10 señales que podrían indicar que la muerte se acerca

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Es importante recordar que cada persona es única y que estos signos pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, comprender estos signos puede ayudarnos a atravesar este difícil momento de una manera más tranquila y compasiva.

1. Pérdida de apetito

A medida que la muerte se acerca, las necesidades energéticas del cuerpo disminuyen y la persona puede resistirse o rechazar la comida. Es importante respetar los signos que nos da la persona y no intentar forzarla a comer. Podemos ofrecer pequeños bocados de comida suave o sorbos de agua para mantenerla hidratada. Además, es importante mantener los labios hidratados y protegidos aplicando bálsamo labial.

2. Fatiga y sueño excesivos

La persona puede pasar la mayor parte del día y de la noche durmiendo, ya que su metabolismo se ralentiza y su ingesta de alimentos y líquidos disminuye. Es importante permitir que la persona descanse y evitar despertarla bruscamente. Aunque parezca que está dormida, es importante recordar que puede escuchar lo que le decimos, por lo que podemos hablarle suavemente y explicarle quiénes somos cuando nos acerquemos.

3. Debilitamiento

La falta de alimento y la fatiga pueden debilitar tanto al cuerpo que la persona puede volverse incapaz de levantar la cabeza o incluso chupar de una pajita. En esta etapa, es importante centrarse en el confort de la persona y brindarle apoyo físico y emocional.

4. Confusión mental

A medida que los órganos dejan de funcionar, incluido el cerebro, es común que las personas en las últimas etapas de la vida experimenten confusión mental. Pueden perder la noción de dónde están y quién está presente en la habitación, hablar y responder con menos frecuencia, dirigirse a personas que los demás no pueden ver, decir cosas incoherentes y agitarse. En estas situaciones, es importante mantener la calma y brindar tranquilidad a la persona. Podemos hablarle suavemente y explicarle quiénes somos cuando nos acerquemos.

5. Dificultad respiratoria

La respiración puede volverse irregular y laboriosa, y es posible que escuchemos un patrón de respiración conocido como «respiración de Cheyne-Stokes». Este patrón se caracteriza por una inhalación profunda seguida de una pausa, seguida de una exhalación profunda y nuevamente una pausa. Aunque esto puede resultar preocupante para quienes están presentes, es importante recordar que la persona que está muriendo no es consciente de estos cambios en su respiración.

Para brindarle comodidad, podemos elevar ligeramente su cabeza con una almohada, sentarla con cojines de apoyo o inclinarla ligeramente hacia un costado si está acostada. También podemos humedecer sus labios con una toalla húmeda, usar un aerosol hidratante y aplicar bálsamo labial. Si hay una gran cantidad de secreciones en la boca y la nariz, podemos limpiarlas suavemente sin intentar «soplar» a la persona.

6. Aislamiento social

A medida que el cuerpo se debilita, la persona que está muriendo puede perder interés en las personas que la rodean. Puede dejar de hablar, volverse ininteligible, dejar de responder preguntas o simplemente dar la espalda. Algunos días antes de aislarse, es posible que la persona sorprenda a sus seres queridos con una última muestra de alegría y afecto, que puede durar desde menos de una hora hasta todo un día. Es importante comprender que este aislamiento es parte normal del proceso de muerte y no tiene nada que ver con la relación que teníamos con la persona. Podemos mantener una presencia física tocando a la persona y hablándole, si nos sentimos cómodos haciéndolo, sin esperar nada a cambio. Si la persona muestra un momento de lucidez, podemos aprovecharlo, ya que puede desaparecer rápidamente.

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7. Disminución de la micción

El bajo volumen de líquidos y la disminución de la presión sanguínea pueden reducir la actividad de los riñones y hacer que la orina sea muy concentrada y de color oscuro. También puede haber una pérdida de control de los esfínteres. En esta etapa, es posible que el personal médico decida colocar una sonda, pero generalmente esto se evita en las últimas horas de vida. La disminución de la función renal aumenta las toxinas en la sangre y puede contribuir a un coma tranquilo antes de la muerte.

8. Hinchazón de pies y tobillos

A medida que la función renal disminuye, los líquidos pueden acumularse en el cuerpo, especialmente en las áreas alejadas del corazón, como los pies y los tobillos. Estas áreas, así como las manos y la cara, pueden hincharse. En general, no se requiere ningún tratamiento específico para la hinchazón en las últimas etapas de la vida. Es importante recordar que esta hinchazón es una consecuencia del proceso de muerte y no una causa en sí misma.

9. Extremidades frías

En las horas o minutos previos a la muerte, la circulación sanguínea se retira de las extremidades para concentrarse en los órganos vitales. Esto hace que las manos, los dedos, los pies y los dedos de los pies se enfríen. Las uñas pueden parecer pálidas o azuladas. Para brindar comodidad, podemos cubrir a la persona con una manta cálida, pero sin ejercer demasiada presión. La persona puede quejarse del peso de la manta, por lo que es importante no apretarla demasiado.

10. Venas moteadas

La piel, que antes era uniformemente pálida o cenicienta, puede desarrollar un patrón distintivo de venas moteadas de color rojo azulado, que es uno de los signos de que la muerte está cerca. Esto es el resultado de la disminución de la circulación sanguínea. Estas motas suelen aparecer primero en la planta de los pies. No hay ninguna acción específica que debamos tomar en esta etapa.

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Veronica Pereira
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