“Ver crecer a sus dos princesas, ese era el sueño más grande que ella tenía”.
Sueño que se vio truncado con tan solo 24 años y una vida por delante.
Bevorlin García Barrios, originaria de Honduras, llegó a al hospital Woodhull Medical Center embarazada el 15 de septiembre pasado con dolores estomacales y náusea.
De acuerdo con su pareja sentimental, tras ser examinada, los profesionales de la salud del hospital le dijeron que se vaya a su casa.
Sin embargo los dolores y el vómito empeoraron, por lo que tres días después regresó a esta misma casa de salud donde recibió atención médica, pero un día después falleció tras dar a luz, a través de una cesárea.
“Ella era una mujer luchadora, feliz, alegre, sonriendo todo el tiempo. Lo último que yo me acuerdo de cuando se la llevaron, que yo solo le dije ‘mi amor, tenés que ser fuerte por nuestros niños, te amo’. Lo último que le pude decir ella salió con su sonrisa, solo para cuando regresaron los doctores solo para que me dijeran la noticia que les tengo que decir a mis hijas que no tienen una mamá”, dijo Nelson Ramírez, pareja de García Barrios.
Según Ramírez, los médicos y personal del hospital simplemente les comunicaron que la joven madre había perdido muchísima sangre al dar a luz y que sus pulmones colapsaron, y así sin dar mayores explicaciones, les dijeron que ella había perdido la vida.
“Mi hija, una luchadora como su madre. Eso lo sacó de ella. Es una guerrera como su madre, que no se le deja a nadie. A nadie”, agregó Ramírez.
Este caso de fallecimiento de una mujer que estaba embarazada es el tercero en ocurrir dentro de este hospital público desde el 2020, según organizadores de la conferencia de prensa.
Uno de esos caso es el de José Pérez, que perdió a su novia y prometida Christine Fields en similares circunstancia. Nos cuenta que de igual manera a él no le dieron explicaciones del por qué su pareja de apenas 30 años había muerto, al dar a luz tras asistir a la sala de emergencias.
“Un par de horas después que le sacaron el bebé, yo estaba con el bebé, cuando llegue a la esposa mía ya estaba como en el último segundo de vida y se me murió”, contó Pérez.
Fue precisamente Pérez quien contactó a la familia de la joven hondureña para juntos exigir respuestas por parte del hospital.
“Ella quería lo más es ver a sus dos hijas crecer, casarnos y volver a regresar juntos a nuestro país. Para ella poder ir a ver a su mamá, a su madre, que la que todavía la está esperando.”, dijo Ramírez.
De acuerdo con los dos hombres, parejas de las víctimas, ellos entablaran demandas en contra del hospital para aclarar las muertes de sus seres queridos.
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