Uno de los grandes desafíos de la ciencia médica es saber qué ocurre en el cerebro los instantes inmediatamente anteriores a la muerte. Nadie ha vuelto para contarlo, pero por ahora tenemos los testimonios de las personas que estuvieron a punto de fallecer.
Es el caso de Pete Mackenzie Hodge, un hombre de 38 años que ha estado dos veces a punto de morir y ha contado al Daily Mirror su experiencia cercana la muerte (ECM).
Acababa de terminar sus estudios y tenía 22 años cuando le diagnosticaron un cáncer de huesos. “Pasé de tocar la batería y el fútbol a ese diagnóstico”, dijo. “En ese momento, fue un gran shock para mí y mi familia”, y pasó la mayor parte del año entrando y saliendo del hospital recibiendo quimioterapia.
Se sometió a una cirugía en la que le cambiaron los huesos por una prótesis de titanio, pero tan solo un año después, su cuerpo comenzó a rechazar los materiales y terminó en estado crítico. Mientras luchaba por su vida en la unidad de cuidados intensivos, tuvo que tomar la difícil decisión de amputarle la pierna.
“No quería morir, así que me hicieron la amputación”, añadió. “Me la hicieron por encima de la rodilla y después volví al hospital para recibir más quimioterapia“, agrega.
Hodge tuvo que aprender a caminar de nuevo a través de un intenso régimen de fisioterapia. “Estaba agradecido de estar vivo”, agregó. “Parece una decisión muy difícil de tomar, lo que lo fue, pero fue un momento tan dramático que sentí que no tenía el tiempo ni el espacio para pensar en todo eso”, prosigue.
“Lo único que sabía era que no quería morir. Al perder la pierna, tendría una segunda oportunidad de vivir. Miro hacia atrás y pienso: ‘Gracias a Dios que tomé esa decisión'”.
Mientras Hodge se recuperaba y seguía adaptándose a su nueva forma de vida, recuerda haber tenido una experiencia de otro mundo mientras luchaba por su vida en el hospital.
Estaba en la unidad de cuidados intensivos cuando miró la cortina del hospital junto a su cama y vio la esfera de un reloj Casio con los minutos y los segundos marcando el paso. Ahora cree que ese reloj era una cuenta regresiva hasta el final de su vida. “Realmente creo que todos somos energía y todos somos carbono”, agregó.
“Creo que lo que ocurre cuando dejamos este trabajo es que la energía simplemente se recicla en otro ámbito. Aunque nuestros cuerpos físicos dejen de existir, esa energía sigue viva“, dice.
Y no es la única vez que Pete Mackenzie Hodge ha tenido un encuentro extraño durante una experiencia cercana a la muerte: su segunda experiencia fue cuando enfermó gravemente durante la pandemia. Se enfermó gravemente después de desarrollar una misteriosa infección bacteriana en los pulmones que le provocó neumonía y sepsis.
Luchando nuevamente por su vida, Hodge recuerda haber dejado su cuerpo y verse sin vida en su cama de hospital. “Dejé mi cuerpo en la cama y lo que vi allí fue mi alma ascendiendo”, explica. “Todavía podía ver mi cuerpo físico en la cama, lo que fue una experiencia realmente profunda”.
“Vi una plétora de colores y vidrieras. Me aumentaron la sedación y eso hizo que me recuperara”, revela. Pero Hodge dijo que la experiencia no le dio miedo. “No fue algo como, ‘Dios mío, me estoy muriendo, no quiero morir’, fue pura aceptación y pura entrega. Fue un momento realmente mágico, pero obviamente me siento muy aliviado y agradecido de estar aquí”, dice.
Estuvo en coma durante 13 días. Los médicos le dijeron que tenía muchísima suerte de estar vivo. “Todos los médicos han dicho que soy un hombre muy afortunado. No debería estar aquí, pero lo estoy. Siento que soy el tipo más afortunado del mundo, pero también uno de los más desafortunados”, concluye.