
La autohemoterapia es una práctica caracterizada por el trato con la propia sangre, es decir, que es una autoadministración venosa en la que se realizan análisis de muestras venosas para ponerlas a disposición. Uno de los métodos, y el más usado, consiste en oxigenar la sangre en modo ex vivo para lograr un buen nivel de concentración del oxígeno y crear múltiples efectos que generen buenos resultados. Veamos cuáles son esos beneficios.
La sangre es un tejido en estado líquido que transita por todo el organismo transportando elementos necesarios para la vida y llevar a cabo funciones vitales que permiten el intercambio de nutrientes y de gases entre el exterior del cuerpo y las células. Está formada por partes líquidas y sólidas que se diferencian por un tubo de ensayo al ser centrifugada. La parte líquida, llamada plasma, y la parte sólida llamada componente corpuscular, el cual contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Plasma: Parte líquida de la sangre, la cual es una solución acuosa que contiene sales minerales, proteínas y nutrientes como la glucosa.
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Componente corpuscular: Compuesto por los glóbulos rojos que ayudan al intercambio de gases, y los glóbulos blancos, que son usados en los mecanismos inmunitarios gracias a la gran cantidad de células que contiene.
La sangre que fluye se divide en 2 compartimentos: La arterial, procedente de los pulmones y que es rica en oxígeno, y el venoso, extraída de los tejidos, es muy rica en dióxido de carbono.
En todo nuestro cuerpo existe un lecho de capilares arteriales por donde entra el oxígeno, y otro lecho de capilares venosos que drena el dióxido de carbono, sustancias tóxicas y desechos del cuerpo.
Ahora ¿De qué se trata la autohemoterapia?
También conocida como ozonoterapia, es un procedimiento que consiste en sacar sangre venosa de la persona para luego inyectarla nuevamente con una solución de ozono y oxígeno para que la sangre tenga más oxígeno.
Hay 2 tipos de autohemoterapia:
- Gran emo – infusión: Se cogen de 150 ml a 200 ml de sangre, luego se mezcla con ozono y se vuelve a introducir con una vía intravenosa en la circulación.
- Pequeña emo – infusión: Se toman 10 ml de sangre y se mezcla con ozono, después se le aplica al paciente por medio de una inyección intramuscular, ya que la sangre al estar muy bien oxigenada se vuelve más fluida y el músculo es capaz de absorberla.
Hay variantes en la autohemoterapia que incluye fármacos con el fin de enriquecer aun más la sangre extraída. Sin embargo, como en toda práctica, existen contraindicaciones para los pacientes. En el caso de la autohemoterapia pequeña no las hay, pero en el caso de la autohemoterapia grande si hay algunas. No se le recomienda que se les haga a las personas que tengan hipotiroidismo, ya que podría estimular demasiado el organismo, o a pacientes que sufran de favismo, una enfermedad que genera la lisis de las células sanguíneas, condición que puede darse durante este tratamiento.
¿Cuáles son los beneficios de la autohemoterapia?
Los beneficios de este tratamiento los podemos dividir en dos:
- Acción retardada: Produce un efecto inmunoestimulante e inmunomodulador, ya que permite que los procedimientos de los antígenos mejoren. Además, beneficia la vasodilatación del tejido sobre el que se realiza la administración. También fortalece la producción de la célula citoquina, la cual es esencial para la funcionalidad de determinados mecanismos de ataque del sistema inmunitario.
- Acción inmediata: Ayuda a que la sangre se enriquezca con oxígeno, lo que genera que esta sea más nutritiva. Además, ayuda a mejorar el metabolismo gracias a que se activan las enzimas líticas de los granulocitos inyectados y lisados por la introducción de oxígeno y de ozono.