cuando sus hijos quisieron abrirla, ella se negó. Años después la encontrarían. Dentro hallaron cientos de cartas, noticias sobre el Zodiaco y extrañas grabaciones. En alguno de los escritos, Arthur insinuaba la posibilidad de ser un asesino en serie.

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2. El encierro. Durante 4 años, el profesor Allen estuvo encerrado en el hospital psiquiátrico de la ciudad de Atascadero. Según cuenta el documental, había sido acusado de pederastia e incluso habría abusado de los Seawater. Casualmente, durante sus años de reclusión, Zodiac dejó de enviar cartas. En cuanto Arthur fue liberado, el asesino volvió a contactar.

3. El profesor. Allen fue profesor en un colegio de Atascadero. Sus alumnos cuentan que le gustaba enseñarles a crear frases cifradas, al estilo de los criptogramas empleados por el asesino.

4. La película. David Fincher estrenó en 2007 la película Zodiac que seguía la trayectoria del criminal. Para sus localizaciones, el director optó por los verdaderos escenarios donde se cometieron algunos de los crímenes. Cuando los hermanos Seawater fueron al cine a verla, se quedaron helados. Arthur solía llevárselos de excursión. Tras la película, recordaron que de niños estuvieron con él en esos mismos lugares, justo en la época de los asesinatos. Ahora creen que podría habérselos llevado para inspeccionar futuros escenarios para sus asesinatos.

5. La sangre. En una de sus excursiones, Arthur pidió a los hermanos que lo esperaran en el coche. Desapareció durante más de una hora. Cuando regresó, estaba manchado de sangre. Al poco tiempo saltó la noticia de un crimen en aquella misma zona.

La prueba. Un año antes del fallecimiento de Arthur, este le regaló al hijo de Connie un cuchillo. Un grupo de forenses acaba de descubrir que contiene antiguos restos de sangre. El equipo de producción ha enviado los resultados a varios departamentos de policía para verificar si el ADN del arma coincide con el de alguna víctima. Esta podría ser la prueba definitiva que cierre, al fin, uno de los crímenes sin resolver más intrigantes de todos los tiempos.

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Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en ‘Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias’ y otro en ‘Criminología, Victimología y Delincuencia’.



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