Desde su fundación y a lo largo de su historia, el estado de Israel ha evolucionado marcado por una fuerte percepción de posibles amenazas en sus fronteras, lo que ha llevado a que la protección ante ataques externos sea una de las principales filosofías del país en materia exterior y de defensa.
Durante todos los conflictos bélicos que ha atravesado Israel, la idea ha sido esa: llevar a cabo acciones diseñadas o concebidas como la única opción posible de protegerse, incluso de forma preventiva y muchas veces a costa de daños colaterales.
Una de esas estrategias militares es la doctrina Dahiya, formulada por el general israelí Gadi Eizenko en 2008, pocos años después de la guerra del Líbano de 2006, y que tiene evidentes paralelismos con la estrategia que el ejército israelí está siguiendo en 2024 en el mismo lugar, en el marco de la guerra contra Hezbolá.
La estrategia tiene su origen en Líbano en 2006
En 2006, Dahiya era una zona de viviendas del sur de Beirut: un barrio de mayoría chíi en el que, a simple vista y mezclados con la población civil, se escondía el cuartel general de Hezbolá y algunos de sus líderes más destacados. En el marco de la guerra de aquel entonces, Israel bombardeó la zona durante semanas y redujo el barrio a escombros, golpeando duramente (aunque no de forma definitiva) a Hezbolá.
Dos años después, el general Eizenko explicó en una entrevista la doctrina que expertos y estrategas bautizarían con el nombre de aquel barrio de Beirut: “Lo que ocurrió en Dahiya en 2006 ocurrirá con cualquier pueblo desde el que se ataque a Israel […]. Aplicaremos una fuerza desproporcionada y causaremos una gran destrucción. Para nosotros, estos no son núcleos urbanos poblados por civiles. Son objetivos militares“.
Eizenko escaló puestos en el cuerpo militar hasta ser comandante en jefe de las FDI entre 2015 y 2019. Más tarde fue diputado y ha formado parte del actual gobierno de Netanyahu en calidad de ministro sin cartera, tras el estallido del conflicto con Hamás.
¿En qué consiste la doctrina Dahiya?
Esas son las bases de la doctrina Dahiya: el uso de la fuerza militar desproporcionada (es decir, bombardeos) en zonas urbanas, de forma masiva e indiscriminada para vencer rápidamente a los enemigos, normalmente milicias que se protegen entre núcleos civiles, y disuadirlos de atacar a Israel. La estrategia se basa en el principio del “castigo colectivo”, ya que daña tanto al propio enemigo como a zonas urbanas y población civil.
Es una respuesta que busca contundencia y transmitir que Israel se defenderá a cualquier precio, y que el precio a pagar sea tan alto que los enemigos renuncien a atacar a Israel.
La doctrina no está exenta de polémica, ya que sus detractores consideran que este “castigo colectivo” puede constituir una violación del derecho internacional humanitario al suponer un grave riesgo directo para la seguridad de la población civil. La posición israelí sigue siendo clara: defenderse de sus enemigos y disuadir nuevos ataques a toda costa.