Cannes.- La inversión en contenidos televisivos, que cayó fuertemente a partir de 2022 después del pico vivido tras la pandemia de covid-19, se mantendrá estancada los próximos años y la publicidad, que ya es un factor clave para las grandes plataformas de ‘streaming’, ha llegado para quedarse.
Esas son algunas de las principales tendencias de la industria presentadas este jueves en la jornada final de la feria de contenidos audiovisuales Mipcom, que se celebra en Cannes anualmente y es la mayor de su tipo en todo el mundo.
La publicidad es ya un elemento «indispensable», explicó el analista Guy Bisson (de la consultora Ampere) en una presentación sobre las principales tendencias del mercado, y eso contribuye también al auge de un modelo de emisión espaciada del contenido, ya que la industria necesita a un espectador que vuelva regularmente cada cierto tiempo.
En consecuencia, el modelo de las plataformas en línea se está asemejando cada vez más al de la televisión tradicional desde el frenazo que vivió la industria en 2022.
Ese crack empezó con los recortes aplicados por Netflix, seguida de otras grandes plataformas, en un momento en el que se constataba la saturación del mercado del visionado en línea.
Esto llevó a los principales actores a empezar a priorizar la obtención de beneficios por encima del crecimiento y a adoptar posturas más conservadoras en cuanto a los contenidos que encargaban, además de la irrupción de la publicidad en sus modelos.
«Sin publicidad, los ingresos por ‘streaming’ crecerán un 27 % entre finales de este año y 2029. Con publicidad crecerán un 46 %», ejemplificó Bisson en su análisis.
Los recortes en inversión en nuevos contenidos se mantendrán al menos hasta finales de la década, pero en el lado positivo la industria se ha ido recuperando este 2024 al menos de otro acontecimiento que implicó un duro golpe para el sector: los efectos de las huelgas de actores y guionistas en 2023 en EE.UU..
De acuerdo al análisis de este experto, Netflix, Amazon y las grandes cadenas públicas nacionales liderarán una cierta recuperación, aunque sin volver a los niveles de bonanza del comienzo de la década.
En cuanto a géneros, la industria prefiere actualmente apostar por formatos atractivos para audiencias generales, como el crimen, la comedia y el drama, por delante de las apuestas de gran presupuesto como fantasía y ciencia ficción.
Igualmente se buscan preferentemente productos que puedan durar varias temporadas con audiencias fieles, en vez de contenidos limitados de corta duración, y reactivar fórmulas que ya tuvieron éxitos con nuevas versiones y ‘spin-offs ‘.
En este contexto experimentan un auge también los contenidos no guionizados, en especial los documentales y sobre todo los centrados en el género del crimen real.
La internacionalización también es un factor que ha llegado para quedarse en la industria de los contenidos televisivos, aunque los Estados Unidos seguirán siendo la gran potencia indiscutible.
Por ejemplo, en el caso de Disney, el 54 % de la financiación destinada a la creación de contenidos se destina ya fuera de las fronteras estadounidenses, mientras que Netflix y AppleTV+ rozan el 40 %.