Han transcurrido 64 años del día que Trujillo no pudo celebrar su último cumpleaños que era una fecha sagrada. Los dominicanos el 24 de octubre se volcaban en alabanzas y lisonjas al dictador que desde 1930 había aprisionado el espíritu levantisco de los dominicanos con un collar de acero que solo un grupo de valientes y arriesgados dominicanos le pusieron final a esos 30 años de vergüenza y esclavismo moral y cívico que maniató por tres décadas a una población bastante levantisca. Esto lo había demostrado desde el momento que se separó de Haití en 1844 después de 22 años de una vergonzante ocupación.(Seguir leyendo…)
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