Nueva York – Un 47% de los hogares en Puerto Rico experimentan fragilidad financiera y un 48% registró una caída en sus ingresos en el 2021, arrojó un estudio realizado por el Centro para la Nueva Economía (CNE) y la Fundación para la Educación de los Inversionistas de FINRA (Investor Education Foundation).
El estudio “Panorama general de los factores relacionados con la capacidad financiera de los adultos en Puerto Rico” confirma la prevalencia de la inseguridad económica en la isla.
La cifra de 47% significa que casi la mitad de los encuestados en Puerto Rico no tiene la capacidad de absorber un gasto inesperado de $2,000 dólares. “Esta cifra es superior a la del territorio continental de EE. UU., donde aproximadamente el 30% de la población está clasificada como financieramente frágil”, lee un resumen de los hallazgos del sondeo encabezado por Harold J. Toro, director de investigación del CNE, y Olivia Valdés, investigadora principal de FINRA.
Los factores que inciden en la fragilidad financiera de los boricuas
La edad, los ingresos familiares y el nivel educativo son los factores que más inciden en este problema en la isla.
Dividido por edad, un 59% de los adultos de 18 a 29 años viven en estado de fragilidad financiera; un 47% de los encuestados entre los 30 y 54 años lidian con la misma situación, y un 41% corresponde a los mayores de 55 años.
En cuanto a género, las mujeres tienen más probabilidades de vivir en estado de fragilidad financiera que los hombres con un porcentaje de 53% frente a 40%.
39% gastan más de lo que ingresan
Los resultados del estudio, divulgados este jueves, revelan además que 39% de los encuestados gasta más que lo que ingresan mensualmente.
En este reglón, el estudio arrojó que la probabilidad de que los gastos superen los ingresos está estrechamente vinculada con el ingreso anual familiar.
Un 45% de los adultos en hogares con ingresos inferiores a $25,000 gastan más de lo que ingresan en comparación con un 34% de los adultos en hogares con ingresos entre $25,000 y $50,000. Entre los que ingresan $50,000 o más, la cifra es de 17%.
El nivel educativo también incide en el gasto por encima de los ingresos.
En el caso de los adultos sin título universitario, el porcentaje es 43%; mientras que un 30% de los que tienen título universitario se exceden en el gasto por encima de los ingresos.
Otro resultado destacado de la indagación es que un 41% de los encuestados reportó haber reservado fondos para emergencias que cubrirían cuatro meses de gastos.
Otro asunto con el que batallan los hogares boricuas es el de calibrar las prioridades financieras a corto plazo con los objetivos financieros a largo plazo.
En ese sentido, un 85% señaló tener, ya sea una cuenta de ahorros o de cheques; y menos de la mitad o un 35% dijo contar con una de retiro. En el 2021, aproximadamente un 45% de los hogares tenía una hipoteca para su residencia principal, lo que va de la mano con la centralidad de la propiedad de la vivienda para la construcción de activos.
El estudio destaca el impacto negativo del huracán María en el 2017 en Puerto Rico en la economía a raíz de la destrucción de más de 300,000 viviendas y la falta de electricidad, acceso a alimentos y servicios médicos a unos 1.5 millones de residentes.
“A raíz de este, la economía de Puerto Rico se redujo en un 4 por ciento. A pesar de las mejoras económicas en 2019 debido en gran parte a un aumento en las exportaciones (Oficina de Análisis Económico, 2022), los desastres naturales posteriores y la pandemia del COVID-19 deshicieron la recuperación posterior al huracán”, lee el análisis del estudio.
La encuesta se le suministró a 1,001 adultos en la isla tanto en inglés como en español.
“Los resultados muestran que, si bien los niveles de deuda son relativamente bajos, muchos en Puerto Rico luchan por llegar a fin de mes, especialmente aquellas personas más jóvenes con ingresos familiares más bajos y sin título universitario de cuatro años. La creación de riqueza y la planificación financiera son escasas y pocos reportan tener ahorros para emergencias o cuentas de inversión propias”, expusieron los encargados de la investigación.
La idea detrás del esfuerzo es ofrecer un resumen de la trayectoria económica de Puerto Rico durante los últimos 15 años. La evaluación se enfocó en tres áreas: la capacidad de las personas para ‘llegar a fin de mes’ y examinar cómo experimentan fragilidad financiera, volatilidad de ingresos y gastos excesivos; nivel de endeudamiento por factores como préstamos estudiantiles y deudas médicas reportadas; y su planificación financiera y creación de riqueza, lo que incluye propiedad de vivienda, ahorros para emergencias y la tenencia de cuentas de retiro y cuentas de inversión gravables.
“Analizamos cómo varían estos indicadores en función de la edad, el género, el nivel educativo, los ingresos familiares y la existencia de transferencias intergeneracionales de riqueza”, explicaron los investigadores.
La divulgación del estudio coincidió con el regreso de Toro al CNE como investigador.
El también profesor invitado del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame indicó que en el 2008 una de sus primeras labores en el Centro fue analizar data de la Encuesta de finanzas del consumidor de Puerto Rico (Puerto Rico Survey of Consumer Finances, PRSCF).
La PRSCF fue una colaboración entre el CNE y la Reserva Federal de Nueva York para estudiar la situación financiera de los hogares en Puerto Rico. A través de la iniciativa, se recolectó información en 2007 y 2008 de una muestra representativa de 2,400 hogares.
“Que yo sepa, esta fue la primera investigación de este tipo llevada a cabo en Puerto Rico. Con base en esta información, yo escribí un Informe de primera línea sobre PRSCF, que fue publicado en 2013”, detalló Toro.