El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se ha dirigido este jueves a sus milicianos en un discurso televisado, el primero desde las explosiones de los busca y walkie-talkies de miembros del grupo chií libanés, para hablar sobre “la venganza” que ha prometido después de que en apenas 48 horas hayan muerto 37 personas y resultado heridas más de 3.000. “Son crímenes de guerra o, al menos, una declaración de guerra”, ha asegurado, a la vez que ha afirmado que esto les hará “más fuertes”. La intervención ha coincidido con una jornada en la que Israel y Líbano han mantenido fuego cruzado en su frontera.
Así, al menos diez personas han resultado heridas tras el impacto en el norte israelí de un proyectil anticarro y varios drones disparados por Hezbolá desde el sur de Líbano. De acuerdo con el grupo libanés, el ataque tenía como objetivo una base del Ejército. Por su parte, el Estado hebreo ha bombardeado “edificios militares” y un “almacén de armas” usados por el partido-milicia, según un comunicado castrense. El objetivo era “dañar y destruir” sus infraestructuras para “llevar seguridad” y permitir el regreso de los residentes a sus hogares”, en referencia a los cerca de 60.000 israelíes que siguen evacuados de las comunidades fronterizas.
En este contexto, el jefe de la milicia libanesa ha acusado a Israel de hacer “terrorismo” al provocar una “masacre sin precedentes” con la explosión cientos de dispositivos de comunicaciones, a pesar de que las autoridades israelíes no se han pronunciado sobre la autoría. “Lo llamaremos masacre del martes y masacre del miércoles”, ha manifestado. Nasrallah ha incidido en que los aparatos no solo estaban en posesión de miembros de Hezbolá, sino que son artefactos “muy extendidos en diferentes capas de la sociedad”, por lo que se vieron afectados lugares públicos como hospitales, farmacias, mercados, tiendas, casas, coches y las calles, donde había muchos civiles.
Para evitar explosiones futuras y salvaguardar la seguridad de los ciudadanos, el Ejército de Líbano ha asegurado que está llevando a cabo la detonación controlada de buscas y otros dispositivos de comunicación sospechosos de estar manipulados. Por ello, ha pedido a la población que “se mantenga alejada” de los lugares en los que están teniendo lugar estas operaciones y que “informen sobre cualquier dispositivo u objeto sospechoso”. “No se acerquen a ellos”, ha advertido.
“En el lapso de dos días y en apenas un minuto cada vez, Israel intentó matar a más de 5.000 personas”, ha denunciado Nasrallah. “El enemigo superó en esta operación todos los límites, las leyes y las líneas rojas, no le importó nada en absoluto”, ha añadido el clérigo chií durante su intervención. Según ha explicado, la primera oleada de detonaciones del martes afectó a unos 4.000 mensáfonos, aunque no ha confirmado que todos explotaran, ya que algunos estaban fuera de servicio o no fueron distribuidos. El miércoles, nuevos aparatos en manos de miembros de Hezbolá detonaron de forma simultánea en varios puntos del país, en esta ocasión, “aparatos de radio”.
“Hemos recibido un golpe duro y severo”, ha reconocido Nasrallah, que sin embargo ha incidido en que la población libanesa “no caerá”: “Nos prepararemos para lo peor”. En este sentido, ha subrayado que Israel recibirá “severas represalias y castigos justos” tanto en posiciones que esperan que sean atacadas, como en otros puntos en los que las autoridades israelíes no sospechan de posibles ataques. “El castigo llegará. ¿Cuándo, dónde, cómo? Lo sabrán cuando llegue el momento”, ha aseverado.
El líder de Hezbolá ha indicado que ya hay en marcha investigaciones para dirimir responsabilidades y conocer qué empresas de fabricación, transporte, procesamiento o distribución estuvieron implicadas en la colocación del material explosivo. “Hemos creado varios comités de investigación internos, técnicos, de tecnología para estudiar todas los hipótesis y teorías. Casi hemos llegado a una conclusión, pero necesitamos tiempo para asegurarnos de algunos detalles“, ha afirmado.
Estas palabras se producen en un momento en que el Ejército del Estado hebreo ha lanzado ataques sobre Líbano y las autoridades castrenses han aprobado el plan de ataque sobre el país fronterizo. De hecho, durante el discurso de Nasrallah, fuertes estruendos sónicos provocados por cazas israelíes que sobrevolaban a baja altitud han sacudido Beirut y han hecho temblar puertas, cristales y ventanas, y hasta hicieron saltar alarmas de coches en las calles. Hezbolá, junto a otros grupos islamistas de la región, ha lanzado ataques contra Israel para apoyar a la población palestina.
Mientras, otros aviones de combate bombardeaban de forma intensa el sur del país. La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) ha informado de que, al mismo tiempo, aviones de Israel han lanzado “globos térmicos” en los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión de Hezbolá.
