El papa Francisco se desplazó este jueves a Luxemburgo para encontrarse con sus fieles y se tomó un espresso en el café Gruppetto, hecho que sorprendió a Jassin, camarero del local, que no se esperaba a este cliente especial. El pontífice felicitó al joven por su trabajo y le dejó una propina de 100 euros, según indica el periódico Le Quotidien.
“Entró un policía, que llevaba puesto un auricular. Se acercó a mí y me explicó que el papa Francisco iba a entrar en cualquier momento y se iba a sentar a tomar un café. Pensé que era una broma, pero no, ¡era real!”, señala al periódico luxemburgués Jassin, quien atendió al pontífice.
“No todos los días recibimos al papa en nuestro establecimiento, es increíble. ¡Uau! Por supuesto, no me lo esperaba cuando me levanté esta mañana”, continúa el camarero de esta cafetería situada en la calle Notre-Dame.
“Cuando lo vi, tuve que respirar hondo” señala Jassin al diario, que explica, además, que el papa es “accesible y amigable con la gente” y se tomó fotos con los clientes que se encontraban en la cafetería.
