Antes de sumergirnos en las posturas específicas, es importante comprender los beneficios generales que el yoga matutino puede ofrecer a tu vida: aumenta la energía y la vitalidad para afrontar el día, mejora la concentración y la claridad mental, promueve la relajación y reducir el estrés, estimula el sistema digestivo y mejorar la función intestinal, aumenta la flexibilidad y fortalecer los músculos, mejora la postura y aliviar el dolor de espalda y estimula la circulación sanguínea y el sistema linfático.
Ahora que conocemos los beneficios generales del yoga matutino, exploremos tres posturas específicas que puedes practicar para comenzar tu día con bienestar y vitalidad.
1. Saludo al sol (Surya Namaskar)
El Saludo al sol es una secuencia dinámica de posturas que se realiza en sincronía con la respiración. Es una excelente manera de despertar el cuerpo y calentar los músculos al comienzo del día. A continuación, te presentamos una variante simplificada del saludo al sol:
- Ponte de pie con los pies juntos y las manos en posición de oración frente al pecho.
- Inhala mientras levantas los brazos hacia arriba, estirándote hacia el cielo.
- Exhala mientras te doblas hacia adelante desde las caderas, manteniendo las piernas rectas tanto como sea posible.
- Inhala y lleva las manos al suelo, estirando una pierna hacia atrás en una posición de estocada baja.
- Exhala y lleva la otra pierna hacia atrás, quedando en una posición de plancha.
- Inhala y baja el cuerpo hacia abajo, manteniendo los codos cerca del cuerpo, hasta que el pecho y las rodillas toquen el suelo.
- Exhala y estira los brazos mientras levantas el pecho y la cabeza en una posición de cobra.
- Inhala y levanta las caderas hacia arriba, formando una V invertida en la posición del perro boca abajo.
- Exhala y lleva una pierna hacia adelante en una posición de estocada baja.
- Inhala y lleva la otra pierna hacia adelante, volviendo a la posición de pie hacia adelante.
- Exhala y vuelve a la posición de pie inicial con las manos en posición de oración.
Repite esta secuencia de 5 a 10 veces, respirando profundamente en cada movimiento, lo que te ayudará a despertar tu cuerpo, estirar los músculos principales y establecer una base sólida para el resto de tu práctica matutina.
2. Postura del guerrero I (Virabhadrasana I)
Es una postura de pie que fortalece las piernas, los brazos y el core, al tiempo que aumenta la concentración y la estabilidad. Aquí te mostramos cómo realizar la postura del guerrero I:
- Comienza de pie con los pies separados al ancho de las caderas.
- Da un gran paso hacia adelante con el pie derecho, girando el pie hacia afuera 45 grados.
- Dobla la rodilla derecha, asegurándote de que la rodilla esté alineada con el tobillo y el muslo esté paralelo al suelo.
- Mantén el pie izquierdo firmemente en el suelo, girando ligeramente hacia adentro para mantener la estabilidad.
- Levanta los brazos hacia arriba, estirándote hacia el cielo y mirando hacia adelante.
- Mantén la postura durante 5 a 10 respiraciones profundas.
- Repite en el lado opuesto, dando un gran paso hacia adelante con el pie izquierdo.
3. Postura del árbol (Vrksasana)
Es una postura de equilibrio que promueve la estabilidad, la concentración y la conexión con la tierra. Aquí te mostramos cómo realizarla:
- Comienza de pie con los pies juntos y los brazos a los lados.
- Levanta el pie derecho y colócalo en la parte interna del muslo izquierdo, evitando apoyarlo directamente sobre la rodilla.
- Encuentra tu equilibrio y lleva las manos al centro del pecho en posición de oración.
- Mantén la mirada fija en un punto frente a ti para mejorar el equilibrio.
- Mantén la postura durante 5 a 10 respiraciones profundas.
- Repite en el lado opuesto, levantando el pie izquierdo y colocándolo en la parte interna del muslo derecho.
La Postura del árbol te ayudará a encontrar equilibrio físico y mental, promoviendo la estabilidad y la conexión con la naturaleza al comenzar tu día.
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