A veces, podemos sentir que estamos haciendo todo bien: comiendo frutas y verduras, granos enteros y proteínas magras, y aún así, estamos ganando peso. ¿Qué está pasando realmente?
El aumento de peso puede estar relacionado con varios factores de estilo de vida, como el sueño, el ejercicio y el manejo del estrés. Además, nuestra salud intestinal y posibles problemas médicos también pueden influir en nuestro peso.
No dormir lo suficiente
Vivimos vidas ocupadas y, a menudo, el sueño es lo primero que sacrificamos para hacer espacio a otras cosas. Sin embargo, estudios han demostrado que dormir menos de 7 horas por noche se asocia con un mayor índice de masa corporal (IMC) y una mayor probabilidad de obesidad.
La buena noticia es que si estás luchando con tu peso, una forma poderosa de abordar este problema es asegurarte de dormir lo suficiente. De hecho, dormir una hora más por noche llevó a que las personas con sobrepeso consumieran naturalmente 270 calorías menos al día en comparación con un grupo de control que no modificó sus hábitos de sueño.
Para comprender por qué el sueño afecta nuestro peso, es importante tener en cuenta que la privación del sueño aumenta las hormonas que estimulan el apetito y nos impulsa a buscar recompensas, que a menudo encontramos en la comida. Por lo tanto, asegúrate de establecer una rutina de sueño y priorizar el descanso.
Falta de actividad física
Las personas que realizan más actividad física, ya sea a través de ejercicio formal o simplemente moviéndose más durante el día, tienden a mantener un peso corporal más bajo después de una pérdida de peso en comparación con aquellos que llevan un estilo de vida sedentario.
La actividad física adicional puede hacer una gran diferencia a largo plazo, ya que ayuda a quemar alrededor de 200 calorías adicionales por día. Por lo tanto, es importante que busques formas de incorporar más movimiento en tu rutina diaria.
Puedes dar un paseo por el vecindario mientras escuchas un podcast, llevar a tu perro al parque, hacer estiramientos dinámicos o realizar un entrenamiento rápido. Estos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en tu peso corporal y bienestar general.
Estrés
El estrés puede tener un impacto significativo en nuestro cerebro, debilitando nuestra capacidad para mantener hábitos saludables. De hecho, se ha encontrado que el estrés promueve la obesidad de diversas formas.
Cuando estamos estresados, nuestra capacidad de autorregulación se ve afectada, dificultando la toma de decisiones saludables. Además, nos impulsa a comer alimentos altos en azúcar y grasa, disminuye nuestro deseo de mantenernos activos y afecta nuestro sueño.
Lidiar con el estrés puede ser todo un desafío, pero un buen primer paso es identificar las cosas que te brindan calma cuando estás bajo presión. Haz una lista de actividades o técnicas que funcionen para ti y utilízalas como una forma de levantarte cuando te sientas estresado o tengas un mal día.
Desbalance en la microbiota intestinal
Nuestra microbiota intestinal, que es la comunidad de billones de microorganismos que viven en nuestro intestino, desempeña un papel importante en nuestra salud. Estos microorganismos afectan nuestro sistema inmunológico, apetito y metabolismo.
Aunque aún se están investigando los efectos de la microbiota en el peso corporal, se ha observado que tener una diversidad de especies saludables de bacterias intestinales es importante para prevenir el aumento de peso y controlar la inflamación que promueve enfermedades.
Una forma de mantener una microbiota intestinal saludable es asegurándote de consumir alimentos ricos en fibra, las cuales alimentan a las bacterias intestinales beneficiosas. Asegúrate de incluir frutas, verduras, granos enteros, nueces, semillas y legumbres en tu dieta diaria.
Problemas médicos
A veces, el aumento de peso puede ser un indicio de que hay algo más sucediendo en nuestro cuerpo. Por ejemplo, un aumento de peso leve, de aproximadamente 5 a 10 libras, puede ser señal de una afección tiroidea llamada hipotiroidismo, que ralentiza el metabolismo. El síndrome de ovario poliquístico (SOP) también puede afectar el equilibrio hormonal y hacernos más propensos a ganar peso. Además, las condiciones de salud mental como la depresión también pueden influir en el aumento de peso.
Es importante que consultes a tu médico si experimentas un aumento de peso inexplicado. De esta manera, podrás tratar cualquier problema subyacente y enfocarte en recuperar tu bienestar físico y mental.