En un giro inesperado de los acontecimientos, Yvonne Kinane-Wells se convirtió en el centro de atención tras realizar un aterrizaje de emergencia en un avión pequeño, luego de que su esposo, Eliot Alper, sufriera un infarto durante el vuelo.
El viaje comenzó como cualquier otro. Eliot Alper, un experimentado piloto de 78 años, estaba al mando de un Beechcraft King Air 90, volando desde Henderson, Nevada, hacia Monterey, California. A su lado, su esposa de 69 años, Yvonne Kinane-Wells, disfrutaba del paisaje. Sin embargo, la tranquilidad se interrumpió abruptamente cuando Alper sufrió un ataque al corazón, dejándolo incapacitado en la cabina.
Yvonne, sin experiencia previa en pilotaje, se encontró en una situación crítica. Con su esposo incapacitado y el avión en pleno vuelo, la adrenalina y el instinto de supervivencia tomaron el control. La comunicación con el control de tráfico aéreo se volvió vital. A través de instrucciones precisas, los controladores aéreos comenzaron a guiar a Kinane-Wells en el proceso de aterrizaje.
Mientras el avión continuaba su trayectoria, Kinane-Wells tuvo que concentrarse en seguir las indicaciones proporcionadas por los controladores. La situación era tensa; el tiempo apremiaba y la presión aumentaba. A pesar de su falta de entrenamiento, su determinación y el apoyo del control aéreo fueron cruciales en este momento crítico.
Finalmente, después de una serie de instrucciones sobre cómo manejar el avión, Yvonne logró aterrizar en el Aeropuerto Meadows Field en Bakersfield, California. Este aterrizaje, realizado alrededor de la 1:40 p.m., fue un acto de valentía y resiliencia.
Una vez en la pista, los vehículos de emergencia se apresuraron hacia el avión. La rápida respuesta de los equipos de emergencia fue fundamental para atender a Eliot Alper, quien fue trasladado de inmediato al hospital. Desafortunadamente, no sobrevivió, pero su esposa había logrado lo imposible: aterrizar un avión sin haber recibido entrenamiento.
Ron Brewster, director de aeropuertos del condado de Kern, describió el incidente como «sin precedentes». La FAA y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) comenzaron una investigación para comprender mejor las circunstancias que llevaron a este aterrizaje extraordinario.
Este incidente no solo es una historia de valentía, sino también un estudio de caso sobre cómo manejar situaciones de emergencia en el aire. La capacidad para seguir instrucciones y mantener la calma en un momento de crisis es digna de admiración.
Después de este dramático evento, Yvonne ha estado reflexionando sobre su experiencia. A través de charlas y entrevistas, espera educar a otros sobre la importancia de la preparación y la resiliencia en situaciones críticas.