En el acto sexual, a menudo descuidamos las caricias íntimas. Sin embargo, hay algunas caricias sexuales que quizás nunca hayas probado y que pueden marcar la diferencia. Aquí te presentamos las que deberías intentar y que tal vez nunca antes hayas probado.
1. Estimulación de los pezones
La estimulación de los pezones, tanto en hombres como en mujeres, puede ser una caricia sexual muy efectiva. Esta caricia imita la succión de un recién nacido y estimula tanto la areola como el pezón. Al estimular los pezones de forma prolongada, se produce una descarga de oxitocina, una hormona que desencadena tanto el orgasmo como la liberación de leche durante la lactancia. Para los hombres, esta caricia puede aumentar la erección, mientras que para las mujeres puede aumentar la lubricación vaginal.
2. Caricias en las ninfas
Las ninfas, o labios menores, a menudo se descuidan en las caricias sexuales. Sin embargo, son una zona erógena muy poderosa, ya que están llenas de receptores de placer. Una forma eficaz de acariciar las ninfas es agarrar uno de los labios menores entre el pulgar y el índice y deslizar los dedos suavemente o más rápido ejerciendo más presión, lo que puede provocar la hinchazón de los labios menores, lo que facilita la penetración durante el acto sexual.
3. Orgasmo vaginal en hombres
Si las mujeres pueden experimentar dos tipos de orgasmos, vaginal y clitoriano, ¿por qué los hombres no? El orgasmo clitoriano en las mujeres se puede comparar con un orgasmo masculino desencadenado por la estimulación del glande del pene. El orgasmo vaginal en los hombres podría ser desencadenado por la estimulación del tronco del pene, en la zona de los cuerpos cavernosos, es decir, en la parte superior del pene. Es importante tener en cuenta que las zonas de estimulación eficaz varían según la sensibilidad de cada individuo.
4. Caricias intravaginales
El interior de la vagina es una zona muy sensual y rica en receptores de placer. Además, cada área de la vagina tiene una sensibilidad diferente. Algunas mujeres pueden ser más sensibles en la entrada de la vagina, otras en la cara anterior (hacia el abdomen) donde se encuentra el famoso punto G, y otras pueden ser más sensibles en la parte trasera, ya sea hacia adelante, hacia atrás o en los lados. También es importante tener en cuenta que la sensibilidad puede variar según el momento, el estado de ánimo o la postura.
5. Caricias internas
El contacto íntimo durante el acto sexual es un placer constante en la pareja, ya sea con orgasmo o sin él. Para aumentar el placer de este momento de fusión, es posible proporcionar caricias mutuas desde el interior de los cuerpos. Para hacerlo, una vez encajados, es necesario mantenerse inmóviles. Luego, la mujer contrae su suelo pélvico, lo que provoca un estrechamiento de las paredes vaginales y una suave caricia en el pene de su pareja. A continuación, es el turno del hombre de contraer su suelo pélvico, lo que provoca un movimiento de su pene y acaricia la superficie interna de la vagina de su pareja. Repetir este proceso varias veces permite alternar las caricias internas mutuas.
Experimentar con caricias poco conocidas puede ser emocionante y gratificante. Recuerda comunicarte con tu pareja y explorar juntos lo que les gusta y les hace sentir bien. ¡No tengas miedo de probar cosas nuevas y descubrir nuevas formas de placer!