Nadie duda de que el próximo presidente de Estados será demócrata o republicano: Kamala Harris y Donald Trump son los dos únicos aspirantes con opciones de llegar a la Casa Blanca el próximo 5 de noviembre en las elecciones de Estados Unidos. Sin embargo, eso no significa que la elección se reduzca a expresidente y vicepresidenta, ya que existen, como en cualquier democracia, otros candidatos.
Son los candidatos de los llamados third parties y los candidatos independientes: formaciones y candidatos que no tienen ninguna expectativa de salir elegidos, pero cuyo porcentaje de votos por estado, por mínimo que sea, pueden costarle la victoria en un Estado (y todos sus votos electorales, según la norma winner-takes-all) a uno de los dos grandes partidos.
El voto a estos partidos puede ser decisivo al influir en el resultado final de la elección: apenas un puñado de votos a un candidato independiente pueden costarle decenas de votos electorales a Trump o Harris, y en última instancia la presidencia de Estados Unidos.
Los ‘otros’ candidatos de las elecciones de EEUU
En estas elecciones hay varios candidatos de otros partidos que no son conocidos para el público general y gran parte de los votantes, pero su papeleta estará en los colegios electorales el próximo 5 de noviembre.
- Robert F. Kennedy Jr. (candidato independiente)
- Jill Stein (Partido Verde)
- Chase Oliver (Partido Libertario)
- Cornel West (candidato independiente)
Como cada Estado tiene sus propias normas y umbrales electorales, Kamala Harris y Donald Trump serán los únicos que tengan papeleta en todos los colegios electorales de los 50 estados, mientras que los candidatos de los third parties solo podrán ser votados en algunos de ellos.
Esto es especialmente relevante en los swing states o estados clave, aquellos en los que la diferencia entre Trump y Harris es tan pequeña que cualquier detalle, como el voto a los third parties, puede decidir la victoria para demócratas o republicanos.
El papel clave de los ‘third parties’ en estas elecciones
En estas elecciones, que se prevén las más ajustadas de las últimas décadas en Estados Unidos, los candidatos de los third parties podrían ser la clave para definir la presidencia de Trump o Harris quitando votos a uno de los candidatos. El historiador Richard Hofstadter, de hecho, los comparaba con las abejas: “una vez que pican, mueren”, es decir, después de picar y restar votos a un partido, desaparecen del debate público pasadas las elecciones.
Tal es la influencia que podrían tener en el resultado final que uno de los candidatos independientes, Robert F. Kennedy, cuya papeleta estará en más de 25 estados, terminó pidiendo el voto para Donald Trump, sabiendo que los votos a su candidatura podrían costarle la presidencia al magnate e inclinar la balanza a favor de Harris. De hecho, Kennedy en principio estará en las papeletas de Michigan y Wisconsin, dos swing states que reparten 25 delegados electorales, según explica el The New York Times.
¿Podría haber un tercer partido en Estados Unidos?
En cualquier caso, la carrera presidencial casi siempre ha sido de dos: demócratas y republicanos. Desde 1853 se reparten el poder de la Casa Blanca, algo que ha permanecido invariable en el tiempo. Sin embargo, el desempeño y la labor política y pública de los dos gigantes de la política norteamericana habría despertado el interés ciudadano por una tercera alternativa.
Así lo refleja un estudio de la consultura Gallup, y del que se hace eco Newtral según el informe, un 63% de los estadounidenses considera necesario el surgimiento de un tercer partido, como castigo al “pobre trabajo” de demócratas y republicanos “a la hora de representar al pueblo estadounidense”.
Este porcentaje de descontentos ha crecido notablemente en los últimos 20 años. En 2003, con George W. Bush a las puertas de su reelección, un 56% de los ciudadanos consideraba adecuado el desempeño de los dos grandes partidos. Hoy ese porcentaje está en un escaso 34%.
En cualquier caso, la opción de una alternativa real de Gobierno por parte de un tercer partido en EEUU es, a día de hoy, muy remota: las estructuras políticas y económicas de demócratas y republicanos, además del sistema político: la ‘ley Duverger’ teoriza que, en elecciones de votación mayoritaria y de una sola vuelta, “se tiende al dualismo de partidos”.