Las temperaturas cálidas del verano finalmente han llegado, lo que significa que muchos de nosotros estamos luchando por conciliar el sueño por las noches. Una de las tentaciones más comunes es desprenderse de toda la ropa para intentar refrescarnos. Sin embargo, según los expertos, esta práctica podría tener el efecto contrario al deseado.
La razón detrás de no dormir desnudo en verano
Según el fisiólogo del sueño Julius Patrick del Hospital Cromwell de Bupa, existe una buena razón por la que no se debe dormir completamente desnudo cuando hace calor. Él explica que «cuando duermes sin ropa, el sudor se acumula en el cuerpo y se queda allí. Incluso si hace calor cuando te acuestas, no olvides que la temperatura de tu cuerpo bajará durante la noche».
Este punto es clave. A medida que nuestro cuerpo se enfría durante el sueño, el sudor que se ha acumulado en la piel puede provocar una sensación de humedad y frío incómoda, interrumpiendo nuestro descanso. Por el contrario, usar ropa ligera y transpirable, como prendas de algodón, lino o satén, ayuda a absorber el sudor y mantener una temperatura más estable.
Cómo evitar el calor y dormir mejor
Entonces, ¿qué podemos hacer para mantenernos frescos y cómodos durante las noches de verano? Aquí hay algunas estrategias recomendadas por los expertos:
- Abrir las ventanas: si hace más calor adentro que afuera, abre todas las ventanas antes de acostarte para crear una brisa refrescante en el dormitorio.
- Elegir sábanas de algodón: los expertos sugieren optar por sábanas de algodón, ya que este material absorbe mejor la humedad que otras telas.
- Ducharse antes de dormir: Tomar una ducha tibia o fría aproximadamente media hora antes de acostarse puede ayudar a bajar la temperatura corporal.
- Usar bolsas de frío: colocar bolsas de gel frío o paquetes refrigerantes en la cama una hora antes de dormir puede enfriar el colchón.
- Mantener una botella de agua cerca: tener agua fresca a la mano por si te despiertas con sed y sudoroso durante la noche.
- Usar ropa ligera y transpirable: opta por pijamas o ropa interior de materiales naturales como algodón, lino o satén, que absorberán mejor la humedad.
Siguiendo estos sencillos consejos, podrás disfrutar de noches más frescas y reparadoras, incluso en los días más calurosos del verano.
Cómo mantenerse fresco y cómodo durante el sueño
Además de las recomendaciones anteriores, existen otras formas de ayudarte a mantenerte fresco y cómodo mientras duermes durante los meses más cálidos del año:
Uso inteligente de ventiladores y aire acondicionado
Si cuentas con un ventilador o aire acondicionado en tu habitación, asegúrate de usarlos de manera eficiente. Coloca el ventilador de manera que apunte directamente hacia ti, pero no lo pongas a máxima potencia, ya que esto puede resecar el aire y provocar incomodidad. Con el aire acondicionado, ajusta la temperatura a un nivel agradable, entre 22-25°C, y mantén las cortinas o persianas cerradas durante el día para evitar que el calor entre.
Alimentos y bebidas refrescantes
Tu dieta también puede influir en cómo te sientes durante las noches calurosas. Evita las comidas pesadas y grasosas, que pueden dificultar la digestión y generar más calor corporal. En su lugar, opta por platos ligeros, ricos en agua como ensaladas, frutas y verduras. Asimismo, beber suficiente agua a lo largo del día y tener una botella cerca de la cama te ayudará a mantenerte hidratado y fresco.
Técnicas de relajación y meditación
Cuando hace mucho calor, nuestro cuerpo y mente tienden a estar más estresados, lo cual puede dificultar el sueño. Practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, puede ayudarte a calmar tu mente y cuerpo antes de acostarte, facilitando un descanso más reparador.
Recuerda, el objetivo es priorizar tu comodidad y bienestar para disfrutar de un sueño reparador, independientemente de la temperatura exterior. Siguiendo estos consejos, podrás mantenerte fresco y dormir como un bebé, incluso en las noches más calurosas.
Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.
