10 trucos para engañar al cerebro y comer menos en tu día a día

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La lucha contra la comida chatarra puede ser todo un desafío cuando se trata de perder peso. Los alimentos ultraprocesados, ricos en sal, azúcar y grasas, tienen una forma de ser irresistibles y dificultan nuestros esfuerzos por mantener una alimentación saludable. Sin embargo, si aprendemos a engañar a nuestro cerebro, podemos evitar los antojos y lograr nuestros objetivos de pérdida de peso.

Engaña al cerebro con el tamaño de los platos

Uno de los trucos más sencillos y efectivos para engañar al cerebro es utilizar platos más pequeños. Según estudios, al usar platos de menor diámetro, podemos reducir hasta un 40% la cantidad de comida que consumimos sin sentirnos privados de saciedad. Sustituye tus platos grandes por platos de postre o utiliza un bol en lugar de un plato hondo. De esta manera, engañarás a tu cerebro haciéndole creer que has comido más de lo que realmente has consumido.

El color de la vajilla importa

Al igual que el tamaño de los platos, el color de la vajilla también puede influir en nuestra percepción del apetito. Según investigaciones, los platos rojos y negros aumentan nuestro apetito, mientras que los platos blancos tienen un efecto contrario. Opta por vajillas de tonos claros, como el blanco, para transmitir serenidad a tu cerebro y comer de manera más consciente y relajada.

Come sin distracciones

Cuando estemos comiendo, es importante evitar distracciones como el uso del teléfono móvil, trabajar frente al ordenador o ver la televisión. Estas distracciones nos llevan a comer sin consciencia, lo que resulta en una ingesta excesiva de alimentos. Enfócate en disfrutar de tu comida y presta atención a las señales de saciedad que te envía tu cuerpo.

Controla tus antojos de azúcar

Cuando sentimos antojos de alimentos dulces, muchas veces decimos que nuestro cuerpo «necesita azúcar». Sin embargo, esto es solo una excusa que nuestro cerebro nos dice para satisfacer nuestras emociones. Los alimentos con alto contenido de azúcar activan neurotransmisores que nos brindan una sensación de bienestar, pero esto es lo que se conoce como hambre emocional. Para controlar tus antojos de azúcar, practica respiraciones conscientes y cuenta hasta 10 antes de ceder a la tentación.

Mantén las frutas y verduras a la vista

Las frutas y verduras son alimentos saciantes y saludables. Mantenerlos a la vista en la nevera puede ayudarte a elegir opciones más saludables cuando buscas algo para picar. Recuerda que la comida entra por los ojos, y si lo primero que ves es una fruta fresca y colorida, es más probable que tu mente se incline hacia esa opción.

¿Hambre o sed?

A menudo confundimos el hambre con la sed. Antes de sucumbir a un antojo, bebe un vaso de agua y espera unos segundos para evaluar si realmente tienes hambre o simplemente estás deshidratado. Mantenerse hidratado es importante para evitar comer en exceso, ya que nuestro cuerpo a veces confunde la sed con el hambre.

Mastica bien tus alimentos

Masticar adecuadamente los alimentos puede ayudarte a comer menos. Estudios han demostrado que masticar cada bocado al menos 30 veces puede reducir la cantidad de comida que consumes y mejorar la digestión. Además, al masticar más lentamente, también podrás disfrutar más de los sabores y texturas de los alimentos.

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Aprovecha el poder del olfato

El olfato está estrechamente relacionado con el sentido del gusto. Si percibimos olores fuertes mientras comemos, nuestro cerebro interpreta que estamos consumiendo más comida y esto aumenta nuestra sensación de saciedad. Por otro lado, si eliminamos las señales olfativas, es más probable que comamos en exceso. Aprovecha el poder del olfato para engañar a tu cerebro y comer menos.

Planifica tus comidas y snacks saludables

Una forma efectiva de evitar la comida chatarra es tener siempre a mano opciones saludables. Planifica tus comidas y snacks con anticipación, asegurándote de tener alimentos nutritivos y bajos en calorías disponibles cuando sientas antojos. Mantén frutas, verduras cortadas y frutos secos a mano para evitar recurrir a opciones poco saludables.

Descansa lo suficiente

El descanso adecuado es fundamental para mantener un equilibrio en nuestro cuerpo. La falta de sueño puede conducir a un aumento del apetito y a una mayor ingesta de alimentos poco saludables. Duerme lo suficiente para mantener tu energía y evitar que tu cerebro te pida alimentos innecesarios como una forma de compensación.

En conclusión, engañar al cerebro para comer menos puede ser un desafío, pero con estos trucos, puedes tomar el control de tus hábitos alimenticios. Recuerda que el camino hacia una alimentación saludable requiere perseverancia y compromiso, pero los beneficios a largo plazo valen la pena.

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Lidia Baldomero
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