Si es Rusia, no tiene fines pacíficos

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Durante años, científicos de todo el mundo se han mostrado desconcertados por una misteriosa estación de radio que transmite sin parar un zumbido monótono de origen incierto.

La estación de radio de onda corta, que se encuentra en la frecuencia de 4625 kHz, funciona desde hace al menos 50 años, tal y como recoge en un reportaje publicado este domingo el Daily Mail.

Debido a la poca información que hay sobre esta extraña emisora de radio, hay numerosas teorías en internet sobre quién la emite y con qué fin lo hace.

Por ejemplo, hay una teoría que dice que el sonido es una señal que, si cesa, indica que es inminente un ataque nuclear. Otros dicen que el zumbido es un intento de un gobierno extranjero de comunicarse con especies alienígenas.

Sin embargo, la teoría más común entre los expertos es que las ondas de radio provienen de Rusia, que podría estar reservando la frecuencia para una emergencia inminente.

“Si se trata del gobierno ruso, no sería con fines pacíficos”, dice el profesor David Stupples, experto en ingeniería electrónica y de radio de la City University de Londres.

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“Quizás simplemente estén reservando el canal para la defensa aérea o alguna forma de defensa. Si no lo utilizan, alguien se lo robará. Mantienen el canal disponible transmitiendo y diciendo: ‘esto es nuestro'”, añadió.

El sonido fue escuchado por primera vez por radioaficionados en 1982, pero se ha transmitido desde al menos 1973. En ese momento, se sabía que la estación solo transmitía una serie de pitidos en lugar del zumbido que le da nombre.

Con el paso de la década, las transmisiones se volvieron más extrañas y cambiaron a una serie de zumbidos unas 25 veces por minuto, junto con el sonido ocasional de una sirena de niebla distante.

En la década de 1990, tras la caída de la Unión Soviética, se pudieron escuchar más incorporaciones a la transmisión, incluidas voces masculinas y femeninas poco frecuentes que enumeraban regularmente nombres, palabras o números aparentemente al azar.

Todas las voces anónimas tienen el mismo acento ruso y están acompañadas de una serie de cambios tonales que, según investigadores como Stupples, podrían contener información secreta.

Las voces se escucharon por primera vez en la víspera de Navidad de 1997, con un mensaje que identificaba la estación como UVB-76, mientras se pronunciaban nombres como Anna, Nikolai, Ivan, Tatyana y Roman.

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