La Ciudad de Nueva York está atravesando por una ola de calor por estos días, y justo cuando las autoridades municipales instan a los neoyorquinos a estar alerta, acudir a lugares donde haya aire acondicionado y no descuidar a adultos mayores y niños, principalmente, se reveló que en promedio cada año unos 350 personas, buena parte mayores de 60 años, mueren debido al calor propio del verano que afecta condiciones preexistentes, representando aproximadamente el 2% de todas las muertes entre mayo y septiembre. En promedio 7 fallecimientos ocurren por estrés térmico, directamente causadas por el calor.
Así lo reveló el Departamento de Salud Municipal, tras presentar esta semana un reporte en el que advirtió con preocupación que las muertes exacerbadas por el calor aumentaron en la última década en la Gran Manzana, particularmente por un aumento en el número de días calurosos, pero no extremos.
“El cambio climático está haciendo que nuestros veranos sean más calurosos y mortales. Los riesgos para nuestro planeta presentan riesgos para nuestra salud, en parte, porque el calor es el más mortífero de todos los fenómenos meteorológicos extremos en Estados Unidos y en la ciudad de Nueva York”, afirmó el Comisionado de Salud de la Gran Manzana, Dr. Ashwin Vasan. “Como ciudad, estamos intensificando nuestro trabajo para mantener seguros a los neoyorquinos durante estos eventos. Y las cosas que hacemos para promover la sostenibilidad como ciudad, país y como individuos pueden salvar vidas”.
El Departamento de Salud manifestó que los días calurosos, pero no extremos, también son peligrosos, por lo que insistió en que se deben intensificar los cuidados, pues el reporte deja ver que aproximadamente un tercio, lo que equivale a más de 100 de las muertes exacerbadas por el calor, se atribuyeron a los días de calor más extremo. El resto, unas 250, ocurren en días no extremadamente calurosos, o días con temperatura por debajo del umbral de advertencia de calor pero superiores 82°F.
Las autoridades recalcan que sin aire acondicionado, las temperaturas interiores pueden ser mucho más altas que las del exterior, especialmente de noche, y pueden continuar durante días después de una ola de calor.
Sobre los decesos que ha dejado el calor en la ciudad, el Comisionado de Manejo de Emergencias de la Ciudad de Nueva York, Zach Iscol, advirtió que eran evitables, al tiempo que invitó a que sigan de cerca los informes sobre el clima en la página nyc.gov/beattheheat.
“Lamentamos esas muertes innecesarias y trabajamos a diario para capacitar a los neoyorquinos con conciencia y recursos para mantenerse a sí mismos y a sus seres queridos seguros. El calor no debería cobrar ni una sola vida“, dijo el funcionario. “Los neoyorquinos deben prepararse para el calor con la misma seriedad con la que nos preparamos para emergencias climáticas como huracanes, inundaciones repentinas o tormentas de nieve”.
Otro dato que encontró el informe es que era más probable que las muertes ocurrieran en el hogar, lo que muestra la relación directa que hay entre la falta de acceso a aire y situaciones de riesgo.
El estudio, de paso subrayó que las muertes por estrés térmico y las muertes exacerbadas por el calor también continúan afectando de manera desigual a los neoyorquinos negros, “lo que refleja los impactos del racismo estructural, que crea sistemas económicos, educativos, de atención médica, de vivienda y de otro tipo que sistemáticamente” los perjudican. Los latinos también se ven muy afectados de manera desproporcionada.
Elijah Hutchinson, director ejecutivo de la Oficina de Justicia Climática y Ambiental de la Alcaldía, recalcó que además del impacto que ha venido teniendo el cambio climático, las condiciones socieconómicas afectan directamente a las personas más vulnerables.
“El calor extremo, que se está volviendo más frecuente en las ciudades del norte debido al cambio climático, es una cuestión de salud pública, justicia ambiental y desigualdad económica”, dijo el funcionario. “Con nuestras audaces iniciativas para mitigar el calor extremo, como plantar árboles en áreas vulnerables al calor, desarrollar una temperatura interior máxima y trabajar para reformar el Programa de Asistencia de Energía para el Hogar, imaginamos un futuro sin muertes por calor y los costos de los servicios públicos no son una barrera para el enfriamiento”.
Dentro de los planes de ayuda están el Programa de Asistencia Energética (HEAP), donde neoyorquinos elegibles pueden obtener aires acondicionados gratuitos, incluida la instalación.
Muertes por calor en NYC en cifras
- 350 neoyorquinos mueren prematuramente cada año debido a efectos del calor
- 2% del total de muertes entre mayo y septiembre representan los decesos de calor
- 7 muertes se registran por año por estrés térmico, causadas directamente por el calor
- Los neoyorquinos negros tienen más probabilidades de morir a causa del estrés por calor, con tasas de mortalidad dos veces más altas que las de los neoyorquinos blancos, seguidos por los latinos
- La falta de acceso al aire acondicionado en el hogar es el factor de riesgo más importante de muerte por estrés térmico.
- 69 muertes por estrés térmico se han registrado en NYC durante los últimos 10 años.
- Las tasas de mortalidad fueron más altas en los vecindarios con más residentes que vivían por debajo del umbral federal de pobreza en comparación con los vecindarios más ricos
- Las muertes por estrés térmico ocurrieron en todos los grupos de edad, con las tasas más bajas entre las personas de 20 años o menos y las más altas entre las personas de 60 años o más
- Las tasas de muertes por estrés térmico fueron mayores entre los hombres que entre las mujeres.
- Las tasas de mortalidad ajustadas por edad fueron más altas en Brooklyn
- Para saber más sobre aires acondicionados gratis, puede llamar a la línea 311 y preguntar por el programa HEAP.
- Para mantenerse informados sobre las últimas actualizaciones del clima los neoyorquinos pueden registrarse al sistema gratuito Notify NYC descargando la aplicación Notify NYC
- Puede visitar el mapa Cool Options Map para localizar fácilmente información sobre “opciones interesantes”, como bibliotecas, centros comerciales y museos que ofrecen espacios con aire acondicionado y centros de enfriamiento, y algunos admiten mascotas