El paracetamol, también conocido como acetaminofeno, es uno de los medicamentos más comunes y accesibles para tratar el dolor y la fiebre. Sin embargo, una sobredosis de este fármaco puede tener consecuencias graves para la salud, incluyendo daños hepáticos e incluso la muerte. Expertos en salud han emitido una advertencia urgente sobre los peligros del exceso de paracetamol y la importancia de utilizarlo de manera responsable.
¿Qué es el paracetamol y dónde se encuentra?
El paracetamol es un analgésico y antipirético (que reduce la fiebre) ampliamente utilizado en una variedad de medicamentos, tanto de venta libre como con receta médica. Algunas de las marcas comerciales más conocidas que contienen paracetamol son Tylenol, Anacin-3, Liquiprin, Panadol, Percocet y Tempra. También se encuentra presente en numerosos medicamentos para la gripe y el resfriado.
El paracetamol se presenta en diversas formas y concentraciones, incluyendo:
Supositorios: 120 mg, 125 mg, 325 mg, 650 mg
Tabletas masticables: 80 mg
Tabletas para niños: 160 mg
Concentración regular: 325 mg
Concentración extra: 500 mg
Líquido: 160 mg/cucharadita (5 mililitros)
Gotas: 100 mg/ml, 120 mg/2.5 ml
Es importante tener en cuenta que la dosis máxima diaria recomendada para los adultos es de 3,000 mg de paracetamol como único ingrediente. Los adultos mayores de 65 años deben tomar incluso menos. Superar esta dosis, especialmente llegando a 7,000 mg o más, puede provocar una grave sobredosis.
Síntomas de sobredosis de paracetamol
Los síntomas de una sobredosis de paracetamol pueden variar dependiendo de la cantidad ingerida y el tiempo transcurrido desde la ingesta. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden no aparecer sino hasta 12 horas o más después de haber ingerido el paracetamol en exceso.
Factores de riesgo y poblaciones vulnerables
Ciertas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves por una sobredosis de paracetamol, como:
Personas con enfermedades hepáticas: debido a que el hígado es el principal órgano encargado de metabolizar el paracetamol, aquellos con problemas hepáticos tienen una mayor susceptibilidad a los efectos tóxicos.
Consumidores crónicos de alcohol: el consumo habitual de alcohol puede aumentar el riesgo de daño hepático por sobredosis de paracetamol.
Personas mayores de 65 años: los adultos mayores suelen tener una función hepática y renal más debilitada, lo que los hace más vulnerables a los efectos dañinos del exceso de paracetamol.
Además, la sobredosis puede ser aguda (repentina o a corto plazo) o crónica (a largo plazo), dependiendo de las dosis ingeridas, lo cual puede influir en la gravedad de los síntomas.
Diagnóstico y tratamiento de la sobredosis
El diagnóstico de una sobredosis de paracetamol se basa principalmente en la medición de los niveles del fármaco en la sangre y en la evaluación de la función hepática a través de exámenes de laboratorio.
El tratamiento en caso de sobredosis suele incluir:
Administración de carbón activado: para reducir la absorción del paracetamol.
Apoyo respiratorio: oxígeno, intubación y ventilación mecánica si es necesario.
Reposición de líquidos intravenosos: para mantener una adecuada hidratación.
Administración de antídoto: n-acetilcisteína (NAC), un medicamento que ayuda a contrarrestar los efectos tóxicos del paracetamol.
Medidas de soporte para el hígado: en casos de daño hepático grave, puede ser necesario un trasplante de hígado.
Es crucial que el tratamiento se inicie lo antes posible, preferiblemente dentro de las 8 horas posteriores a la sobredosis, para aumentar las posibilidades de una recuperación exitosa.
Prevención y uso responsable del paracetamol
Para evitar los peligros de la sobredosis de paracetamol, es fundamental seguir las siguientes recomendaciones:
Leer atentamente las etiquetas de los medicamentos: asegurarse de que no se estén tomando varios productos que contengan paracetamol, lo cual podría llevar a una ingesta excesiva.
Respetar las dosis recomendadas: no superar la dosis máxima diaria de 3,000 mg de paracetamol como único ingrediente, y reducir aún más la dosis si se es mayor de 65 años.
Evitar el consumo de alcohol durante el tratamiento: el alcohol puede potenciar los efectos dañinos del paracetamol sobre el hígado.
Consultar al médico o farmacéutico en caso de duda: ante cualquier pregunta sobre la seguridad o el uso adecuado del paracetamol, es importante solicitar asesoramiento profesional.
Estar atento a los síntomas de sobredosis: si se presentan signos de intoxicación, buscar atención médica de inmediato.